Una joven galguera ayuda a una liebre ibérica a recuperarse tras una carrera de cuatro minutos
Valladolid

Una joven galguera ayuda a una liebre ibérica a recuperarse tras una carrera de cuatro minutos

Dos de los galgos de la cuadrilla de cazadores a la que pertenece la galguera corrieron el domingo tras una liebre. Tan dura fue la carrera que galgos y liebre quedaron extenuados. La reacción de la cazadora de 13 años fue auxiliar al lepórido y suministrarle agua para acelerar su recuperación, hasta verlo ponerse a salvo.


Los cazadores, ante la disminución del número de rabonas como consecuencia de la mixomatosis y las incursiones de los furtivos han decidido reducir los cupos, correr las liebres con los galgos ataviados con un bozal o intentar salvar la vida a los ejemplares capturados por los perros.

No image

Claudia junto a uno de sus galgos españoles. A la derecha, la joven galguera ayuda a una lienbre a recuperarse tras una carrera de 4 minutos.

Una familia de galgueros

Claudia es la sucesora de una dinastía de galgueros de la provincia de Valladolid. Desde los siete años acompaña en las jornadas de caza a su padre, Ángel, y a su madre, Raquel. La joven cazadora es una apasionada del mundo del galgo, la liebre y el caballo.

 Sus padres le han inculcado el amor que ambos profesan por los animales. La cazadora es sabedora de la dedicación que es necesaria para ser galguera. Cuida y mima los 365 días del año a Duna, Canijo, Menta y Esquiva, los galgos de la familia. Un cazador no disfruta de sus perros únicamente los días de caza, lo hace a diario y hasta el fin de sus días. No como asegura la secretaria de estado para la Agenda 2030.

No image

Claudia, a caballo siguiendo las carreras de los galgos.

La cazadora salva la vida a una liebre hembra adulta

El domingo, en el transcurso de un día de caza en la provincia de Valladolid, la mano de galgueros detectó una liebre en su encame. Una vez comprobado que se trataba de un ejemplar adulto, lo levantaron de su lugar de ocultación. El traillero esperó, como mandan los cánones, a que la rabona corriera unas decenas de metros para soltar a Maléfica y Cebolla, nombres de los perros que formaban la collera que iba a correr a la orejona.

No image

La liebre, una hembra adulta, se recuperó y se alejó de los galgueros.

Tras un apasionante lance de cuatro minutos de duración, los galgos capturaron a la presa. Los canes no acabaron con la vida de la rabona, simplemente se tumbaron desfallecidos junto a ella. Claudia corrió hacia la liebre para tratar de recuperarla y devolverla a su medio. Segundos más tarde, llegó su padre y sujetó a los canes. Transcurridos unos minutos, el lepórido se recuperó del esfuerzo y se alejó de los cazadores.

 

 


No te lo pierdas

Comparte este artículo

Publicidad