El progreso en el mundo del rastro de Kento de los Alconeros y su joven dueña

El progreso en el mundo del rastro de Kento de los Alconeros y su joven dueña

El futuro de la caza está asegurado con personas como Milagros, la niña elegida para ser la dueña de Kento de los Alconeros, un Sabueso de Baviera con una historia muy especial.


Muchos recordaréis la maravillosa iniciativa que llevó a cabo, hace varios meses, Emilio López Aguilar, delegado de jueces de las pruebas de rastreo de la Federación Andaluza de Caza, para fomentar la caza con perros de rastro de sangre entre los más jóvenes.

Milagros fue la afortunada

Una extremeña de 10 años, apasionada de la caza y la naturaleza, fue la afortunada de llevarse a casa el sabueso de Baviera que Emilio regalaba: Milagros, Mila para familia y amigos. Aunque fueron muchos los candidatos que pasaron por el proceso de selección, ella lo tenía realmente claro. Nada deseaba más la pequeña que tener su primer perro y desarrollarse como cazadora. Heredó su afición por la cinegética de su tío Víctor Manuel al que acompaña al campo prácticamente todos los fines de semana. Jornada tras jornada ha ido aprendiendo las nociones básicas y, lo que es más importante, los valores de la caza.

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Kento, un sueño cumplido

Cuando Kento de los Alconeros llegó a sus manos, se creó un vínculo inquebrantable. Acaba de conocer al que se convertiría en su compañero inseparable, en su mejor amigo.

Además del cachorro, Emilio pondría a disposición del ganador un curso de iniciación y adiestramiento para hacer del cachorro un perro de rastro de sangre.

Mila se tomó esto último muy en serio: tan sólo un mes después de recibir a Kento, ya lo había llevado a recechar un ciervo con su tío.

 

El reencuentro y los avances

Hace unos días Emilio visitó al que había sido su perro y a su actual dueña. Kento estaba enorme y se le veía radiante. Mila le cuida, le mima, le enseña y ambos están creciendo a pasos agigantados. Física y emocionalmente.

Pese a ser los dos muy jóvenes, el sabueso es un ejemplar equilibrado y con mucho potencial y ella tiene la capacidad de sacar la mejor versión del can.

La primera clase del binomio fue una introducción al rastro. El primer paso fue enseñar a Mila a preparar uno, a añadir las dificultades y a marcarlo. Después empezaron a trabajar el rastro de sangre “en frío” y la vinculación al premio, según contó Emilio.

El maestro puso deberes a su alumna y el próximo fin de semana volverá a citarse con ella para ver los avances. No le cabe la menor duda de que lo harán bien pues si algo le sobra a la joven son ganas y compromiso.

 


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