El agónico rescate a su perro atrapado en una madriguera
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El agónico rescate a su perro atrapado en una madriguera

«No se abandona a nadie»: Un cazador mueve toneladas de piedras y tierra para rescatar a uno de sus perros atrapado en una madriguera de zorro.


El cazador puso todos los medios a su alcance para liberar al perro. Comenzó el rescate excavando con un pico y una pala. Al ver que era imposible llegar hasta el lugar en el que se encontraba el can avisó a una empresa de excavaciones para que le ayudara a rescatarlo.

Paco Mateos, un antiguo caballero legionario, pone en práctica el segundo de los puntos del Credo Legionario cuando uno de sus perros no puede salir por sí mismo de una guarida de zorros. Según el cazador, "daría mi vida si fuera necesario por salvar a uno de mis perros. Son un miembro más de la familia". Segundo punto del Credo Legionario, " El espíritu de compañero: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo, hasta perecer todos".

 

La importancia del control del número de zorros

A finales de marzo, Paco se dirigió con cuatro de sus perros, Simba, Laika, Dama y Brush, a una de las madrigueras de raposo existentes en el coto social de Torquemada. Se trataba de una guarida situada bajo unas rocas. Su objetivo era controlar la población de raposos del coto. El control del depredador es vital para bajar la presión que ejerce sobre las especies de caza menor, se cifra en un 40% los nidos perdidos y en un 50% el número de perdigones en los cotos que no se controlan los zorros, y evitar los daños al ganado.

 

Tres días intentando liberar al perro de madriguera

Tras un duro combate los perros acabaron con la vida del zorro en el interior del cubil. Las tres perras salieron de la guarida por una estrecha grieta en las rocas con la ayuda del cazador. Paco estuvo hasta altas horas de la madrugada esperando a Brush, el perro que quedaba dentro, en la puerta de la madriguera, pero el perro no venía.

 

Por la mañana regresó e intentó sacarlo el sólo con la ayuda de un pico y una pala. Era un día festivo en el pueblo y no pudo pedir ayuda a nadie. Esa misma noche avisó a su primo Ángel, propietario de la empresa Excavaciones y Contenedores Ángel Blasco, para que le ayudara con el rescate con una retroexcavadora.

 

La mañana del martes comenzaron picando la piedra para intentar llegar al perro. Lo oían ladrar bajo la tierra. Al ver que era imposible acceder a él rompiendo la roca, decidieron excavar con la pala de la máquina por el lateral del canchal. Tras mover varias toneladas de tierra, Paco logró ver por un agujero el sitio en el que estaba atrapado el can. Para evitar causarle cualquier tipo de daño con la máquina, el cazador tuvo que finalizar el rescate con un pico y una pala.

 


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