Perdices, conejos, liebres, zorzales… ¿a quién votarán?

Muchas veces me he preguntado, si los animales votaran, a qué partido lo harían. Quiero suponer que en este país, con 17 autonomías y 14 leyes de caza, lo harían con la mayor disparidad, buscando el partido que les ofreciera protección frente al gran súper-predador, el Hombre.


Siempre me ha llamado la atención el hecho de que cuando un zorzal, una paloma, una becada o un ánade, entre otros, al cruzar los pirineos, según a qué comunidad vaya tendrá un trato diferente; ya sé que en base a la normativa local, ley de caza, y otras medidas proteccionistas. Pero es paradójico que en una Comunidad Autonómica posiblemente en base a “lo tradicional” se puede capturar un ave con liga, o con redes, mientras que en la vecina no está permitido, y por lo tanto sancionado. Aquí entra en juego el poder político, y el interés y habilidad de los mandatarios en proponer, defender y aprobar esta cuestión. Así el zorzal que se escapa de la escopeta en Andalucía, puede ser atrapado con red en la Comunidad Valenciana, o en una losa o con un lazo en Francia. Vemos que el zorzal es el mismo, pues come aceitunas en Jaén, en Castellón y en Perpignan. Pero la política lo adecua a sus intereses según la demanda de sus votantes. En definitiva, siempre bajo la tutela política se adoptan las medidas que más convienen al grupo con más votos y que en ocasiones no favorece para nada a la fauna silvestre. Los animales son apolíticos, no votan, pero son víctimas de la política humana.
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