Temporada irregular

Aunque hoy no voy a hablarles de la Ley Vasca de Caza —tiempo habrá—, no quiere esto decir que no estemos inmersos en la pelea. ¡Cómo no, si nos jugamos nuestro devenir cinegético!


En cuanto al balance de la temporada, no ha sido ni mucho menos el deseado por el menos exigente de los cazadores. Salvo en algunos acotados de postín donde se cuida a la perdiz como a una más de la familia, en general continúa en regresión en grandes zonas de la Península. Mal arreglo si no conseguimos que retiren del mercado un producto fitosanitario con el que se trata la semilla de cereal para siembra: científicos del IREC detectaron que las 36 parejas de perdices a las que les dieron de comer cereal tratado con este insecticida en cantidad autorizada morían a los pocos días. ¡Vaya desastre! ¿Cómo va a haber perdices en el campo? En breve, la ONC y la RFEC van a presentar un informe al Ministerio de Agricultura para que retiren urgentemente del mercado este producto letal para los animales. Las torcaces, ajenas a estos tratamientos, han pasado como siempre. De hecho, su presencia en los encinares del Sur peninsular es numerosa. Pero ¿por dónde y a qué altura lo han hecho? Por los pasos tradicionales, pocas y fuera de tiro. ¿A una altura superior al alcance de nuestra vista? Posiblemente muchas, y otras por los pasos tradicionales de la costa catalana. Las becadas tampoco han hecho acto de presencia en el número deseado, mas bien pocas e irregularmente. El conejo es de las pocas especies menores que ha aportado alegrías, al extremo de que las reclamaciones por daños a la agricultura están suponiendo un quebranto importante a los bolsillos de los cazadores. Ciervos y jabalíes, bien, incluso con muchos problemas en las carreteras. Mientras tanto nuestra Administración es la única de toda Europa que exige responsabilidades a acotados que incluso no tienen autorización de cazarlos, mientras ellos quedan libres de toda culpa. Estoy cada vez mas convencido de que lo único que funciona en materia de caza para no retroceder es una posición de fuerza, los argumentos sirven para bien poco a quien no tiene voluntad ni de escucharlos.
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