Caza un jabalí medalla de plata en una montería social con el rifle que le legó su tío antes de su muerte
Crónicas de caza

Caza un jabalí medalla de plata en una montería social con el rifle que le legó su tío antes de su muerte

Un joven cazador extremeño ha logrado cumplir uno de sus sueños por partida doble en una montería celebrada por una sociedad de cazadores pacense. Ha abatido un jabalí con unos formidables colmillos y lo ha hecho con el arma que heredó de un familiar hace seis años.


El cazador dedica el abate del navajero a su tío Pablo: "seguro que me estaba acompañando en el momento del lance desde el cielo. El rifle que me entregó antes de morir tiene mucho valor sentimental para mí ya que su deseo fue que yo siguiera cazando con él".

Caza de jabalíes medallables al alcance de todos los bolsillos

José Carlos Cabanillas es un cazador extremeño de 30 años al que apasiona la montería española. La jornada de caza en los terrenos que gestiona en Baterno, municipio perteneciente a la provincia de Badajoz que forma parte de la mancomunidad de La Siberia Extremeña y pertenece al partido judicial de Herrera del Duque, fue organizada por la Sociedad de Cazadores Virgen del Fuego.

En el sorteo realizado por el grupo de amigos antes de la celebración de la batida, le tocó en suerte al herrereño el puesto número 4 de la traviesa del Mato. La postura está ubicada en un cortadero en una mancha de monte bajo y arbolado. A las 12:00 horas se procedió a soltar los perros de las rehalas participantes.

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El cazadero.

La seguridad de cazadores y perros es siempre prioritaria

Noventa minutos más tarde del inicio de la cacería cruzó el cortafuegos una cochina que procedía de la zona de caza que aún no habían batido los canes. El montero bajo el cañón de su arma y no disparó a la res para no poner en peligro al compañero del puesto contiguo. No transcurrieron más de 30 minutos de la irrupción de la jabalina en el tiradero cuando un macho de más de 90 kilos armado con unas espectaculares navajas cruzó el cortadero.

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La boca del gran animal. A la derecha, los colmillos del jabalí con su merecida medalla de plata.

José Carlos accionó en dos ocasiones el gatillo del rifle Browning Bar II del calibre .30-06 equipado con un visor Tasco Titán con desigual fortuna. La primera bala impactó en el cochino, mientras que el segundo proyectil no logró alcanzar su objetivo. Minutos más tarde, llegaron los perros que seguían el rastro del jabalí. A 150 metros del lugar del lance marcaron con sus ladridos la posición del macho. El rehalero no necesitó rematarlo, ya que la primera bala que salió del cañón del arma que le entregó su tío al cazador hirió de muerte al macareno.

 


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