Millones de aves migratorias muertas por la cosecha nocturna del olivar

Un informe de la Junta Andaluza detecta que esta nueva práctica agrícola está provocando una altísima mortandad en aves, entre ellas los zorzales, procedentes de Europa.


  Zorzales
Zorzales

La cosecha nocturna del olivar súper intensivo está provocando una «alta mortandad» entre las aves migratorias, que aprovechan la falta de luz para descansar en los olivos. Un informe elaborado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, por una denuncia iniciada por Ecologistas en Acción en la provincia de Córdoba, ha concluido que existe relación entre esta nueva práctica agrícola y la muerte masiva de muchas de estas aves. De hecho, las informaciones distribuidas por Ecologistas muestran los cadáveres de los pájaros entre las aceitunas recién cosechadas.

El informe es tan contundente que los técnicos de Medio Ambiente plantean la posibilidad deprohibir la cosecha nocturna del olivar súper intensivo por el enorme impacto ambiental que estaría causando en la fauna del Sur de la Península. Y aseguran que se trata de un problema ambiental de carácter muy grave, ya que muchas de esas aves son migratorias y proceden de todo el continente europeo, que podría quedarse sin pájaros de seguir adelante esta novedosa práctica agrícola.

«Una vez hechas las comprobaciones y contrastadas las informaciones recibidas desde diferentes fuentes, la Consejería de Medio Ambiente constata que existe un problema de carácter ambiental, derivado de la modalidad de cosecha del olivar en régimen de superintensivo. Es un problema real, actual y de graves repercusiones ambientales, que trascienden los límites geográficos andaluces y nacionales, afectando a valores ambientales de diversos países del ámbito de la Unión Europea», advierte el informe de la Junta de Andalucía.

El problema surge cuando la cosecha se realiza durante horas sin luz solar, cuando estos importantes contingentes de aves se encuentran dormidas y vulnerables en los setos de olivar que son cosechados, sin margen alguno para poder escapar. Tal es así al estar además ayudados de focos y faros de luz, lo que ciega a las aves e impidiendo su escape. Por esta razón la normativa andaluza y nacional prohíbe terminantemente utilizar focos de luz en horas nocturnas para la caza de pequeñas aves, a tenor de su enorme vulnerabilidad en estas condiciones.

«Al caer la noche, las aves que llegan de la migración se refugian a dormir en los setos de olivar súper intensivo y es entonces cuando las cosechadoras, equipadas con potentes focos de luz, se colocan por encima de los setos para cosecharlos, depositando los materiales colectados sobre el remolque que llevan adosado. Es ahí donde se pueden encontrar los cadáveres de aves amontonados entre la aceituna y hojarasca engullidos por la maquinaria», describe el informe, con toda la contundencia posible.

En principio, se ha detectado que las especies afectadas son: Currucas Cabecinegra, Mosquitera y Capirotada; Zorzal Charlo, Común y Alirrojo; Petirrojo; Verderón; Mosquiteros Ibérico, Común, Musical y Papialbo; Jilguero; Pardillo; Lavandera Blanca, Cascadeña y Boyera.

La mayoría de estas aves proceden de Francia, Holanda, Bélgica, Alemania y Escandinavia, aunque también de Reino Unido y los países bálticos, por lo que se trataría de un problema ambiental de carácter europeo.

Se contabilizan hasta 100 aves muertas por cada remolque cosechado. Es decir, un centenar de aves por cada hectárea. «Teniendo en consideración la extensión en hectáreas que Andalucía dedica a este tipo de olivar y considerando la distribución de rutas de aves migratorias, todo apunta a que cada campaña olivarera de súper intensivo, en la que se cosecha durante la noche, las estimas más conservadoras apuntan a que esta práctica estar afectando a 2,6 millones de aves cada año en Andalucía, especialmente en las provincias de Sevilla, Córdoba y Jaén», según la información de la propia Consejería.

Pero el informe, incluso, va más lejos. Según la información de la Guardia Civil, muchas de esas aves son «vendidas» por operarios al «mundo de la hostelería rural para el consumo como pajarito frito»«Esta práctica es ilícita y altamente perseguida por la Consejería competente en materia de Salud por carecer de las suficientes garantías sanitarias».

«La mejor opción para poner fin al problema es que desde esa Consejería se prohíba la cosecha de olivar en súper intensivo durante horas nocturnas, lo cual impediría que las aves migratorias sean capturadas bajo la acción de los focos», concluye un documento que puede tener una enorme trascendencia europea.

Más información en la web de Palomeando y en nuestro foro de migratorias

Fuente: Cordopolis.es

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