Espectacular rescate con una retroexcavadora a dos perros de caza atrapados en un pozo durante 20 días
Los cazadores tuvieron que hacer uso de una retroexcavadora para acceder al lugar en el que se encontraban los canes de la rehala El Manduco de Quintana de la Serena. El rehalero llevaba buscándolos sin cesar desde el día de su pérdida.
Un veterinario consultado por Club de Caza califica el hallazgo de los perros con vida como un hecho milagroso. El profesional aconseja en este tipo de casos repartir la ingesta de alimento a lo largo del día. Lo más adecuado es aportar al animal comestibles muy nutritivos, como latas de comida para animales convalecientes o cualquier tipo de carne combinada con hidratos, pero estos en menor cantidad.
Un cazador avisó al rehalero que había escuchado a perros ladrando en el interior de un pozo
Jerónimo Fernández, propietario de la rehala El Manduco, con sede en Quintana de La Serena, municipio perteneciente a la provincia de Badajoz, acudió el 20 de enero con su rehala a una montería celebrada en su localidad natal. Entre los perros de la rehala estaban Silva, macho de podenco paternino, y Malagueña, hembra de podenco andaluz. Tras finalizar la cacería, todos los perros volvieron al lugar de suelta menos el macho y la hembra. A partir de ese momento, se inició una incesante búsqueda de los canes.
A pesar del paso de los días, el perrero continuó buscando a los perros. Durante la mañana de ayer, el cazador recibió una llamada advirtiéndole que había dos perros en el interior de un pozo. Pese a que el rehalero no sabía si eran los suyos, acudió en su ayuda.
Es necesaria una retroexcavadora para rescatar a los perros
Nada más recibir el aviso, Jerónimo marchó al sitio indicado por el cazador que lo llamó. Allí estaban sus perros. Milagrosamente con vida. El agua que había en el fondo del pozo les había permitido sobrevivir. Ante la imposibilidad de acceder a los canes, el rehalero avisó a Luis Alberto Rodríguez Rodríguez, también cazador, para que acudiera con una retroexcavadora. Sin dudarlo este abandonó lo que estaba haciendo para ayudar a su amigo. Jerónimo, montado en la pala de la máquina, pudo descender hasta los canes. Los subió en ella y los sacó a la superficie. Ambos perros se están recuperando de los días de abstinencia en el pozo.
Javier Fernández
