Una mañana de pesca con el decano

Una mañana de pesca con el decano

Cesáreo Martín Martínez, el decano de la prensa cinegética española, nunca se rinde, es incombustible. Llevábamos tiempo planeando una escapada juntos a pescar, pero cambiando los roles, esta vez él sería el retratado y este cronista el retratista.


Un reportaje al reportero, a él que ha hecho tantos y a tanta gente, ya era hora que fuera protagonista en uno de ellos. Por fin se dieron las fechas adecuadas, ante el IV Campeonato de España de Field Target que se celebraría en La Cabrera (Madrid), al que ambos teníamos la intención de acudir, podíamos dedicar la primera parte de la mañana a pescar en el coto Molino de la Horcajada, en el río Lozoya. Dicho y hecho.

El inicio. Al fondo, el peligro.

Coto Molino de la Horcajada

El coto Molino de Horcajada se ubica, como ya hemos comentado, en el río Lozoya, con dos tramos, el I de 3,5 km, de captura y suelta, va desde la presa del embalse de Pinilla a la entrada del río en el pequeño azud de Las Casillas, y desde allí hasta la entrada del río en el pantano de Riosequillo, se establece el tramo II de pesca con captura, que tiene 4 km de longitud.

Caja de cucharillas.

Los viernes todo el coto es de captura y suelta, y el jueves no se permite pescar. En el tramo I sólo se permite la pesca con mosca artificial sin arponcillo; y los viernes solo se permite anzuelo sencillo sin arponcillo. El cupo en el tramo II con captura es de 6 truchas arcoíris. Es obligatorio llevarse las arcoíris, no se pueden devolver.

Por contra, las truchas comunes, que alguna hay sobre todo en el tramo I, es obligatorio devolverlas siempre. Coto intensivo, sí, pero hay que pescar, hay que ‘currárselo’, lo que no es óbice para que usted vaya mañana y haga el cupo al poco de llegar o clave muchas truchas en el tramo sin muerte.

El coto es un consorcio de la Comunidad de Madrid, a través de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, con la Sociedad Deportiva de Pesca Valle Alto del Lozoya desde hace 27 años.

Escogiendo cucharilla.

Prolegómenos

Antes de las 7 humeaba el chocolate en la churrería Real de San Sebastián de los Reyes. ¡Qué ricos los churros! Es una visita obligada de Cesáreo antes de ir a pescar al Molino.

Antes de las 8 en el restaurante El Anzuelo, allí estaba desde las 7 Estefanía, Fani, Mansilla, la encargada de la guardería del coto.

Aunque Cesáreo es socio antiguo del coto, es necesario disponer del permiso diario para poder pescar.

Primeros lances.

Los permisos se pueden adquirir en El Anzuelo, y los han de tener tanto los no socios como los socios, aunque estos, lógicamente, no han de abonarlos.

El decano le comentó a Fani que iríamos "a lo fácil" del tramo II, que quería por encima de todo que yo pudiera hacer fotos.

Una corza se dejó ver prácticamente en el aparcamiento del restaurante, se marchó tan tranquila a lugares más espesos.

Con puro.

Retrato de un reportero pescando

La zona donde íbamos está cercana a El Anzuelo, se puede bajar andando desde allí.

Preciosa mañana de primavera, temperatura agradabilísima, pero…

Pero Cesáreo es gafe, lo es de verdad de la buena, y claro, justo donde iba a comenzar a pescar estaban unas vacas con sus terneros. ¡Peligro! Las vacas, dóciles, no tenían ganas de enfrentamientos y decidieron cruzarse a la otra orilla, pudiendo comenzar la pescata un par de entradas más abajo de donde estaba previsto. Ningún problema.

El río estaba precioso.

No eran aún las 8:30.

¡Qué bonito estaba el río! ¡Qué variado! Precioso para pescar, tablas, chorreras, remansos, algún pozo… Todo enriquecido por una vegetación de ribera grandiosa por las últimas lluvias caídas.

Cesáreo colocó su cucharilla, es por encima de todo 'cucharillero', aunque como buen leonés también le da a la mosca ahogada, pero a él lo que le va es su cucharilla.

El tamaño y color de la cucharilla varían en función del caudal del río y la claridad de las aguas.

Saliendo del río

Además, de mi etapa de pescador, creo que para la trucha arcoíris la cucharilla es lo mejor.

En el tramo II con captura de Molino de la Horcajada se puede pescar con cualquier método permitido por la orden de vedas de pesca de la Comunidad de Madrid que esté en vigor.

Caña y carrete con solera, los suyos de siempre, no le hace falta ir a lo último en esto, en esto ni en nada.

A Cesáreo le gusta que la caña si puede ser sea de la altura aproximada a la del pescador.

El hilo lo más fino posible, del 0,16. "Para que no lo vean las truchas", comentó el decano.

Ni una picada.

Fuerza de voluntad y buen hacer

Uno que lleva demasiados años en excedencia piscícola, no ha perdido su sentido del agua, y aunque torpe en el lance, sí sé dónde hay que colocar el engaño.

Y allí, justo allí, lo colocaba el maestro, con una férrea fuerza de voluntad, ya que está operado de ambas rodillas, en lo que para cualquier persona hubiera supuesto incluso no poner hacer una vida normal.

Cesáreo, ayudado de un bastón, buscaba las mejores posiciones para lanzar, a veces en sitios muy complicados.

Boga alpargatera.

Y no cejaba en su empeño… a mí me daba la sensación de que haría el cupo en cualquiera de las entradas y en un pispás.

Lances a veces ¡a más de 30 metros!, otras cercanos, pero dificultados por la abundante vegetación de ribera, en cualquier caso, siempre precisos.

¡Pero no picaba ni una!

Lance corto complicado.

Eso sí, plateaban las bogas, algunas alpargateras, y se veía algún barbo de buen tamaño. Truchas se veían muy pocas, y no estaban por entrar a la cucharilla que Cesáreo movía a la velocidad adecuada, adaptándola a la de la corriente, algo que no es fácil.

El amigo estaba tan a gusto que se fumó un Farias mientras pescaba, ese puro que reserva sólo para las grandes ocasiones. Se fuma uno de Pascuas a Ramos.

Máxima concentración, seguían sin picar.

Erre que erre, no desmayaba, con la misma ilusión y buen hacer del primer lance.

Y con otra virtud de pescador experto y muy capaz, las pocas que veces que trababa la cucharilla, la destrababa con soltura.

En una zona que lo normal era enredarse en la mitad de los lances, Cesáreo Martín, que por algo es el director de Lances de Radio, era preciso en más de un 90% de las tiradas.

Segunda trucha revolcada! También se fue.

¡Qué disfrute!

Y el cronista haciendo cientos de fotos, al pescador, al río, a la vegetación con sus espectaculares lirios, sus rosales silvestres, a un macho de curruca cabecinegra, a la fluvial lavandera cascadeña, a libélulas de distintos colores metálicos…

Gozada de mañana. Aprendiendo de quien sabe.

Las arcoíris seguían sin picar.

Solución a la piedra.

Premio a la insistencia

Vio Cesáreo una trucha de buen tamaño, picó, pero se soltó, y acto seguido revolcó otra muy maja… ¡Vaya, hombre!

Eran las 10:45, y el amigo no había bajado en ningún momento la guardia.

Saliendo del agua.

Yo me hubiera ido una hora antes, derrotado en lo que a la pesca se refiere y con unas cuantas cucharillas perdidas.

Pero esas picadas sin premio hicieron que el decano revisara su cucharilla, que, efectivamente, tenía dos poteras abiertas.

Una piedra sirvió para que regresaran a su ser, pero no, el experto pescador no lo veía claro. Cambió la cucharilla.

Primera trucha de la mañana.

Ya regresábamos, pues teníamos cita en el campeonato de Field Target.

Llegó Fani que venía a nuestro encuentro, no vimos pescador alguno en toda la mañana.

Estaba comentando con ella incidencias fotográficas, ya que es muy aficionada a la cámara, cuando nuestro 'olvidado' amigo llamó nuestra atención: ¡por fin la primera trucha!

Segunda trucha.

Y acto seguido la segunda… Eran las 11:30 pasadas.

Fani había traído la suerte, aunque en el caso de Cesáreo al saber e insistir le llaman suerte.

¡Pero nos teníamos que ir!

Yo creo, sinceramente que, de poder seguir pescando, don Cesáreo Martín Martínez hubiera completado el cupo con cierta rapidez, eso sí, después de más de tres horas y media pescado, y pescando con magisterio.

José Manuel Jiménez con el truchón que pescó.

No había ninguna razón aparente para que las arcoíris no picaran en la espléndida mañana.

De todas las formas, joroba con el intensivo –mejor así, más aliciente y más bonito–, intensivo que cumple un papel esencial, tanto en aspectos sociales como medioambientales, pero eso es tema para otro artículo.

Ramona en Ventana del Valle

Cerrando el círculo: la pesca no se acaba en el río

La gastronomía cierra el círculo de este relato acuático.

Las truchas arcoíris del coto no se pueden comercializar, pero sí que su degustación se puede compartir con familiares y amigos, obviamente.

Esta vez en el restaurante Ventana del Valle, nos prepararon una trucha arcoíris como aperitivo que había pescado días antes Cesáreo. ¡Qué manjar!

La trucha que cocinaron en Ventana del Valle.

A la navarra con aderezos del chef de Ventana del Valle. Lo dicho, ¡riquísima!

Mientras la cocinaban pudimos charlar y admirar el truchón que había pescado José Manuel Jiménez, en la zona del tramo II a la que hubiera ido Cesáreo a pescar de no haber tenido a este cronista como rémora.

Ya en La Cabrera, un amigo común, Juan Carlos Marbán, hizo las veces de anfitrión al ser socio del club donde se celebraba el campeonato.

Cesáreo entrevistando al chef de Ventana del Valle, José María.

Cesáreo le regalo las truchas, porque además Juan Carlos es buen cocinero.

Juan Carlos simplemente las hizo a la parrilla, salpimentadas y con ajo, romero y unas rodajas de limón por dentro, exquisita cena para dos días.

Ya tiene prevista la receta para las próximas, marinándolas con hierbas al gusto o vinagre dos horas antes y añadiendo también tomillo en el interior.

La parrilla de Juan Carlos Marbán.

Retrospectiva

No fue el mejor día de pesca de Cesáreo Martín en Molino de la Horcajada, tampoco el peor.

El decano, maestro en el río, donde imparte su magisterio, ha hecho el cupo innumerables veces, ha pescado ejemplares de más de 3 kg, pero en otras ocasiones se ha ido bolo, porque el río venía muy tomado, por la climatología adversa u otra circunstancia, pero lo que es seguro es que nunca se rindió, aunque no tuviera picada alguna.

Cesáreo con su gran captura.

Por cierto, el mismo Cesáreo que podía haber sido protagonista en reportajes de pescatas épicas, años ha, épicas, de aquellas de cuando había truchas de verdad, las fario, cuando quien tenía un coche era un afortunado, pero esas van a quedar en el anonimato, grabadas tan solo de manera indeleble en la cabeza de nuestro protagonista, que no es mal trofeo.

 

Texto y fotografías: Adolfo Sanz Rueda

 


INFORMACIÓN Y HORARIOS

VENTA DE PERMISOS

Guardería: aparcamiento restaurante El Anzuelo.

Invierno: de 8:00 a 10:00 / 16:00 a 17:00.

Verano: de 7:00 a 9:00 / 16:00 a 17:00.

(Excepto los jueves)

Cupo de capturas tramo II: 6 truchas.

(Viernes día de pesca SÓLO SIN MUERTE)

pescarenlozoya@gmail.com

Teléfono Fani Mansilla (guardería): +34 603 04 55 82

TEMPORADA 2023

Apertura: 28 de febrero de 2023

Cierre: 30 de noviembre de 2023

Horarios de pesca:

INVIERNO

Del 28 de febrero al 31 de mayo; y del 1 de octubre al 30 de noviembre: de 08:00 h a puesta de sol.

VERANO

Del 1 de junio al 30 de septiembre: de 07:00 h a puesta de sol.

PRECIOS

General tramo I: 10 €.

Reducido (menores de 16 años y mayores de 65) tramo I: 5 €.

General tramo II: 21 €.

Reducido (menores de 16 años y mayores de 65) tramo II: 12 €.

ADMITEN SOCIOS.

Cesáreo en Vespa.

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