¿Puede una garza cazar y zamparse una tórtola?

Las tórtolas sacian su sed en estos puntos inundados. Algunas perciben que un peligro se aproxima y vuelan para alejarse. Pero una de ellas bebe ajena a que su vida va a acabar en pocos segundos.

Como si se tratase de un resorte, la garza, que se acerca con el cuerpo encogido, estira desde las patas hasta el largo cuello con el pico en forma de daga como poderoso cepo. Con esto, gana los últimos metros que la separan de su presa, atrapándola en un movimiento fulminante.

Mojada, la tórtola se engulle más fácilmente

Tras sacudir el pequeño cuerpo del ave sin aflojar su pico, esta garza decide mojarla antes de intentar tragarla entera. De esta manera, será menos trabajoso hacer pasar a la tórtola, con todas sus plumas, a través de su flexible garganta. Una digestión complicada, pero que aplacará su hambre al mantener lleno su estómago durante varias horas.

La garza de cabeza negra

A pesar de su similitud con la garza real, la imponente ave que protagoniza estas imágenes es la de cabeza negra. Con 85 centímetros de longitud en edad adulta, es levemente menor en tamaño que la real, que puede alcanzar los 90. Se distribuye en el centro y sur del continente africano y por Asia.

Anguila se abre paso desde el estómago de una garza

Su alimentación se adapta a la disponibilidad de lo que encuentra en su entorno. Sobre todo, engulle peces, ranas, insectos y aves. Su largo pico le sirve para atraparlos, tanto sumergidos en el agua como en tierra firme.

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