Su majestad el pointer inglés: el espectáculo de la muestra
Definido como el perro de caza por excelencia, su muestra es fija, elegante, muy expresiva y raras veces suele fallar. Veloz e incansable, guía y patronea como ningún otro perro. Su magnífico olfato le permite localizar a muchos metros la presa.
El vídeo que os traemos nos permite comprobar cómo trabaja el llamado “rey de la caza”, por sus dotes y cualidades de resistencia y velocidad. Además, el ejemplar que os traemos es especial hasta en el pelaje, en este caso del raro color naranja sólido, que no es el más común, ya que el colorido más habitual es el negro y blanco, limón y blanco, marrón y blanco o incluso tricolor. Se trata del perfil de un fotógrafo turco, Veysel Erguvan Hunting, especializado en plasmar en fotografías y vídeos las jornadas de caza de perdiz que protagonizan unos preciosos pointers ingleses.
Ideal para la perdiz
El pointer inglés es una raza muy apropiada para la perdiz ya que, aunque su búsqueda se extienda en el terreno, en cuanto percibe una emanación mostrará ante las perdices a mucha más distancia que cualquier perro de muestra, dando tiempo al cazador a aproximarse al can. Son muy cautelosos para no levantar la caza. Cuando un pointer encuentra a la presa, mantiene esta posición firme, todo su cuerpo actúa como mensajero apuntando —de ahí que se llame pointer— hacia el lugar. Su movimiento se dilata, dejando una pata en el aire en una posición que se ha convertido en seña de identidad de la raza y que parece enseñar al cazador la ubicación de la presa y que, de este modo, es capaz de apuntar y disparar de manera efectiva.
Unos orígenes inciertos
El pointer inglés se desarrolló a partir de los perros de muestra más antiguos. Sus antepasados exactos no se conocen en realidad, aunque se cree que entre ellos hay perros de San Huberto, foxhounds y galgos. Algunos historiadores de razas afirman que el terranova, el setter e incluso el bulldog inglés también participaron en la mezcla genética, aunque no se sabe con certeza. Lo que sí está demostrado es que esta raza, originalmente, fue utilizada como perros de caza en la Inglaterra de hace un par de siglos. No se puede asegurar que el pointer inglés actual provenga solamente de esta raza, ya que en el siglo XVII los perros de muestra españoles llegaron a Inglaterra, al mismo tiempo que los pointer italianos. Se cree que la fusión de ambas especies nació el perro que hoy en día conocemos como pointer inglés.
Un espectáculo para la vista
Cuenta una de las figuras más estilizadas y elegantes de todo el mundo canino. Llama la atención donde quiera que vaya, gracias a sus largas patas, su esbelta silueta y su cabeza, que siempre apunta como si quisiera señalar un lugar específico. Es armonioso y muy bien construido en su conjunto denotando fuerza y agilidad en su perfil general de elegantes curvas.
Como ya dijimos, desde el principio a estos perros se les dio la tarea de guiar a los cazadores hasta la presa, y lo hacían utilizando cada parte de su estilizado cuerpo, con cierta inclinación hacia adelante formando una flecha perfecta con sus largas patas y el hocico.
Un físico envidiable
El pointer inglés tiene un cuerpo musculado muy desarrollado que lo dota de velocidad y resistencia, dos cualidades imprescindibles para la caza. Son de tamaño grande, pudiendo llega a medir una altura media de 65 centímetros y un peso de 30 kilos. La cabeza tiene un aspecto esculpido característico y el hocico es largo. Las orejas están implantadas bastante altas y cuelgan. El pelo es fino, corto, duro e igualmente repartido, perfectamente liso, recto y brillante.
Estos perros son unos verdaderos deportistas, son capaces de permanecer en el campo todo el día siendo la pieza indispensable en largas jornadas de cacería.
Buen temperamento
En casa, destaca por ser un perro cariñoso y fiel a sus dueños. Son nobles y obedientes por lo que se muestran con aptitudes positivas para su adiestramiento y el aprendizaje. Las características más relevantes de su comportamiento son la perseverancia, la energía y la rapidez.
Precisamente por esa inagotable energía, necesitan realizar mucho ejercicio sin el cual, probablemente acabarán siendo infelices y adoptando comportamientos destructivos.
Precisamente los problemas de comportamiento más frecuentes de la raza son la destructividad, la hiperactividad y la vocalización excesiva, generalmente relacionadas con la falta de ejercicio físico y estimulación mental.
Y ¿cómo lo educamos?
Todos los pointers tienen un fuerte instinto para la caza, y no es raro encontrar un cachorro de dos meses en muestra. Como para la mayoría de los perros, se necesita tiempo y esfuerzo para adiestrar correctamente a esta raza, pero una vez completado, el esfuerzo merece la pena.
Se recomienda realizar un adiestramiento en obediencia desde muy jóvenes, ya que pueden demostrar un fuerte carácter, aunque estos ejemplares son los preferidos por los criadores, por demostrar una determinación especial en el cazadero.
El pointer es una raza que requiere mucha atención. Son muy hiperactivos. La clave para un adiestramiento eficaz es la paciencia. A su favor juega que son muy inteligentes y receptivos al adiestramiento, lo que constituye una de sus mayores ventajas. Tienen ganas de aprender y están abiertos a nuevas ideas, pero hay que superar sus cortos periodos de atención y sus espíritus activos.
La socialización es una de las etapas más importantes de la vida de un cachorro. Va desde las 3 semanas de vida, aproximadamente, hasta los 3 meses. En esta etapa debemos presentarle todo tipo de personas, perros, entornos y objetos para que en su etapa adulta sepa relacionarse correctamente y no adquiera miedos. Cuando han sido correctamente socializados desde pequeños, son perros extremadamente amigables, llevándose bien tanto con personas como con otros perros y otros animales.
Adiestramiento para caza
Una vez alcanzada la juventud, podemos iniciar al pointer inglés en el adiestramiento canino. Recomendamos siempre trabajar el adiestramiento en positivo. Aunque son perros que aprenden rápidamente, también es cierto que suelen distraerse con facilidad, por lo que es mejor hacer varias sesiones al día de corta duración, de entre 5 y 15 minutos como máximo. Le enseñaremos las órdenes básicas de obediencia, fundamentales para su seguridad, pero también podemos aprovechar su gran capacidad olfativa para practicar juegos de olfato, ejercicios de discriminación, habilidades caninas o agility. Todo aquello que practiquemos con el perro mejorará nuestro vínculo y estimulará su mente, favoreciendo un mejor aprendizaje y el bienestar mental que requiere.
Hablamos con un amante de esta raza
Luis Pacheco Pérez es un cazador lanzaroteño, amante de la caza menor y del pointer al que él denomina como “el rey de la muestra”. Nos cuenta en primera persona cómo trabaja con esta raza.
“Para mí no hay perro que transmita como el pointer. Tiene una expresión que te hace temblar”, —afirma Pacheco.
En relación con la educación de sus cachorros, Luis coincide plenamente con lo que acabamos de comentar sobre la educación temprana, la socialización y el adiestramiento en positivo.
De pequeños, cuando tienen las vacunas y todas las revisiones hechas, suelo llevarlos a la zona del volcán donde cazo para que vayan acostumbrando las almohadillas y se sientan cómodos en ese terreno. También les dedico mucho tiempo, juego con ellos, les doy mucho cariño y los llevo con otros perros para sociabilizar.
Actualmente tiene dos ejemplares de dos años: “Winnie de la Bahía de Altea” —moteado— y “Aitana” —predominantemente blanca con un varias de manchas negras—.
La primera temporada, los dejo mostrar su genética, aunque trabajando la obediencia básica en cada salida. A partir del primer año empiezo con el entrenamiento más técnico, reforzando las muestras y pasando muchas horas en el campo.
Esto último es imprescindible pues, como ya vimos, son perros que rebosan energía y necesitan hacer mucho ejercicio.
Dando una orden.
Aunque el cazador tiene otras razas, siente auténtica devoción por el pointer inglés. Sus dotes para la cinegética, su aspecto físico y su carácter lo convierte en un perro inigualable.
