Un oso y un lobo se alían para cazar una cría de alce
Dos ejemplares de diferentes especies como son el oso pardo y el lobo del Yukón aúnan fuerzas a la hora de la caza para capturar una presa. El instinto de supervivencia de la madre le hace poner en riesgo su vida para salvar la de su retoño.
Impactante documento el grabado por una de las cámaras de foto trampeo del Estudio depredación de lobos ADF de la organización gubernamental Alaska Department of Fish and Game. Las imágenes han sido grabadas en un paso habitual de fauna silvestre en Gustavus, ciudad ubicada en el Área Censal de Hoonah, en el estado estadounidense de Alaska, dentro del Parque Nacional de Glacier Bay.
El alce se enfrenta al oso pardo
El plantígrado y el cánido salvaje acechan al ungulado y a su cría. El alce es la especie de cérvido de mayor tamaño. Alcanza una altura de entre 1,4 y 2,1 metros y un peso de hasta 700 kilos. Es un habitante típico de los bosques nórdicos de todo el mundo. Su contrincante, un oso pardo, tiene un peso promedio para las hembras de 200 kilos y para los machos de 300, aunque un ejemplar salvaje cazado y registrado por el mismo departamento que ha grabado estas imágenes pesó 680. Pese a las fuertes mandíbulas y las afiladas garras del depredador, la hembra no duda en interponerse entre el plantígrado y su retoño.
El lobo aprovecha el momento de confusión para atacar a la cría
La cámara de foto trampeo inmortaliza el instante en el que un lobo negro de Alaska aparece de entre las sombras para atacar al joven alce. Se trata de una subespecie de lobo que habita en el Yukón y alrededores. Un ejemplar adulto puede alcanzar un peso medio de entre 45 y la sorprendente cifra de 70 kilos, lo que le convierte en uno de los cánidos salvajes de mayor tamaño del mundo.
Javier Fernández
