Un gamo cornea por la espalda a un veraneante
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Un gamo cornea por la espalda a un veraneante

El animal se acerca por detrás. A pesar de que avisan a esta persona de la proximidad del animal, no es capaz de anticiparse ni evitar el ataque. El gamo se lanza con sus afiladas cuernas para embestirle.


Los gamos cuentan con peligrosas puntas en sus cuernas, de aspecto único entre los cérvidos. Esta forma de pala es plana y rematada en pequeñas puntas en la parte trasera, pero antes observamos unas puntas, las más afiladas, llamadas luchaderas, que crecen hacia delante, dotándolas del peligro del que advertimos. Al bajar la cabeza y embestir, son las primeras en impactar en su objetivo, como vemos en la grabación.

 

Los machos de esta especie pueden alcanzar hasta 90 centímetros a la cruz, que es la parte más alta del lomo, y entre 70 y 100 kilos. Tiran la cuerna en el mes de abril, y están de nuevo completas en julio, aún con la borra o terciopelo.

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Detalle de la cornamenta de un gamo macho, con las afiladas luchaderas en la parte delantera.

La época del celo del gamo llega en otoño y se conoce como ronca, aludiendo a cómo suena el bramido gutural que emiten los machos encelados para anunciar su posición y poderío, tanto a las hembras del territorio como a los posibles aspirantes a usurparle sus dominios.

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