Así se respeta la caza: un cazador cántabro ve cómo 11 jabalíes pasan frente a su puesto una vez su cuadrilla ha alcanzado el cupo establecido
Crónicas de caza

Así se respeta la caza: un cazador cántabro ve cómo 11 jabalíes pasan frente a su puesto una vez su cuadrilla ha alcanzado el cupo establecido

Esta es la ética de la caza. El montero no dispara sobre los cochinos al haber sido informado por la emisora de que el grupo de cazadores ya ha abatido los dos jabalíes que marca la legislación vigente en la Reserva Regional de Caza de Saja.


La reserva en la que se desarrolló el sábado la cacería se encuentra situada en la Comunidad Autónoma de Cantabria. Tiene una extensión de más de 180.000 hectáreas. En el espacio protegido se permite la caza en diferentes modalidades. La caza del jabalí en batida es la más practicada en la reserva. También está permitido el rececho de ciervos, rebecos y corzos, así como la caza de la becada y la liebre.

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Menos jabalíes que en temporadas anteriores

Este hecho ha obligado a la dirección de la reserva a reducir el cupo de jabalíes por batida de tres a dos ejemplares. Según el hermano del cazador que ha grabado estas imágenes," este año en la zona de Liébana hay muchos menos cochinos. Lo ocurrido el sábado en el lote de Casa al Norte en Polaciones es un hecho excepcional este año. Hay algo más de jabalí en la zona de Reinosa, Iguña, Campoo y Nansa. Cabe la posibilidad de que la disminución del número de cochinos sea consecuencia de la presencia del lobo. El día de la cacería encontramos los restos de 2 ciervas devoradas por el cánido salvaje".

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Gonzalo y su sobrino con los jabalíes abatidos.

Más de una decena de jabalíes pasan frente a su postura

Israel Alonso enfundó el rifle nada más recibir la información de que su sobrino, perrero de la cuadrilla, y su hermano Gonzalo habían abatido 2 cochinos. Con el abate de los 2 animales la cuadrilla 92 de Juan Carlos Díaz había cumplido el cupo establecido en la Reserva Regional de Caza de Saja. El cazador no se lo podía creer al ver como una piara de cochinos se dirigía hacia su puesto.

No siendo esto suficiente, los marranos tuvieron la osadía de refrescarse en una charca que se hallaba frente a él antes de proseguir marcha. Segundos más tarde, otros cinco cochinos siguieron el mismo camino que sus congéneres. Este es un ejemplo del comportamiento ejemplar del colectivo cinegético a la hora de respetar las normas y los cupos.

 


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