Peligroso rescate de un perro de caza atrapado en un tajo
Un rehalero cordobés mueve cielo y tierra para liberar a un podenco que ha quedado atrapado en una pared de piedra mientras perseguía a un macho montés. Te mostramos el espectacular operativo de rescate con el que los cazadores logran salvar al perro de rehala.
Jesús Aguilera es el propietario de Macho, el podenco de 3,5 años que quedó atrapado en una repisa de un tajo. El cazador de Priego de Córdoba, municipio ubicado en la comarca de Subbética, tiene una recova compuesta por podencos.
El perro, sano y salvo tras el espectacular rescate.
Todos los socios del acotado acuden en ayuda del rehalero
El jueves por la tarde el grupo de canes del cazador cordobés participaron en una cacería organizada por los socios del coto de Valdeinfierno, ubicado en Priego de Córdoba. A media mañana el perrero escucha una ladra de sus perros. Al ver que no regresan transcurridos más de treinta minutos, se dirige al punto que marcan los collares GPS que portan varios de los canes.
Encuentra a la mitad de la recova intentando llegar a la repisa en la que se ha refugiado un espectacular macho montés. Pasados unos minutos, todos los perros abandonan la persecución de la cabra, menos Macho. El can persiste en su acoso a la montesa. Al finalizar la batida, Jesús, junto a Roberto Comino y Rafa Tirado, regresa a la ubicación en la que se encontraba el perro. Ante la imposibilidad de acceder al punto en el que se halla, se movilizan todos los socios del coto para intentar liberarlo.
Un especialista en escalada, encargado de rescatar al perro
Mayka, una amiga de uno de los cazadores, se pone en contacto con Antonio Muñoz, un vecino de Priego de Córdoba especialista en escalada, para que ayude al perrero a rescatar al can. Debido a que se hace de noche, posponen el operativo hasta la mañana siguiente. El cazador, nada más amanecer, se persona en la pared en la que está atrapado el can. No pudo dormir en toda la noche.
A las 14:00 horas llega Antonio al punto que le indica el rehalero. El escalador comienza un duro trabajo que le lleva a emplear más de dos horas hasta que consigue liberar al perro. Con la ayuda de una mochila, lo eleva hasta la zona en la que lo esperan Jesús, Roberto y Rafa. Las imágenes hablan por sí mismas del momento en el que Antonio le entrega el perro al rehalero. El cazador no puede contener su felicidad.
Javier Fernández
