El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña invalida la normativa que permitía armar a los Agentes Rurales
Cataluña

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña invalida la normativa que permitía armar a los Agentes Rurales

Los Agentes Rurales no podrán portar defensas extensibles y el Govern de Catalunya no les podrá imponer la obligación de llevar armas de fuego ni gestionar lo relativo a sus licencias.


En 2017 un furtivo arrebató la vida a dos Agentes Rurales mientras hacían una inspección rutinaria en Aspa, Lleida. El caso fue muy sonado y el sujeto terminó entrando en prisión dos años después de haber cometido el asesinato. Fue condenado a 45 años de cárcel por la Audiencia de Lleida.

Como consecuencia de este crimen el Govern implementó nuevas medidas de actuación para los Agentes, como la posibilidad de utilizar armas cortas y defensas extensibles.

No podrán utilizar defensas extensibles

Un fallo judicial respalda la posición del gobierno español al invalidar algunos de los artículos de la normativa de armas de los Agentes Rurales que la Generalitat había establecido tras el doble crimen de Aspa.

El gobierno actual presentó un recurso a dicho reglamento argumentando que las competencias en materia de armas son únicamente del Estado. La sentencia del Tribunal ha concluido que la Guardia Civil es el cuerpo que tiene la competencia de autorizarlo y por el momento, no lo ha hecho. Por esta razón el TSJC prohíbe la utilización de defensas extensibles, ya que su uso está limitado a funcionarios especialmente habilitados. Además, los Agentes Rurales tampoco podrán modificar las características de las armas sin previo conocimiento de la Intervención de Armas y la aprobación explícita del Ministerio de Defensa. Asimismo, el Govern no tiene la competencia para permitir portar armas de fuego a los agentes ni tampoco de tramitar o renovar sus licencias.

Furtivo, que no cazador

Los principales medios generalistas, cuando tuvo lugar el suceso, criminalizaron al colectivo cazador. El sujeto, no era un cazador, era un furtivo. El cazador practica la actividad de manera legal, el furtivo no. En lugar de llamar las cosas por su nombre utilizaron la palabra “cazador” para denominar al asesino algo que, además, lleva a asociar de manera injusta e inconsciente el repulsivo hecho con un determinado sector, ensuciando la imagen de quienes forman parte de él.

Propaganda anti-caza

Es sabido que la actividad cinegética enfrenta actualmente, uno de sus peores momentos. Con un lobby animalista radical adoctrinando y con una sociedad cada vez más desinformada, ensuciar la imagen de la caza se ha vuelto tarea muy fácil para quienes quieren terminar con ella.

Poco, por no decir nada, ayudan los medios de comunicación que se dejan arrastrar por estas corrientes animalistas y se permiten el lujo de meter en el mismo saco a los cazadores legales y a las personas que actúan al margen de la ley y de la ética.

Un furtivo no es un cazador como tampoco lo es un ser que maltrata a sus perros, aunque salga al campo con un arma en su poder. Siempre han existido personas malas y no por ello es malo el ser humano en su conjunto

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