Un galguero denuncia el secuestro de su perro: «Por él no me puedo hundir»

El galgo en cuestión, llamado Vendaval, es un perro de caza que ha sido presuntamente atropellado por la persona que podría estar coaccionando a este galguero, amenazando con denunciarle por los presuntos daños que el perro habría ocasionado a su vehículo al atropellarle sino le permite quedarse con el animal. «Me pidieron cedérselo porque se habían encariñado de él. Que no me iba a denunciar por los daños producidos en el coche; que ella corría con todos los gastos veterinario, pero si se quedaba con el perro, a lo que me opuse», comenta Antonio, que sólo quiere que le devuelvan a este perro que le salvó la vida en una ocasión.

La última vez fue visto en un descampado

Vendaval fue visto la última vez por su dueño en un descampado de Pinto, Madrid, justo antes de perderle de vista mientras paseaban.

Antonio, que no desiste en salir todos los días a buscar a compañero, cuenta que quince días después recibió una llamada telefónica desde un número privado pidiéndole que cediera al perro a la persona que se lo había encontrado, ya que se había encariñado de él, comenta el galguero.

Más que un perro de caza, un amigo

Ocho años llevan juntos galgo y dueño, por lo que Antonio lo considera como «uno más de la familia». Cuenta, además, que Vendaval lo salvó de la vida en el primer infarto que sufrió manteniéndole despierto mientras estuvo tendido en el suelo. «Dicen que cuando te da un infarto, si una persona se queda dormida entra en un estado de coma y muchos no despiertan», argumenta su propietario. «Es mi parte de mi familia, estoy sufriendo. Me han quitado parte de mi vida». Todo un ejemplo de cómo los cazadores sí aman y cuidan a sus compañeros.

El galguero ha sufrido un nuevo amago de infarto

Antonio, que ya ha sobrevivido a cuatro infartos, sufría el miércoles un nuevo amago que le ha hecho ingresar en el hospital.