Cazadores liberan a una liebre europea que ha quedado atrapada en una torca
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Cazadores liberan a una liebre europea que ha quedado atrapada en una torca

La orejona cayó en la depresión mientras estaba siendo perseguida por los perros de rastro de los cazadores cántabros. Su reacción al ver al animal indefenso fue descender a la oquedad para rescatarlo. Una vez finalizada la cacería, devolvieron al lagomorfo a su medio.


En la comunidad autónoma de Cantabria el cupo máximo de ejemplares a abatir es de una liebre por cacería. Según la orden de vedas, "únicamente se autoriza la caza de esta especie con perros de rastro y en la modalidad de perreo, siendo el periodo de caza el comprendido entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 2023, ambos incluidos".

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José Alberto junto a sus sabuesos.

La caza de la liebre con perros de rastro

Los integrantes de la cuadrilla de José Alberto, formada por tres cazadores, el domingo 26 de noviembre estaban cazando liebres en un coto ubicado en Cantabria con sus sabuesos cántabros, raza de perro de rastro originaria de Cantabria, cuando la liebre que perseguían los canes quedó atrapada en una torca, depresión en forma circular originada por el hundimiento de una caverna.

La raza de perro con la que cazan rabonas destaca por su desarrollado olfato. Esta clase de perros se encuentra actualmente en fase de recuperación por la Asociación Española del Sabueso Cántabro, fundada en 2005. A pesar de que en esta zona las liebres europeas son escasas, la reacción de los cántabros fue atar a sus perros para que no le hicieran daño a la orejona. Seguidamente, uno de los cazadores se deslizó hasta el interior de la oquedad para rescatarla. El ejemplar salvado por los cazadores era una hembra de liebre europea.

El cazador libera a la liebre, que vuelve al monte.

En la Península Ibérica podemos encontrar esta especie en la costa catalana, la región central de Asturias y desde el somontano aragonés y los páramos burgaleses y palentinos hasta la frontera gala y la costa cantábrica. Una vez rescatada la orejona, fue recluida en uno de los departamentos del remolque de los perros de los cazadores. Al finalizar la jornada fue liberada.

 

Toda una vida cazando liebres con perros de rastro

José Alberto, cazador entrevistado por Club de Caza, practica esta apasionante modalidad de caza desde los 5 años de edad. Actualmente continúa cazando con su padre. Según su hijo, "es un gran cazador y conocedor de la especie y del sabueso cántabro. Me enseñó que siempre hay que respetar la caza. De ahí que, a pesar de que somos sabedores que a veces es complicado abatir el ejemplar que tenemos de cupo, decidimos liberar a la liebre que levantaron los perros en una ladera.

La rabona, mientras corría por una pista, se asustó al ver a un compañero. Al cambiar de dirección de una manera brusca, se precipitó en la torca. Tras rescatar a la orejona, y una vez puesta a buen recaudo, continuamos la cacería. Finalmente, gracias al gran trabajo de los perros, estuvieron más de una hora siguiendo el rastro de otra liebre, logramos vencer la partida a una astuta rabona de 4 kilos de peso".

 


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