Un macho promedio mide entre 2,4 y 3 metros de alto y pesa entre 250 y 770 kilos
El gobierno del presidente George W. Bush está examinando una propuesta de que se declare a estos animales una especie en peligro de extinción. La categoría de especie protegida haría ilícito importar trofeos de caza de osos polares, lo que eliminaría uno de los atractivos que Mason y otros corredores de expediciones árticas de entre 10 y 12 días ofrecen a los cazadores de Estados Unidos.
«¿Quién quiere pagar esa cantidad de dinero por ese tipo de cacería y no volver con su trofeo?», dice Jerry Bateman, que pagó $25,000 a la compañía de Mason,
Adventures in the Wild, por una expedición en el 2006. Bateman, inspector de calidad jubilado de General Motors, volvió con un oso de 8,5 pies que ha disecado y que exhibe en su casa en Howe, Indiana.
De aprobarse la propuesta, la especie sería la primera que Estados Unidos protegiera del calentamiento mundial. Los osos polares, que son los mayores predadores terrestres del mundo, están perdiendo hábitat y acceso al alimento conforme se derrite el hielo marítimo. El Servicio Geológico de Estados Unidos calcula que un mayor derretimiento ártico podría matar a dos tercios de los animales para mediados de siglo.
Canadá tiene cerca del 60 por ciento de los osos polares del mundo, cuya población se calcula entre 22.000 y 25.000. El estado de Alaska dice que el número se ha repuesto desde unos 10.000 por las restricciones mundiales de caza impuestas en los años setenta del siglo pasado.
Es difícil pasar por alto los trofeos de osos polares: un macho promedio mide entre 2,4 y 3 metros de alto y pesa entre 250 y 770 kilos. Se alimentan principalmente de las focas que atrapan sobre el hielo.
Los animales pueden estar perdiendo peso porque el resquebrajamiento del hielo marítimo acorta su temporada de caza de focas, y muchos pueden estar ahogándose.
