Ahora que vamos despacio…

Cada vez entiendo menos las cosas. Probablemente el raro sea yo, el que ve las cosas diferentes, pero desde muy pequeño siempre he visto cómo los mayores de mi pandilla nos defendían a los pequeños en esas peleas tontas entre barrios colindantes, escaramu


He vivido y me han enseñado la palabra lealtad, compromiso, amistad. Siempre así, desde mi barrio hasta en el campo con mis compañeros de caza. Pero hasta ahora entendía poco la extraña defensa que hacía la mayoría de federaciones de caza, siempre me han demostrado que solo miran por los que ocupan el sillón y nunca por el cazador de a pie. Les da igual que nuestras perdices y liebres se mueran, que en Guadarrama las cabras tengan sarna y corran riesgo, no solo esa especie. Que quieran erradicar el arruí u otras especies. Que cada vez pongan más trabas para poder ejercer la caza, y así podría seguir páginas y páginas. Pero esto es mi visión, no digo que pueda tener razón o no, pero es lo que a mí me transmiten esta gente.

El triste final que tuvo una compañera de caza hizo que mi esperanza de que todo cambiara resurgiera tras el ataque vil y cobarde de los de siempre, alegrándose por la muerte de una chica en la flor de la vida, en este caso cazadora, hizo que por fin saliéramos todos contra esos ataques, que empezáramos a estar unidos para defendernos, como en mi barrio cuando era pequeño. Ya era hora de que se nos empezase a escuchar, de decir basta… y entonces nació La Alianza por el Mundo Rural. Una asociación donde en un principio se aunaban todo el mundo de la caza, asociaciones, federaciones, empresas, cazadores sociales, etc. Al fin parecía que, por una vez, algo tomaba forma para empezar a defender nuestra forma de vida.

Se empezó a hablar de una gran manifestación, los cazadores, pescadores, mundo taurino y mundo rural todos a una, pero la retrasaron argumentando que no daba tiempo a organizar algo tan grande, y a mi entender, era cierto. Nos dieron unas fechas, y dejaron de hacer ruido.

Hace unos días se volvieron a reunir, y dónde está mi sorpresa, que la quieren hacer para el 2019. En ese momento no entendía nada, no daba crédito. Y cómo no, otra vez se rieron de mí y de cientos de miles de cazadores, de pescadores y de todo el mundo rural. De nuevo han vuelto a mirar por sus intereses personales, sin pensar en el resto.

Después me descojono cuando escucho a algún gerifalte de diferentes federaciones decir que no entienden cómo no nos federamos, pues amigo, si es triste que se mofen de nosotros sin estar federados, imagínense estándolo, que no son capaces, ni siquiera la alianza, de mirar por la caza de todos. Solo dejan un camino: que los animalistas acaben con nosotros.

Eso sí, yo no pierdo la esperanza de que algún día todos los cazadores y el mundo rural nos levantemos al fin y podamos defendernos tanto de los animalistas como de los que no saben defender la caza y a los cazadores. Y, como estos temas a mí personalmente me dejan muy mal sabor de boca, os dejo una receta para por lo menos dar gusto al paladar.

Zorzales con arroz

Ingredientes:

  • Una docena de zorzales
  • 480 gramos de arroz
  • 2 pimientos verdes
  • 1 tomate maduro
  • 1 puerro
  • 2 ñoras
  • 2 pimientos choriceros
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • 1 cucharadita de pimienta
  • 1 cayena
  • Azafrán
  • Sal
  • Aceite oliva
  • Caldo de los zorzales

Para el caldo:

  • 1/2 vaso de fino o Manzanilla
  • 1 zanahoria
  • 1 rama de apio
  • 1 cebollas
  • Unas ramas de tomillo
  • Unas ramas de romero
  • 2 hojas de laurel

Preparación:

Abrimos las ñoras y los pimientos choriceros, les limpiamos las semillas y los metemos en agua para que se vayan hidratando.

En una olla con aceite de oliva, vamos dorando los zorzales y retiramos.

En el mismo aceite pochamos la cebolla, el apio y la zanahoria junto con el romero y el tomillo.

Añadimos el vino, el agua (un poco más que el triple de arroz) y los zorzales. Dejamos hervir hasta que los zorzales estén tiernos (media hora aproximadamente).

Mientras se hace el caldo, cortamos el pimiento, el puerro y pelamos el tomate.

En una cacerola u olla aparte y, con aceite de oliva, añadimos los ajos enteros sin pelar y la guindilla. Cuando los ajos empiecen a dorar, agregamos los pimientos hasta que cambien de color.

Incorporamos el laurel, la carne de las ñoras, el tomate, el pimiento choricero y continuamos la cocción a fuego lento.

A continuación, retiramos del fuego, echamos los zorzales y el pimentón y movemos bien con cuidado de que no se queme.

Volvemos a poner en el fuego y echamos el arroz, removiendo bien durante dos minutos.

Vertemos el caldo, salpimentamos y añadimos el azafrán.

Solo falta esperar a que el arroz esté en su punto y a disfrutar.

¡Que aproveche!

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