Cazadores y agricultores contra la plaga de paloma torcaz

No hay límite de cupos. La situación es tan grave que este año se ha adelantado dos semanas la posibilidad de cazar la paloma torcaz debido a los daños que están ocasionando en los cultivos. Son numerosos los cotos que han solicitado estas autorizaciones excepcionales al departamento de caza del Consell de Ibiza.

Una plaga que asola los cultivos

Los cazadores y agricultores destacan que esta ave migratoria hace más de diez años que ha cambiado de hábitos, convirtiéndose en animal sedentario y aumentando considerablemente los daños que provoca en la agricultura. Además, al carecer de predador natural y gracias a su gran capacidad reproductora, la situación ha derivado en lo que los cazadores y agricultores catalogan como plaga.

Desde el Consell de Ibiza, el director insular de Agricultura, Caza y Pesca, Vicent Tur, apunta a que se están utilizando métodos disuasorios, como rapaces de plástico o cañones espantapájaros, que no pueden instalarse en todas las zonas por las molestias que producen, así como «reflectantes o cometas», además de las autorizaciones excepcionales que se conceden para que los cazadores puedan ejercer el control cinegético en las fincas de los agricultores que denuncian los daños a sus cosechas.

La Federación Balear de Caza en Ibiza confirma que actualmente hay unos 200 cazadores colaborando en estas tareas de control poblacional con los agricultores que cuentan con explotaciones profesionales dadas de alta y que han solicitado la autorización especial.

Los cultivos más afectados

Las torcaces se alimentan de numerosos cultivos en los momentos más críticos del proceso de crecimiento, como vides en maduración, siembras como la sandía tardía, que se recoge a finales de agosto y en septiembre, del grano en campos de secano, de aceituna y bellota. Pero también se comen las almendras cuando están en flor o la flor del albaricoque.