Manda h…

Este 23 de febrero de 2009 se han reunido varios jerifaltes de la política autonómica para acordar la necesidad de una licencia única de caza en sus autonomías. Manda h… que haya tenido que caer en el cepo de la ley un ministro —de Justicia para más inri— para darse cuenta de que 17 licencias de caza autonómicas, con sus correspondientes 17 exámenes son simplemente una barbarie. Imaginen 17 carnés de conducir. De locos.


La cosa es que si en vez de Fernández Bermejo, fuésemos usted o yo quienes hubiéramos cazado sin licencia, nadie se habría reunido en Valladolid, nadie se habría rasgado las vestiduras criticando el lodazal legislativo que ha dado base a las taifas cinegéticas a que nos ha llevado la actual distribución de las competencias en materia de caza. Manuel Andrade, anterior presidente de la Real Federación Española de Caza, ya hizo hace más de una década una propuesta formal de licencia única. Ningún político le hizo caso. Ninguno se molestó siquiera en descolgar el teléfono para interesarse. Después, la licencia única, la necesidad de una ley básica de caza que armonice el carnaval de sanciones, el surtido de terrenos cinegéticos, las diecisiete marcas según región, ha sido una reivindicación constante de nuestro colectivo. La penúltima vez que levantamos la voz, fue en la multitudinaria manifestación del 1-M en Madrid, con casi medio millón de cazadores que salieron a la calle. Después presentamos un proyecto concreto de carné multilicencia o licencia única. Lo dirigimos al Gobierno, al Gobierno en el que estaba Fernández Bermejo. Hasta que no cayó alguien con el lomo plateado en el lazo, no hemos oído hablar de nuestra petición ni se han rasgado las vestiduras por una situación a todas luces injusta y discriminatoria para los españoles. Ahora, en Valladolid, ha habido aquelarre autonómico para acabar descubriendo la pólvora: hay que unificar las licencias de caza. Dicen que han firmado un acuerdo. Pero no basta, no es suficiente. Faltan que estén otras 11 autonomías, faltan que se sumen todas. En la Federación, por lo pronto les hemos remitido, otra vez, nuestra propuesta de licencia unificada, que en su día quedó sin respuesta. Creemos que ahora nos harán más caso. O tal vez tampoco, inmersos en defender competencias, en mantener privilegios, en sumar poder, en politiqueos y enfrentamientos partidistas. Permítanme protestar. Protestar es una decisión difícil e incómoda. Mi protesta es consecuencia de los hechos que he narrado. Y además me pregunto por qué se acuerdan ahora, después de tantos años, de la licencia única. Me pregunto por qué seis autonomías y no todas. Me pregunto por qué tanta prisa. Me pregunto muchas cosas…
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