Plan para la proliferación del lobo

Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro.-"El hombre es un lobo para el hombre"-(Tito Macio Plauto).


En siete años los ataques de lobos se han duplicado y han supuesto 17.500 reses muertas ‘declaradas’. El conflicto está servido en Castilla y León pues la población del lobo ha seguido aumentando y todo apunta a que están compartiendo territorio miles de lobos con más de tres millones de reses ganaderas y con cientos de miles de reses cinegéticas, que en este caso no se cuentan, porque no son de nadie… Estamos a punto de conocer un nuevo decreto, ahora en borrador, para regular en Castilla y León un Plan de Conservación y Gestión del Lobo. El lobo es una especie muy controvertida cuyo manejo se va a realizar a través de un proyecto que está perfectamente concebido en su diseño metodológico y organización. Ha sido propuesto al MAGRAMA y puede servir para el resto del territorio español. Durante 2012 y 2013 se está haciendo un nuevo censo de lobos en Castilla y León por unos trescientos funcionarios y un nutrido equipo técnico. Para la primavera de 2014 tendremos los datos finales de la población existente sobre la que se aplicará el nuevo plan. Van a contabilizar las manadas que se dan por seguras si se cumplen los indicios para ello exigidos (entre ellos, si son vistas con presencia de cachorros) y las manadas probables en función de otro tipo de datos. Como es conocido, el lobo vive en bajas densidades, se desplaza muchos kilómetros y es muy difícil de censar. El plan de caza se aplicará, como hasta la fecha, solamente sobre las manadas seguras, lo que significa que únicamente se cazará, según está previsto, hasta el 10% sobre un porcentaje de la población evidente y testificada, que no es la total, ya que no se consideran para el plan de caza ni las manadas probables, ni ese 30% de lobos que según los expertos ni siquiera se llega a detectar. El lote, relevante demográficamente, que representan las manadas probables, tampoco se consideran en el plan de capturas. El último censo de lobos para Castilla y León, la región más poblada de España, se hizo en 2001 y se detectaron 204 manadas, de las cuales 149 eran seguras y 55 probables. La última estimación parcial de la Junta para 2012 ha dado un total de 205 manadas. La estima más conservacionista de los expertos considera la composición de cada manada con nueve individuos. Varias provincias de Castilla y León están saturadas desde hace años. El lobo se expande en todos los sentidos y está colonizando las comunidades limítrofes con manadas reproductoras ya en casi todas ellas. Posiblemente con este nuevo proyecto y el afán puesto en el censo por los técnicos y el personal de campo —la mayoría de la Junta—, así como por el equipo externo que dirige Mario Sáenz de Buruaga, afinemos algo más en el porcentaje de manadas seguras sobre probables, que sería muy deseable. El papel de fumar es bueno para liar cigarrillos, no para coger otra cosa. En otro caso, vamos a cazar como si tuviéramos la mitad de los lobos que tenemos. Pero vamos a pagar daños por todos los lobos que hay de verdad. Por culpa de las normas —con tretas administrativas— de la Consejería de Medio Ambiente, en estos seis años hemos cazado en total 297 lobos (un 2% de la población estimada) en lugar de los 760 autorizados por el Plan en vigor y muy por debajo de las posibilidades de este cánido que, según los expertos, admite por caza extracciones sostenibles del 15%. No obstante lo apuntado, el porcentaje previsto de capturas del nuevo plan me parece correcto, siempre que no se haga imposible su cumplimiento, como en los últimos seis años. La Administración apostó por incluir en la misma normativa el cupo incuestionable del Norte del Duero, con el del Sur del Duero, que el R.D. 1997/1995 condiciona. Los ecologistas denunciaron por esto y la COAG por la compensación de daños. El juzgado dio la razón parcialmente a ambos grupos y ahora el nuevo decreto regulará que cada población de lobos tenga diferente tratamiento, aunque nunca debería haberse evitado el preventivo en el Sur, tal y como contemplaba la Consejería. Esta situación de cazar aproximadamente la mitad de lo debido no tendría tanta trascendencia si los cazadores no fuéramos los responsables finales y, por tanto, los pagadores terminales de todos los daños que produce el lobo en los cotos del norte del Duero, que es el territorio donde es especie de caza y donde está la mayor población. En los últimos siete años los ataques de lobos en Castilla y León se han duplicado y en total han supuesto 17.500 reses muertas ‘declaradas’. La mayor intensidad de daños se ha dado al Sur del Duero. En los campos de esta región el conflicto está servido pues la población del lobo ha seguido aumentando y todo apunta a que están compartiendo territorio unos dos mil trescientos lobos (que estimo saldrán del actual recuento con los datos que se manejan en Castilla y León) con más de tres millones de reses ganaderas y con cientos de miles de reses cinegéticas, que en este caso no se cuentan porque no son de nadie, no tienen dueño, excepto para pagar por cazarlas, pagar por los daños producen y pagar por los accidentes que provoquen, que sigue siendo a cuenta de los mismos a los que esta Consejería ha premiado con el 63% de incremento de tasas cinegéticas: los cazadores. En este sentido hay una situación muy injusta para los cazadores con los seguros del lobo. En las dos primeras reuniones del “Comité Técnico de seguimiento del plan de conservación y gestión del lobo en Castilla y León” al que pertenezco en representación del Consejo de Caza de Castilla y León, solicité a la Consejería de Medio Ambiente que subvencionara a los cazadores el seguro al ganado de daños por el lobo, pagando las franquicias igual que lo hacen (mejor dicho en lugar de hacerlo) con los ganaderos. No me hicieron caso, como es costumbre con los del nuestro gremio. Argumenté que, al final, el seguro subvencionado por la Junta, al que recurre el ganadero dañado por el ataque a su ganado, pagará la indemnización a ese asegurado, pero la compañía de seguros repetirá de inmediato los daños al titular del coto que es quien al final los pagará, bien con el seguro si lo tiene, o con su patrimonio, pues es el responsable según determina el artículo 12 de la Ley de Caza. Que la Junta subvencione a los ganaderos el seguro al ganado por los daños del lobo al Norte del Duero, al final, sólo beneficia a las compañías de seguros que se encuentran con el abono de dos pólizas para un único riesgo y pago; una la subvencionada del ganadero, que actúa pero no se hace cargo de ningún coste, y otra, la del titular del coto que es la única que va a asumir el pago. Y ese seguro subvencionado al ganadero es un regalo a las aseguradoras, que pagamos también los cazadores con nuestros impuestos. Y con esto, no digo nada en contra de los ganaderos que tienen que resarcirse por la muerte de su ganado. Hay otras ayudas más necesarias para ellos como es el apoyo con mastines y vallas eléctricas, así como el desarrollo del Decreto 17/2013 de uso de subproductos animales para alimentación de especies necrófagas, que me parecen excelentes todas. Quien me indigna es esta Consejería que debería tener en cuenta lo dicho, porque es evidente y ya lo conoce. Me parece muy injusto el trato que nos dan a los cazadores, una especie a extinguir en esta comunidad, que nos vamos a tener que ir también a ‘trabajar’ al extranjero. CAZAR UN LOBO.- Para cazar un lobo se dan diez batidas de media. Eso es la estadística de capturas en la comunidad de Castilla y León, donde se cazan el 90 % de los lobos que se capturan en España. En esta comunidad se calcula que deberíamos dar unas 1.400 batidas para abatir los 140 lobos de media que el Plan de gestión del lobo autoriza cada año. Pero luego se cazan sólo unos 50. La caza de un lobo genera unos 10.000 euros, que se deducen del coste de una batida de unos 35 cazadores, con unos 30 euros de incremento por cazador sobre la de jabalí a secas, (por incluir lobo), y multiplicando por las diez batidas necesarias para capturar uno, daría 10.500 euros. Algo más se paga por esos lobos que salen a subasta. Pero hay todos los precios, como os digo, desde 30 € por asistir a batida mixta y que suene la flauta, hasta 12.000 € en subasta que hasta ahora se hacía con casi seguridad de cazarlo con cebo y a la espera. Entre medias hay mucho timo y negocio ilícito. Lo normal son unos 6.000 euros por lobo con bastante seguridad de cazarlo, aunque cuando es difícil asegurar poder cazarlo en un coto, pueden ofrecerlo por la mitad. Pero con pocas garantías. COMUNIDADES DONDE ES CAZABLE.- El lobo se puede cazar en Castilla y León, en gancho, batida o espera. Sólo al Norte del Duero. Cada provincia tiene su norma y método de caza. No se puede dar ninguna fórmula general dentro de esta región, ya que no se unifica desde la Dirección General. Al Sur del Duero sólo por daños y con arreglo a lo decretado. En Cantabria también es cinegético y se puede cazar en cotos privados o deportivos, pero sólo está autorizado cazarlo durante las batidas al jabalí. Si hay daños se permite la espera, pero sólo a cazadores de la zona. En La Rioja se puede cazar en los terrenos de acuerdo a lo que establece el Plan Técnico de Caza; también se autoriza por daños. COMUNIDADES DONDE SÓLO SE CAZA POR DAÑOS.- En Galicia no es especie cazable y se prohíbe su caza excepto si hay daños, en cuyo caso se pueden autorizar esperas, ganchos o monterías. En el País Vasco no es cazable. En Álava y Vizcaya se contempla su caza sólo en lugares donde cause daños y con la modalidad que permitan las Diputaciones Forales. En Asturias no es cinegética y se hace control poblacional por la guardería.
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