Cuatro años ya…

Ese es prácticamente el tiempo que llevamos desde las últimas elecciones a la Presidencia de la Real Federación Española de Caza, un órgano de representación al más alto nivel nacional e internacional de los cazadores, tanto en el ámbito deportivo como en el de la defensa de la actividad cinegética.


Desde entonces, se han sucedido protestas, modificaciones, recursos, contrarrecursos, sentencias, más sentencias, cambios en la cúpula, reincorporaciones, inhabilitaciones, separaciones de federaciones autonómicas, impagos… Han sido unos tiempos en el que el estrangulamiento económico de la RFEC ha provocado que, a pesar de los esfuerzos de los gestores, se haya tenido que realizar un reajuste de personal, de proyectos, de estudios, de programaciones, incluso deportivas. Por ello, es necesario que esta situación se revierta y que de nuevo la Federación esté en el papel que le corresponde, organizando el amplio calendario de competiciones que tutela, participando con nuestros deportistas en otros países, manteniendo los planes de gestión y volviendo a impulsar la Escuela Española de Caza o Fedenca. Seguir con estudios sobre las especies, sobre la incidencia del veneno en los campos, sobre los cambios en la agricultura y climáticos, difundir la necesidad de la caza como elemento de control poblacional, promover campañas de imagen ante los ataques de los ecologistas y algunos partidos políticos, mantener la tensión ante las resoluciones contrarias a la caza de la Administración central y de las autonómicas… Mucho trabajo que no puede esperar, que necesita de unión y de proyectos en común. Esperamos que a finales de año haya un nuevo presidente de la RFEC, una nueva junta, con esa renovación generacional necesaria que ya se está dando en algunas federaciones autonómicas. Pero seguimos con censos, recursos y más recursos, respuestas, sentencias, suspensiones cautelares del proceso electoral y todo ese maremagno que los cazadores de base no entendemos. A ver si todo acaba y se pone en marcha una nueva etapa, que es lo que esperan los cazadores, sin protagonismos ni enfrentamientos. Veremos en qué queda todo esto. ¡Mientras tanto, buena caza tras la vuelta de las vacaciones estivales!
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