Niños rehaleros con 14 y 16 años
El orgullo de este rehalero son sus dos hijos de 14 y 16 años. Ambos han seguido los pasos de tres generaciones de perreros jienenses.
Los dos jóvenes rehaleros acompañan a su padre desde los 8 años de edad y actualmente dirigen junto a él las rehalas de la familia.
Los Castillo, una dinastía de rehaleros
Juan Castillo es el orgulloso rehalero jiennense de la localidad de Peal de Becerro, situada en la comarca de la Sierra de Cazorla. El cazador es propietario de la rehala Sierra Las Villas, compuesta por perros fruto del cruce de podencos andaluces con canes de las raza mastín español y perros de tipo grifón.
Javier, el benjamín de la familia, posa orgulloso junto a un bonito ciervo. A la derecha, Juan, orgulloso junto al jabalí agarrado por sus perros.
La pasión por la caza la ha heredado de su padre José y de su hermano Matías, con los que se inició en el mundo cinegético cazando jabalíes al salto junto a su cuadrilla de podencos cruzados. Juan, al igual que sus hijos, Javier y Juan, de 14 y 16 años respectivamente, abatió su primer cochino el mismo año que obtuvo la licencia de caza, con 14 años.
El primer jabalí cazado por el veterano rehalero fue abatido mientras hacía una espera a los conejos en unos vivares. Se vio sorprendido cuando apareció en el claro un cochino de más de 80 kg que portaba en su boca un notable trofeo. El animal, que no se percató en ningún momento de la presencia del joven cazador, recibió a bocajarro los dos disparos que salieron de los cañones de su escopeta paralela del calibre 12.
Juan Castillo junto a su hijo Juan, un valiente rehalero de tan solo 16 años.
El futuro de la rehala está garantizado
De su padre han heredado la pasión por la caza sus dos únicos hijos Juan y Javier, ambos rehaleros. Juan abatió su primer jabalí a cuchillo el primer año en el que obtuvo la licencia de caza en la localidad castellano manchega de Villanueva de la Fuente, cuando se produjeron dos agarres a la vez y, sin que lo supiera su padre, acudió a auxiliar a los perros de la rehala mientras su progenitor remataba a otro animal que habían frenado los canes. Cuando el experimentado rehalero se percató de lo sucedido, no podía salir de su asombro ante la valentía que había demostrado su hijo, ya que se trataba de un macho con colmillos.
Javier, el benjamin de la familia, tampoco se ha quedado atrás al abatir su primer cochino en su primera temporada como cazador de forma oficial, cuando entró al remate de un gran macho en el coto de San Antón, en la localidad jiennense de Santo Tomé, situada en el valle del alto Guadalquivir, dentro de la comarca de Cazorla.
Un temible jabalí rematado por estos valientes rehaleros con la ayuda de sus perros.
Criadores y cuidadores de sus perros
La perra preferida de Juan hijo es una podenca cruzada que ha criado a biberón, ya que no podía alimentarla de forma natural su madre. Hablamos de Peralta, mientras que Javier se desvive por Lumbre, podenca de 1,5 años que le regaló Antonio Castro. Padre e hijos conforman un gran equipo junto a su cuadrilla de perros, que podemos encontrar en las monterías celebradas en Andalucía y Castilla-La Mancha.
El futuro de la caza en España
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