La caza de los humildes

Alguna vez hemos catalogado la caza de la malviz en el norte como la de los modestos, no sin serias dificultades por lo que se refiere al momento del disparo.


En el norte, a diferencia del sur, se practica una vez finalizada la temporada de pasa, en las zonas de arbolado entremezclado con campo, y marchando normalmente dos cazadores en mano. Por el contrario, en el sur la faceta del cazador tirador se acentúa mucho más, una vez situados en los pasos que los propietarios conocen perfectamente. Los zorzales vienen al amanecer del monte a comer en los olivares, donde se establece una línea de escopetas con una serie de puestos camuflados para evitar la fina vista de estas aves. El avispado zorzal, para su desgracia, se ha convertido en pájaro de moda, sobre todo para los italianos. Las mejores horas para la espera de la malviz, desde el puesto fijo, se inicia al amanecer hasta las 12 horas. Como es normal, luego se produce un pequeño letargo hasta las 17 horas, momento en el que los zorzales vuelven a efectuar nuevamente la vuelta al monte. Este turismo cinegético se puede situar en una economía media, sin posibilidades de llegar a los precios establecidos para los ojeos de perdices. No deben marchar bien las cosas de la caza en Italia cuando le prestan tanta atención a un pájaro que en la escala de valores cinegéticos de la península está situado por la cola. Curiosamente los zorzales efectúan lo que se denomina en términos ornitológicos una migración parcial. Hembras jóvenes se vuelven a desplazar hacia el norte de Europa y los machos se quedan en la península. Son muy similares las cuatro especies de zorzales que prácticamente poseen todas las regiones peninsulares. El zorzal real, común, charlo y alirrojo. En invierno tienen especial predilección por las aceitunas, pero no desestiman el resto de frutos y bayas silvestres. El más pequeño es el alirrojo, que se diferencia de los restantes por tener una lista de color crema que bordea la parte superior del ojo. Los flancos son de un verde castaño muy vivo. El zorzal común es un pájaro con el pecho moteado y con los flancos amarillentos ocráceos. Unas de las mejores zonas para la caza del zorzal posiblemente se situe en Toledo y luego el resto del sur de la Península. Culinariamente resulta un grato manjar, con una carne tersa pero muy sabrosa.
Comparte este artículo

Publicidad