Feminismo… depende para quien, ¿no?

Cada día que pasa me hallo más sorprendido del camino que ha tomado parte de esta sociedad, en una época en la que se debería de imponer la cordura y que, por el contrario, lo hace el radicalismo.


Hasta ahora es habitual que se insulte y amenace al colectivo de la caza en RRSS, pero los últimos acontecimientos que vienen sucediendo son atroces.

Teniendo muy reciente en nuestras mentes y corazones la sentencia que ha recaído a La Manada, en la que unos personajes salen de rosistas ante un hecho atroz, y en la que toda la sociedad se moviliza mostrando su rechazo, parece se ha puesto de moda atacar a las mujeres que ejercen la caza, una actividad legal. Ataques en los que desean que las violen, vejen, abusen de ellas… y podría enumerar más, pero hasta me tiemblan los dedos al transcribirlo. Y no queda solo en deseos, no, algunas llegan hasta las amenazas de muerte. Algo realmente triste y lamentable, pero peor aún cuando son muchas mujeres las que vierten estos deseos y amenazas en RRSS contra sus semejantes, contra mujeres como ellas.

Algo realmente triste, al igual que ver como esos colectivos llamados feministas miran para otros lados cuando estas cosas están sucediendo, eso sí, cuando no se realizan contra cazadoras levantan la voz y salen a la calle. ¿Acaso es que la mujer cazadora no es mujer? ¿Es que si se trata de una cazadora no es delito? O más bien, ¿condenan este colectivo a las mujeres libres cazadoras por el hecho de que ellas mismas consideran la caza como algo de hombres? Pues muy señoras mías, la caza no es cuestión de género, sino de sentimientos, y las mujeres que la ejercen son igual que las que van al gimnasio, a pintura o a cualquier actividad que deseen realizar libremente.

Tampoco podemos dejar de lado el cinismo de los partidos políticos que ni condenan ni intentan parar esto, o la de los jueces que se escudan en la libertad de expresión —si fuera un cazador quien dijera esas brutalidades, estaría bajo rejas—, o la de la misma policía que no actúa de oficio como sí lo hacen en otros casos.

Pero una cosa sí quiero dejar clara, si estos personajes que son capaces de desear tales brutalidades son los que supuestamente cuidan de los animales, la desaparición de la fauna está asegurada sin lugar a ninguna duda.

Amigas y compañeras cazadoras: olé por vosotras, por vuestra valentía, olé por no dejaros amedrentar, olé por ser libres para ejercer vuestra forma de vida, y sabéis que tenéis todo el apoyo del mundo cinegético, ya que, sin vosotras, no sería posible ni la caza ni la libertad.

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