¿En vía muerta?

La decimosexta Conferencia de las Partes (CdP16) de la Convención para el Comercio Internacional de Especies de Flora y Fauna en Peligro (Cites), celebrada en Bangkok los días 3 al 14 del mes de marzo y a la que acudieron representantes de 177 países de los cinco continentes, finalizó con escasa repercusión, al menos en lo que a las especies cinegéticas se refiere.


Quizá porque, como muchos expertos en la materia sostienen, la regulación del comercio de trofeos y/o determinadas partes de determinados animales cinegéticos considerados en peligro o vulnerables de llegar a estarlo, no tiene especial trascendencia para su conservación —no faltan quienes lo consideran sencillamente contraproducente—. O tal vez porque una cosa es llegar a acuerdos y establecer normas y otra que se cumplan o que produzcan los efectos deseados y no sus contrarios. La pregunta es si por la vía de la prohibición del comercio de colmillos, cuernos o huesos se está avanzando en la lucha contra la caza furtiva de elefantes, rinocerontes o tigres, o solo se está dejando en manos de organizaciones criminales especializadas. Con fecha 6 de marzo, la CdP16 emite una nota de prensa para desglosar un informe elaborado por diferentes fuentes sobre la realidad actual del tráfico de marfil y presentado en Bangkok para su análisis. Se abre con una frase que muy bien podría resumir lo que se está consiguiendo: «La caza furtiva del elefante se duplicó y se triplicó el comercio ilegal de marfil en los últimos años». En definitiva, el citado informe no deja de reconocer lo que podría considerarse un fracaso: «Los grandes cargamentos de marfil que componen los colmillos de cientos de elefantes en un solo envío son indicativos de las garras cada vez más activas de las redes criminales altamente organizadas sobre el comercio ilícito de marfil de África». [El informe habla del doble de incautaciones con respecto al año 2009 de alijos superiores a los 800 kilos de marfil con destino a los mercados asiáticos]. «La caza furtiva se está extendiendo, principalmente como resultado de unos gobiernos débiles y la creciente demanda de marfil ilegal en las economías de rápido crecimiento de Asia, en particular China»… En definitiva, la prohibición hace subir los precios, las redes del crimen organizado entran de lleno en el negocio y el furtivismo se extiende a cada vez más países. Y algo muy similar podría decirse de la caza furtiva de rinocerontes y el comercio ilícito de unos cuernos por los que se llegan a pagar fortunas. ¿Vamos por el buen camino? El Dr. Duan Biggs, de la Universidad de Queensland, en Australia, vista la situación, proponía satisfacer la demanda asiática de cuernos de rinoceronte cortándolos en vivo y de manera ordenada, algo que rechazan de plano los conservacionistas en nombre del bienestar animal. Entre tanto, la ministra sudafricana de Medio Ambiente, Edna Molewa, admitió en Bangkok estar perdiendo la batalla contra la caza ilegal del rino y reconoció que, de seguir así las cosas, podrían desaparecer en 2020. Dentro de tres años, cuando se reúna la CdP17, veremos qué nos dicen. Cinegética No quisiera desaprovechar la ocasión, cambiando de tercio, de saludar la irrupción de Cinegética como la tan deseada feria única de Madrid y felicitar a sus promotores por el esfuerzo. Creemos que, por ubicación y otras circunstancias, está llamada a ser en pocos años el principal foco en España para la contratación de caza nacional e internacional, así como para la adquisición de equipamiento para la caza, y con el tiempo una importante reunión de profesionales y cazadores a nivel europeo. No está el ambiente para cohetes, es cierto, tan cierto como que en su primera edición faltaron stands, pero crecerá. Sin duda. Lo que sí hubo fue visitantes, a ratos tantos que más de un expositor echó en falta algún tipo de filtro que desincentive a Cinegética como un multitudinario lugar para pasar el rato.
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