¡Cal y arena!

No se pueden imaginar lo contento que estaba yo, deseando transmitirles noticias de verdad alegres para nuestro ambiente, después de llevar años navegando entre disgustos y problemas, y hablo de lo que atañe a todos los que tenemos en este sector nuestro medio de vida, además de algunos nuestra pasión.


Mientras redacto estas líneas, nuestro buen amigo y colaborador Octavio Diez está en Las Vegas (Estados Unidos), recabando información para ustedes de lo más interesante que se está dando a conocer en la feria de armas más importante del mundo. Y esa enorme fiesta del mercado internacional influirá en todos los procesos desde los que fabricantes, importadores, armeros, etc., basan sus respectivas acciones para llevar adelante sus empresas, esas desde las que todos los que disfrutamos de este ambiente, ya sea con el tiro deportivo, la caza, o la más sana afición, lleguemos a disponer de todo ese material que nos resulta fundamental. Y ahí quería yo llegar, porque en las últimas semanas, mientras he ido contactando con profesionales del comercio de este sector en muy distintos niveles, he disfrutado —literalmente— al comprobar cómo un comentario casi se repetía en todos los casos, confirmando que «la cosa va mucho mejor», y hubo hasta empresas esperando recibir material que importan que, entre casi sorprendidos y sin duda más que contentos, reconocían que «estaba todo vendido» antes de llegar a sus manos. Créanme si les digo que el asunto es bien diferente de lo que hemos venido padeciendo desde hace muchos, muchísimos, meses. Y hay que tener en cuenta, además, que estamos en la época dura del año, cuando tradicionalmente el bolsillo de la mayoría se resiente después de muchas fiestas, regalos y otros dispendios. Pero por lo visto y oído se confirma que nuestro ambiente repunta, aunque no podemos olvidar que son muchos los que no nos pueden ni ver, y en los que se confirma están dispuestos a todo, o casi por lo ya demostrado, para convencernos de su incultura, intransigencia, salvajismo… y otras cosas más que están en la cabeza de todos nosotros. Y es que si hasta ahora en esta página les he hablado de cosas alegres, no tengo más remedio que referirme también a esa legión (cada día más obtusa y envalentonada), que no duda en arremeter, mejor digo insultar, amenazar, y ya hasta agredir, a personas absolutamente LEGALES que por su relación con los animales, ya sea desde los ambientes taurinos, los circos, los cazadores, y otros muchos, no vayan a creer que la lista queda ahí, pero asimismo absolutamente LEGALES (y sé que me repito), han decidido que nos van a erradicar, y no nos queda más remedio que sacarles de su gigantesco error. No hace mucho, millones de personas supieron que había salvajes que deseaban la muerte de un niño enfermo de cáncer que había recibido un homenaje en una plaza de toros, ya que su sueño era ser torero. Y otro ejemplo que ya trasciende de las palabras es el asalto de varios encapuchados durante la actuación de un número con caballos en un circo, agrediendo salvajemente a diestro y siniestro, lo que ya habían hecho el día anterior con uno de los responsables de esa empresa. Pero hay más, por desgracia mucho más, como el individuo que prefiere ver muertos a dos niños en vez de al jabalí con el que aparecían en una foto. Resumiendo: intolerable y peligroso; también para ellos por supuesto. Y vamos a defender la caza (y la legalidad que todos esos energúmenos se saltan), recordando que somos UN MILLÓN de ciudadanos legales a los que no se puede atropellar, ni amenazar —hasta de muerte—, como esta gentuza hace cada día. Unámonos por tanto para hacerles frente con las leyes en la mano, esas que nosotros somos los primeros en cumplir.
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