Estos son los podencos que han hecho posible la caza de este impresionante jabalí de 21 centímetros de colmillo
Boquerón y Mia son dos de los perros que forman parte de la rehala de un cazador catalán. La valentía de los canes permitió que uno de los integrantes de la Colla Carbonis Cercs cazara este jabalí con un trofeo que, tras ser homologado por la Comisión de Cataluña de Homologación de Trofeos de Caza, ha obtenido una puntuación de 117,05 puntos.
El podenco andaluz es una de las razas de perros de caza más polivalentes y versátiles. Se trata de un perro originario de Andalucía, reconocido por la Federación Cinológica internacional. Sus características le han llevado a ser una de las razas caninas más extendida entre los cazadores españoles.
Jordi Cuerva, propietario de los podencos, junto al cazador.
Caza al salto de jabalíes con podencos
El sábado 11 de febrero los integrantes de la Colla Carbonis Cercs celebraron una batida en El Bergadá, comarca situada mayoritariamente en la provincia de Barcelona, salvo el municipio de Gósol, que pertenece a la provincia de Lérida. Los cazadores cazaron los cochinos de la manera tradicional, con monteros situados en las puertas y rehaleros batiendo la zona a cazar. Una vez terminada la batida se reunieron para disfrutar de un almuerzo de convivencia.
Al finalizar la comida cómo la jornada no había deparado los resultados esperados Roberto Paz, Jordi Perarnau y el perrero Jordi Cuerva decidieron cazar una zona del coto donde sabían de la existencia de un enorme jabalí. Roberto y Jordi cubrían las posibles rutas de huida del macho mientras que el rehalero junto a dos podencos trataba de desencamar el cochino.
Un trofeo de jabalí de 117 puntos.
Un jabalí medalla de oro con unos colmillos de 21 centímetros de longitud y 2,7 de grosor
Minutos más tarde de iniciarse la mano los perros detectaron la presencia del macareno en la espesura. Tras varios minutos de dura lucha, Boquerón y Mia obligaron al jabalí armado con unas terribles defensas a abandonar su lugar de ocultación. Fue Roberto el encargado de premiar el gran trabajo de los podencos.
Derribó al formidable ejemplar de un certero disparo de su rifle HK del calibre .30-06. El macho que alcanzó en la báscula un peso de 85 kilos es el cochino de mayor trofeo abatido en la trayectoria cinegética del cazador.
Javier Fernández
