Embestidas, mordiscos, sacudidas… Uno de los más terroríficos ataques de un jabalí a un ser humano grabado en vídeo
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Embestidas, mordiscos, sacudidas… Uno de los más terroríficos ataques de un jabalí a un ser humano grabado en vídeo

El jabalí derriba a su víctima de manera muy sencilla. Su corpulencia y la avanzada edad del hombre facilitan la agresión. Se abalanza y muerde uno de sus brazos para sacudir la cabeza en numerosas ocasiones. Las imágenes resultan aterradoras, más aún al escuchar los gritos de dolor del atacado.


El hombre intenta sujetarlo agarrando el pelo de su cresta inhiesta para inmovilizar a la bestia que no para de morderle. Cuando reúne aliento suficiente, pide auxilio gritando a todo pulmón. Pero nadie acude. Son dos minutos de embestidas, mordiscos y sacudidas.

Un ataque muy reciente

Este vídeo fue grabado hace tan solo tres días por la cámara de seguridad exterior de una vivienda. Allí sucedió el ataque en el que un jabalí de gran tamaño dejó malherido a un anciano sin que este pudiera evitar las heridas que el furioso animal no deja de propinarle durante esos 120 segundos. Y se convierte en uno de los documentos audiovisuales más terroríficos en cuanto a ataques protagonizados por suidos a personas.

 

No se amedrenta ni al recibir golpes con un palo

Ni siquiera tras conseguir alcanzar un palo y defenderse con él atizando al suido en la cabeza este hombre consigue detenerlo. Le vuelve a tirar al suelo y llega a arrancarle un zapato con su poderosa mordida. Tras machacarlo con sus dientes, el jabalí pierde interés en este anciano y se aleja de allí, dejándole el cuerpo dolorido y repleto de mordiscos.

El jabalí japonés, un peligroso suido oriental

El animal que protagoniza estas imágenes pertenece a la especie Sus scrofa leucomystax, el jabalí japonés, también conocido como cerdo de bigote blanco debido a esta característica morfológica que lo distingue, con pelos blancos que se extienden desde las comisuras de la boca que llegan hasta detrás de las mejillas. Pueden alcanzar un peso de cien kilos, con una longitud corporal desde la cabeza hasta la cola de unos 120 centímetros.

Está muy extendido por las regiones montañosas de todo Japón, pero sobre todo en los bosques del sur y del oeste del país. Lleva una dieta, al igual que nuestro Sus scrofa, omnívora, lo que lleva a ocasionar daños en los cultivos y a visitar las aldeas menos pobladas y más remotas para rebuscar entre sus alimentos y basura. Y, como vemos en el vídeo, cuando se producen encuentros con seres humanos, los resultados son aterradores.

 


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