Galgos Sin Fronteras y el diario '20 minutos'

Estoy absolutamente indignado, y espero y deseo que se me note.


Estoy indignado, aunque no sorprendido, por el artículo publicado en el diario 20 minutosver aquí—con el que ya se colma mi capacidad de leer estupideces emboscadas en la mal llamada libertad de expresión, y de las que el rellena-cuartillas de turno pretende cubrirse las espaldas utilizando las malditas palabras: «Probablemente», «Supuestamente», etc. Parece mentira que haya responsables de edición que admitan esos textos y, lo que es peor, que los publiquen. Y no estoy indignado ni sorprendido al ver la nula respuesta contundente por parte de los que dicen que ostentan la representación de los cazadores, así como su defensa y la de la caza. A eso ya me tienen acostumbrado. Me recuerdan a ese conjunto de tres monitos, uno con las manos sobre los ojos, otro tapándose los oídos y el otro cubriéndose la boca, y todos ellos con una hermosa barriguita llena y agradecida. Ya sabéis: «Ni ver, ni oír, ni hablar», o lo que es lo mismo: «Ciegos, sordos y mudos». Claro que tampoco estoy sorprendido por la nula reacción de los cazadores, por sus sociedades, por sus asociaciones, por sus federaciones de asociaciones, y por cada uno en particular. Eso tampoco es nuevo. ¿Cómo podemos tener el cuajo necesario para soportar artículos como ese sin tan siquiera mover un dedo? Si en un artículo similar, el titular dijese: «Un cazador trata de salvar la vida de un galgo desollado y acuchillado por un miembro de una ONG», y en el cuerpo se escribiese: «La asociación de cazadores El Conejete intenta salvar la vida de un galgo de nombre “Susto” que fue hallado en la ciudad de Madrid desollado y acuchillado, probablemente por un miembro de una ONG que “castigó” así al animal…» se habría organizado una movida que no podemos ni tan siquiera imaginar. Desde protestas en todos los medios a movilizaciones, denuncias, y puede que cosas peores. Pero en el caso presente, como en el titular figura un cazador como el desollador, y en el cuerpo se dice que supuestamente, pues no pasa nada, como si el tema no fuese con nosotros, como si no fuese un ataque más que quedará impune por nuestra indolencia. Y mientras tanto, siguen con su proselitismo engañando al personal y manteniendo, o lo que es peor, incrementando la mala imagen que una mayoría tiene de nosotros. Ya se sabe: «Si callan es porque otorgan». Y nosotros perdiendo el tiempo en discusiones sobre ética, pureza genética, diferencias de caza entre el norte y el sur —como si el ecuador cinegético pasase por alguna parte—, y mientras tanto dejándonos avasallar e injuriar por cualquier cretino que solo persigue su propio beneficio. Así nos va, y lo que es peor, así nos irá.
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