Un ganadero muestra los daños que el oso ha causado a su heno embalado
Cantabria

Un ganadero muestra los daños que el oso ha causado a su heno embalado

Las pruebas resultan irrefutables. El oso ha dejado sus huellas en muchos de los fardos que han resultado dañados. Además, hay marcas de sus garras y de sus colmillos.


El colaborador de Club de Caza que nos envía el vídeo nos cuenta que la sorpresa se la llevó un ganadero de Liébana, en Cantabria. Las imágenes dejan claro qué animal ha disfrutado de unas horas de diversión con los fardos de heno seco que el profesional del campo almacenaba para alimentar a sus animales durante el invierno. El plástico que envuelve, o envolvía, el heno permitía su conservación de manera aislada a las lluvias y heladas, que lo dañarían y lo harían inservible para alimentar a los animales.

Sus huellas lo delatan

El oso ha dejado las huellas de sus patas delanteras, que distinguimos porque dejan marcado los dedos y una pequeña parte de la palma, así como la de sus pies, de los que ha dejado marcadas completamente las plantas.

No en vano, se trata de un animal plantígrado, que significa que apoya completamente la planta del pie para caminar. En primer lugar, apoya el talón, para pasar a apoyarse en la planta del pie y terminar el apoyo en el suelo con los dedos. Esta cualidad es precisamente la que permite a los osos levantarse completamente sobre sus patas hasta adoptar una postura completamente vertical.

Tras este ataque, el ganadero deberá reponer las pacas dañadas, lo que le supondrá un importante gasto, unido a un año de sequía que ha limitado mucho la cantidad y calidad de este recurso de alimentación del ganado doméstico.

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