Un cazador, obligado a financiar la operación de su perro de caza para salvar su vida tras ser atacado por un perro de presa
A este cazador de Ciudad Real no le quedó más remedio que pagar mensualmente durante un año el importe del tratamiento veterinario que requirió su perro para recuperarse del ataque de un american staffordshire terrier sin atar y desprovisto de bozal, y de la patadas que, según nos cuenta, le propinó el dueño del otro perro.
Como consecuencia del ataque del american staffordshire terrier y de la brutal paliza que, según el cazador, le propinó el propietario del can, su perro ha quedado imposibilitado para cazar. La pata delantera izquierda permanece retraída como consecuencia de múltiples fracturas. A pesar de que el can ha quedado impedido, el cazador se ha tatuado la imagen de su perro en el brazo derecho para inmortalizar el vínculo que les une.
Balú. La pata del perro ha quedado retraída.
La familia del cazador se ha tenido que gastar más de 2500€ para salvar a su perro
Balú, llegó a la casa de Francisco Benítez hace 5 años de la mano de una amiga de la esposa del cazador. Una podenca propiedad de la mujer, no cazadora, se había quedado preñada y estaba regalando los cachorros. A pesar de las reticencias iniciales de Francisco, adquirieron el perro. Desde el primer momento, el cachorro mestizo permaneció en la casa del cazador. Como el can no se separaba nunca de Francisco, decidió que lo acompañara mientras realizaba su trabajo en el campo. Allí fue donde desarrolló su instinto innato por la caza. Balú tiene una gran pasión por la caza del jabalí.
La historia sale a luz al tatuarse el cazador la imagen de su perro
Hace dos años, el perro del cazador tuvo la mala fortuna de toparse en su camino con un american staffordshire terrier. Según la versión del cazador, "el perro atacante estaba suelto y sin bozal en el momento en el que se produjo el ataque. No con esto suficiente, el propietario del perro de presa golpeó a mi perro de una manera brutal. Le produjo varias fracturas en una pata delantera que, por desgracia, no han tenido recuperación".
A la derecha, tatuaje del cazador en honor a su fiel compañero.
Los hechos fueron denunciados a la Guardia Civil, pero la denuncia fue archivada, a pesar de las terribles lesiones que presentaba el perro y las secuelas que le han quedado como consecuencia del incidente.
Javier Fernández
