Alanos españoles contra peligrosos colmillos: comienza el año cazado a cuchillo este imponente jabalí
Crónicas de caza

Alanos españoles contra peligrosos colmillos: comienza el año cazado a cuchillo este imponente jabalí

Hemos mantenido una interesante charla con un cazador granadino que sale al monte tras los jabalíes con un equipo de perros formado por cuatro alanos españoles y un podenco andaluz. Juan Carlos nos cuenta cómo la nariz de uno y las mandíbulas y el arrojo de los otros le permitieron abatir a cuchillo un impresionante jabalí con unos largos colmillos.


En lugar de salir de fiesta, este cazador decidió celebrar el año nuevo disfrutando de su gran pasión: la caza al salto del jabalí con sus perros. Por ello, llevó a sus cuatro alanos y su joven podenco andaluz a los montes de su acotado en Gor, término municipal de la provincia de Granada. Un cazadero complicado, muy seco por causa de unas escasísimas lluvias y a una altura que alcanza los 2.100 metros sobre el nivel del mar.

La ‘mala suerte’ que le llevó ante un enorme jabalí

Pero el primer día del año encontró niebla en las cotas más altas, a las que había decidido acudir. Pero este inconveniente se convertiría en un factor clave para llevarle a abatir el jabalí con el trofeo más impresionante que había tenido delante en sus años como cazador.

Cuando llegó a una zona libre de nubes bajas, a unos 1.500 metros de altitud, allí estaba el pastor con sus ovejas. Otro inconveniente que le empujaba a acudir a un área donde no guardaba muchas esperanzas de dar con un jabalí. ¡Qué equívoco más afortunado!

Ya volviendo para casa, Juan Carlos Jiménez decidió darles ejercicio a los perros y los soltó en una zona de chaparras y enconas. Como el cazador nos confirma, “una zona complicada para dar con los jabalíes, como en esa parte baja del coto, debido a la escasez de lluvias y, por ello, alimento disponible para ellos”.

El podenco localiza el rastro del jabalí: comienza la lucha

En cuanto los soltó, el podenco, un ejemplar de tan solo ocho meses llamado Paco Buyo, comenzó a seguir el rastro de algo. “Qué precoces pueden ser estos perros de caza”, nos dice Juan Carlos. Pero, antes de continuar, le preguntamos por el peculiar nombre del podenco: “Cuando lo vi, tan blanco, decidí llamarlo así porque me gusta el fútbol y pensé este perro es el que me va a parar los cochinos”. Algo totalmente acertado atendiendo a este lance en concreto, pues el podenco madridista dio con el encame del gran macareno, lo desencamó y, junto a los alanos españoles, consiguió pararlo.

El jabalí no huyó, decidió enfrentarse a los perros

Tras el rápido desencame, las palabras del cazador nos llevan a compartir la mezcla de sensaciones que le invadieron en ese momento: “Lo vi tan enorme, conforme llegaba a él, le estaba viendo la boca y vi que era exagerado. Sentí ese efecto túnel, estaba muy nervioso y no recuerdo todo bien, solo me apresuré a rematar al jabalí agarrado para que no hirieran a los perros. Conforme lo pude coger de una pata, lo pinché”.

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Los alanos españoles agarrando el jabalí abatido junto al podenco andaluz.

Un lance peligroso, pero bien culminado gracias a los alanos

Porque el jabalí corrió muy pocos metros, ni 50, lo justo para llegar a una chaparra y dar media vuelta para acularse contra ella y prepararse para la lucha: “Ese jabalí sabía perfectamente los colmillos que portaba y cómo defenderse con ellos”. Así lo describe el propio cazador con mucho realismo y un toque de humor:

-“Ese verraco no nos hizo correr, sabía lo que tenía para defenderse y a los 50 metros de desencamarlo se aculó contra una chaparra y dijo venid para aquí. Lo que no sabía es que los que iban eran de la Legión Española”.

Como el cazador reconoce, no recuerda muy bien cómo se desarrolló el lance, pero sí que actuó de manera rápida para restar peligro a sus queridos perros. Son, además del podenco andaluz, cuatro alanos españoles, perros jóvenes, de menos de dos años. Así nos habla de ellos:

-“No me considero criador ni tengo afijo, los que son míos no tienen apellidos. Son Zafra II, una hembra; Zelenski, macho; Jara de Villacaña, que es la madre de estos dos, y Urtain De Noite. Juntos forman un equipo ideal. Los alanos no se separan del podenco, que, a pesar de su juventud, rastrea y llega hasta los encames. Cuando levanta a los jabalíes, la caballería actúa y caen sobre ellos de manera implacable.

Momento justo tras el remate del jabalí a cuchillo.

Un jabalí que será, como mínimo, medalla de plata

Como sucedió con este ejemplar de unos cien kilos de peso, un animal “autóctono”, como los cazadores granadinos se refieren a ellos, “de culo caído y gran boca”. La más grande e imponente que ha conseguido Juan Carlos. Su taxidermista asegura que, como mínimo, será merecedor de la medalla de plata. El cazador nos lo confirmará en cuanto se homologue oficialmente. Aunque no es el más grande en tamaño, ya que nos cuenta que llegó a abatir una hembra enorme, de 115 kilos.

 

Como todos los animales que cazan en el coto, su carne es aprovechada. “Nunca abandonamos la carne en el monte. Siempre la sacamos, por muy complicado que sea, que lo es, sobre todo en lo más alto de la sierra. La llevamos para consumir, sobre todo la de ciervo, y para alimentar a los perros. “Menudos embutidos salen”, subraya el granadino: “Nos pegamos unas palizas tremendas para sacar los animales de esos montes y montañas. La suerte que tuve el lunes es que tenía cobertura y pude llamar a un amigo para ayudarme a cargarlo”.

Un inicio de año cinegético inmejorable.

 


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