Gear up: Empieza el Show

Hace tiempo que no visitaba el Shot Show, la feria dedicada al mercado de las armas de pequeño calibre y su industria relacionada, que se celebra cada enero en Las Vegas, Nevada, bajo el auspicio de la siempre influyente NRA (en una palabra, la conocidísi


Y es que los americanos, igual que con sus coches, enormes, o los indescriptibles hoteles de Las Vegas, lo hacen todo a lo grande, y esta feria no es algo diferente. Aun cuando el sector está en seria recesión en el mercado norteamericano, la pujanza del mismo, más allá de sus fronteras, el valor estratégico y el orgullo que sienten por el negocio no ha impedido que el Shot Show celebre su cuarenta aniversario, siendo más grande y reuniendo un mayor número de expositores que nunca. Cuando uno entra en el centro de convenciones se da cuenta del tamaño de esta industria, de su importancia y de cómo ellos mismos lo viven.

Visitar el Shot, aunque sea de tiempo en tiempo, es un privilegio, vale la pena, todo aquí es exótico e irónico. No hay sociedad más hipócrita y pragmática a la vez que los Estados Unidos de Norteamérica. Todo está a medio camino entre lo grandioso y lo kich. De entrada, llama la atención el acceso (no es el único) al Sand Expo a través del casino del Venetian, portentoso, repujado, a golpe de tragaperras y ruleta; lo segundo, la muchedumbre, pasillos con moqueta barroca de tres dedos de alto y arañas en el techo, repletos de americanos enormes, que lucen orgullosos camisetas que atentan contra el sentido del ridículo. Logos sobredimensionados y sloganes fabulosos que reflejan su pasión por las armas.

Sí. El Shot Show es sin duda, eso, pasión: exceso. Las Vegas es puro espectáculo y el Shot Show se contagia de ese espíritu. Toda aquella empresa o medio que se precie, vinculado a este negocio, tiene aquí su cita obligada. Por ello no es de extrañar que algunas de las marcas europeas de mayor solera —aunque la mayor parte con poca relevancia en el mercado norteamericano— hayan decidido este año anticiparse y no esperar las escasas cinco semanas que separan esta feria de su homóloga europea el IWA, mucho más elegante y profesional, para presentar sus novedades.

Después de sentirme deslumbrada por tanta sobredosis visual, y una vez dentro del recinto, a medio camino entre las tragaperras y las ametralladoras, un repiqueteo (rattle) invade mi cabeza: Qué importante es este negocio, qué volumen mueve, qué entusiasmo genera y qué maltratado está en España. Desde en los medios hasta las administraciones, pasando por el punto de venta, qué falta de conocimiento, qué falta de mundo. Aunque en España todos los saben todo. No cabe duda que algo hemos hecho mal los que nos dedicamos al tráfico para no transmitir esta riqueza. Qué desconocidos y poco prestigiados somos, viles comerciantes. A pesar de poner pasta y trabajo, al servicio de la caza y los medios, siempre en un segundo plano, a la sombra aquellos que figuran mucho y hacen menos en nombre de la caza.

Tú eres guapa, tú eres lista, tú eres importante. Además de creértelo, cuéntalo. O sortea algunos viajes a Las Vegas.

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