Sax KJG-SR
Convierte los calibres estándar en magnum y los magnum en hiperveloces

Sax KJG-SR

KJR son las iniciales de ‘Kupfer-Jagd-Geschoss’, que traducido del alemán significa ‘bala de caza de cobre’. Y KJG-SR es el nombre de uno de los mejores proyectiles ‘ecológicos’ que se han diseñado hasta la fecha. Desarrolla velocidades muy altas en todos los cartuchos en los que se fabrica y, particularmente, proporciona excelentes resultados en la caza española. Estas son sus características.


Si yo os dijera que tengo un rifle de 8 mm con el que disparo balas a 940 m/s que solo caen 9 cm a 200 metros con el rifle puesto a tiro a 100 metros, seguro que más de un lector pensaría que soy propietario de un 8x68 S. Pero no es así, estas prestaciones las consigo con un 8x57 JS utilizando cartuchos cargados en Alemania con bala KJG-SR por la empresa Sax Munitions GmbH, cuyo propietario y diseñador del proyectil es el ingeniero Tobias Büttner.

La bala KJG-SR es una un proyectil de caza de uso universal y fácil de usar porque, salvo excepciones, se ofrece con un solo peso en cada uno de los cartuchos en los que se carga. Posee cuerpo de cobre con delgadas bandas de forzamiento y punta de plástico que es de color rojo en la munición comercial y negro en las puntas para recarga.

La cartuchería Sax actualmente la distribuye Armería Argali, pero la presentó por primera vez en España en 2017 Tobias Büttner y Scandinavia Distribuciones & Logística, que era la empresa que distribuía entonces la munición, dirigida por Antonio Teruel. Fue una presentación muy didáctica porque consistió básicamente en una cacería que organizó Sax en Cazorla (en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas), a la que asistí en compañía de un periodista alemán especializado en armas y municiones de caza.

Este es el aspecto que tenía la fachada de la fábrica Sax Munitions GmbH cuando la visité en 2017.

Tobias utilizó un .338 Winchester Magnum con el que cobró varias piezas entre las que destacaron un trofeo de macho montés y otro de muflón; yo también abatí un muflón más modesto y varias hembras a las que incluso llegué a disparar a la carrera cuando huían, con mi 8x57 JS para simular un tiro de montería y comprobar si era necesario adelantar mucho: a 40-50 m, nada si no parabas el encare.

La experiencia fue totalmente satisfactoria porque todos los que asistimos (cuatro personas contando también al distribuidor) cobramos todo lo que cazamos al primer tiro, por lo que animado por el éxito, después de la cacería comencé a “hacerle” a Tobias (me traducía el distribuidor, no habla español) preguntas sobre su bala: sobre su balística de efectos, cómo la había ideado, en cuantos calibres se hacía, etc. Y me explicó las características de su proyectil, cómo actúa cuando impacta y cómo la había ideado y desarrollado durante más de una década, pero, en vez de contarme cómo las fabricaba, me invitó a que visitase su empresa para que pudiera conocer de primera mano el proceso de fabricación y cuanto quisiera saber sobre el proyectil.

Tobias Büttner, ingeniero, propietario de Sax e inventor del proyectil KJG-SR, con los mejores trofeos que abatió en Cazorla en 2017. Utilizó un rifle del .338 Win. Mag y, por supuesto, su munición.

Proyectiles Sax

Dos meses después estaba en la fábrica, cuyas instalaciones están ubicadas en la localidad de Chemnitz, a unos 300 km en coche del aeropuerto de Berlín y nada más llegar descubrí que Sax no solo fabrica munición cargada con la bala KJG-SR. También producía munición con otros tipos de balas “ecológicas”, así como balas y vainas para recarga que en España no se distribuía.

También supe que Tobias había diseñado un cartucho, el 8,5x63, que probamos en una galería cercana en la que también disparamos con las municiones más potentes que fabrica Sax a 500 metros, utilizando varios tipos de rifles.

Además del KJG-SR, Sax fabrica cartuchería cargada con proyectiles ecológicos para usos específicos, caso de la bala KJG-BCS para caza peligrosa (la foto está tomada en Sax en 2017).

Y por supuesto vi fabricar el proyectil KJG-SR y la cartuchería que lo utiliza, que en 2017 estaba disponible en 75 calibres nada menos y a los que después se han sumado otros cartuchos que se han desarrollado posteriormente, como el 8,5x55 Blaser por ejemplo.

En la página sax-aumunition.de podéis encontrar el listado completo de cartuchos disponibles y sus características y tabla balística, además de las características de los demás proyectiles diseñados por Sax. Sax es una empresa especializada en municiones sin plomo, por lo que todas las que fabrica son “ecológicas”, la mayoría de cobre. Sin embargo, a diferencia de la bala KJG-SR, los demás proyectiles que ha inventado han sido concebidos para usos más específicos, tanto para caza como para tiro, razón por la que se ofrecen en una menor variedad de calibres. Es el caso, entre muchos otros, de la bala de caza Sax MJG-HS, pues está ideada para abatir animales pequeños y también el de la de caza KJG-BCS, de cobre macizo, pues se ofrece en calibres africanos (.458 Win. Mag, .470 Nitro Expres, etc.), que no tratamos.

Además de numerosos proyectiles ecológicos, Tobias ha desarrollado nuevos cartuchos como el 8,6x63 que aparece en la ilustración.

Mata por fragmentación parcial

El KJG-SR es el proyectil de caza más universal y el que más ha hecho famoso a Sax. Se fabrica a partir de una aleación especial de cobre y en su diseño Tobías Büttner invirtió nada menos que 11 años y otros 2 más en perfeccionarlo.

Posee en su punta una inserción de plástico (que es de color rojo en la munición comercial y negro en las puntas para recarga) y en su cuerpo unas delgadas bandas que reducen el rozamiento, en vez de un recubrimiento antifricción, para evitar que se “encobren” los cañones.

Sección de la bala KJG-SR. Posee en un punto del cuerpo una zona de ruptura para que, tras penetrar, pierda la punta y se fragmente en 5-6 trozos que crean heridas adicionales que minimizan los efectos de un disparo mal colocado.

Además, y como ventaja adicional (que personalmente he constatado en mi campo de tiro), el cañón, al estar sometido a una fuerza de rozamiento menor, se calienta (y se desgasta) menos. Igualmente, también he notado que el retroceso es menor, comparado con las municiones con plomo, aunque seguro que en este aspecto también influye que las balas KJG-SR son muy ligeras.

Pero la característica que más lo diferencia de los proyectiles convencionales de plomo es que, salvo contadas excepciones (caso por ejemplo del 8x68 S que se carga con balas de 8,2 y de 9,5 gramos), en casi todos los calibres el proyectil KJG-SR se ofrece con un único peso con el que se puede utilizar para cazar todas las especies de caza mayor en rececho y caza en movimiento, con la única condición de usar un calibre con potencia adecuada.

Tras perder la punta, el resto del proyectil sigue penetrando y atraviesa la pieza para que sangre.

Y por esta razón, es una de las balas más universales y más fáciles de utilizar porque tan solo hay que usarla, en cualquier modalidad, con el único peso en el que la ofrece el fabricante.

Este comportamiento universal se debe a que su balística de efectos se ha calculado para que no mate al liberar energía por deformación, como sucede con las balas convencionales, lo que obliga para un mismo calibre a utilizar proyectiles de diferentes pesos para conseguir que se deformen correctamente al impactar (más ligeros en piezas de escaso peso o cuando se usan a larga distancia; al revés, balas más pesadas a corta distancia, etc.).

Si se respetan las distancias de tiro que indica el fabricante, la punta del proyectil se fragmenta y el cuerpo atraviesa las piezas como se puede apreciar en esta foto. Se cobraron en Cazorla en 2017 con cartuchos Sax KJG-SR 8x57 JS y no tuvimos que pistearlas, pero si hubiera sido necesario las heridas de salida hubieran facilitado la tarea.

Las KJG-SR matan por fragmentación parcial del siguiente modo: en un punto del cuerpo llevan una zona de ruptura para que, tras penetrar unos 2,5 cm. dentro del animal, pierda su punta y además ésta se fragmente (por reacción a la acción de la inserción plástica), por lo que se ve bruscamente frenada y libera una gran cantidad de energía, mientras que el resto del cuerpo sigue penetrando y atraviesa la pieza para que sangre abundantemente y, si queda herida, se pueda pistear con facilidad.

Como beneficio balístico, a poco se coloque medianamente bien el tiro, las piezas no quedan heridas porque los fragmentos de la punta, que en disparos cercanos pueden atravesar también el animal, originan heridas adicionales que pueden minimizar los efectos de un disparo mal colocado.

Según el fabricante, entre un 20-25 por ciento de la masa del proyectil se convierte en unos pocos (5-6) fragmentos por lo que, dependiendo del calibre, estos pueden tener un tamaño muy considerable a la hora de producir heridas “extras”.

De izquierda a derecha, cartuchos Sax .270 Winchester; .270 Weatherby Magnum y .338 Winchester Magnum. Los dos primeros disparan balas de 6,2 gramos que desarrollan 1.070 y 1.140 m/s, respectivamente. Y el .338 un proyectil de 9 gramos a 1.080 metros por segundo.

Y es muy veloz

Si se utiliza un calibre de potencia adecuada (como es lógico no vamos a conseguir buenos resultados utilizando un .222 para cazar un jabalí), la segunda condición para que el efecto de fragmentación letal del proyectil KJG-SR se produzca es que impacte con una velocidad igual o mayor de 600 metros por segundo.

Sin embargo, esto no supone ningún problema porque los cartuchos Sax cargados con esta bala son más veloces a 300 metros. Incluso los calibres estándar más “modestos” (por ejemplo, la bala de 8,2 gramos del 8x57 JS, etc.) llegan a 300 metros con una velocidad de 636 m/s, no digamos los cartuchos estándar más potentes o los magnum que alcanzan normalmente los 300 metros con una velocidad remanente próxima o superior a los 700 m/s: 681 m/s el 6,5x55; 737 m/s el .270 Win; 757 m/s el 7 mm. Rem. Mag.; 765 m/s el .300 Win. Mag, etc.

Algunos Sax europeos. Comenzando por la izquierda, 8x57 JS, 8x68 S y 9,3x62. Los 8 mm se ofrecen con balas de 8,2 gramos que disparan a 940 y 1.070 m/s, respectivamente y la del 9,3x62 pesa 10 gramos y desarrolla 976 m/s. El 8x68 S, es una excepción porque también se carga con bala de 9,5 gramos con la que consigue 1.000 m/s.

Estas altas velocidades se deben a que, al ser de cobre, las balas KJG-SR pesan mucho menos que las convencionales con núcleo de plomo por lo que, utilizando una pólvora adecuada de buena calidad y Sax la utiliza, se pueden disparar a velocidades altísimas. Impensables para la munición de plomo de los mismos calibres: así, por ejemplo, la cartuchería Sax .30-06, que se ofrece con bala de 8,0 gramos (123 grains), tiene una velocidad inicial de 1.000 metros por segundo; el 7 mm Rem. Mag cargado con bala de 6,7 gramos (103,4 grains) arroja 1.076 m/s y ¡1.115 m/s! la del .270 WSM con proyectil de 6,2 gramos (95,7 grains).

Las diferencias en velocidad con respecto a la que consigue la cartuchería con plomo es tan notable que no es descabellado afirmar que, a efectos de velocidad, la bala Sax KJG-SR convierte a los cartuchos estándar en magnum y en hiperveloces a los magnum.

Otra característica de la munición Sax es que es precisa porque está muy bien cargada. Utiliza vainas que tienen la misma capacidad, cargas de pólvora y proyectiles regulares en peso y pistones de buena calidad.

Efectivos en montería y rececho

El hecho de que la mayoría de los cartuchos se ofrezcan cargados con un único peso de proyectil simplifica su uso en montería y rececho. Y la alta velocidad que consiguen los proyectiles solo aporta beneficios: en rececho porque la bala tarda muy poco tiempo en llegar al blanco y en montería porque simplifica el adelanto, pues dependiendo de la distancia de tiro puede ser nulo o menor que el de la cartuchería convencional. Además, al tener menos retroceso el rifle se desencara menos, lo que permite concentrarse mejor en los tiros apuntados de rececho y recargar más rápido en montería. También es una cartuchería muy regular; lo comprobé en la fábrica y después en otras ocasiones desmontando y pesando los componentes de los cartuchos.

Por detrás, tanto en las cajas antiguas como modernas, se proporciona un completa tabla balística de 50 en 50 metros hasta los 300, así como la distancia recomendada de puesta a tiro (GEE).

Realmente, la única precaución que se debe tener en cuenta al usar la munición Sax en rececho es que la velocidad remante sea superior a 600 m/s a la distancia de tiro a la que se pretende usar, porque si no lo es no generará energía suficiente, ya que no se fragmentará.

Inicialmente las cajas de munición estaban ilustradas con fotos de piezas de caza, pero actualmente por delante solo llevan el logo de Sax, el calibre destacado por una franja de color y se indica que se trata de cartuchería libre de plomo, así como el tipo de bala que contiene.

Y como el que se fragmente depende del cartucho que usemos, o mejor dicho de la velocidad remanente que lleve la bala a la distancia que vamos a disparar, es importante comprobar la velocidad que tiene el proyectil a la distancia que lo vamos a usar. Así, con mi 8x57 JS no podría disparar a más de 300 metros, pero sí podría hacerlo a 450 metros utilizando un .270 WSM (u otro cartucho muy rápido), pues la bala de 6,2 gramos que dispara este cartucho alcanza los 450 m con casi 630 metros por segundo.

En el envés de las cajas de munición Sax se proporcionan datos balísticos hasta 300 metros, pero la página web del fabricante los ofrece hasta 500 metros. Si vamos a disparar a más de 300 metros, es muy importante comprobar la velocidad remanente antes de oprimir el gatillo.

Curiosamente, las cajas de munición son tan originales como incómodas porque tienen un formato y tamaño similar a las de los cartuchos de escopeta del calibre 12 Magnum. Aunque pesan mucho menos que las de escopeta, son voluminosas e incómodas de portar.

Por último, comentar que, como se aprecia en las fotos, Sax suministra su munición en cajas de 20 cartuchos que son tan originales como incómodas porque tienen un formato y tamaño similar a las que tienen las cajas de cartuchos de escopeta del calibre 12 Magnum y, aunque lógicamente, pesan menos no son nada cómodas de portar en la mochila. Inicialmente estaban ilustradas con fotos de piezas de caza, como puede apreciarse en la del 8x57 JS, que aún conservo, pero actualmente por delante solo van ilustradas con el logo de Sax, el calibre destacado por una franja de color y se indica que se trata de cartuchería libre de plomo y el tipo de bala que contiene.

 

Damos las gracias a Armería Argali por el material que nos ha prestado para el artículo. Si tienes alguna pregunta, no dudes en dirigirte a Álvaro Ramírez, responsable de la armería y de la distribución de Sax en España.

Texto y fotos: Juan Francisco París

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