Compromisos de los cazadores

Hay un compromiso de los cazadores responsables con las especies, con el medio ambiente y con la ciencia que se ha hecho muy evidente con los trabajos y acciones que ha emprendido la RFEC en los últimos 15 años. La historia de la Escuela Española de Caza y la de la Fundación FEDENCA, avalan lo que digo.


Ambas entidades se han nutrido de las universidades y de sus técnicos para impartir los cursos o dirigir científicamente los proyectos de investigación, que hemos emprendido sobre aspectos relacionados con la fauna cinegética. A la vez, hemos tratado de colocar la camisa de fuerza a algún cazador montaraz, hoy casi extintos, de los de «ave de paso, cañazo». La presencia reciente de la RFEC-FEDENCA, junto con las Federaciones Catalana y Vasca, con varios proyectos editados y expuestos en el XXX Congreso Internacional de Biólogos y XIII de la Perdiz, celebrado en Barcelona a primeros de setiembre, es otra prueba contundente de lo que digo. Hemos estado en ese congreso que se ha comunicado, como todos los de ese tipo, en inglés. Yo no he podido explotar todas las posibilidades porque no hablo ese idioma y tampoco había traducción simultánea —como era de esperar y suele ser norma en estos eventos, al menos para el idioma del país anfitrión—, aunque he estado muy amparado en las relaciones con los congresistas por personal colaborador de FEDENCA y en las charlas técnicas por José A. Pérez Garrido. Este cualificado técnico de FEDENCA y director del proyecto del Mapa Genético de la Perdiz Roja expuso una comunicación oral novedosa sobre el seguimiento de las migraciones de becadas vía satélite y presentó un póster alusivo a un programa informático muy completo de recogida de datos de jornadas de caza y becadas abatidas, parido por Felipe Díez, que se ha aplicado en el proyecto conjunto sobre el estudio de becadas que hemos desarrollado durante dos años el CCB, propietario del programa, y FEDENCA. Gracias a esos apoyos y a la disposición y excelente decoración del stand, en el que ha estado presente la Federación Catalana, los resultados han sido muy positivos para FEDENCA. Nuestro objetivo de divulgar todos los proyectos recientes, se ha conseguido holgadamente y no ha podido tener mejor marco ni mayor eco. Hemos exhibido en las exposiciones tres resúmenes y dos pósters sobre cinco proyectos y hemos repartido los opúsculos de algunos proyectos a más de un centenar de congresistas que los solicitaron. La creación de lazos de entendimiento entre el mundo científico y la caza, que es otro de nuestros objetivos históricos, como apuntaba al principio de este escrito, ha tenido una respuesta muy positiva en el congreso; tenemos más de cien congresistas que nos han dado su filiación porque están interesados en disponer de información futura, y ampliar la existente, sobre proyectos que hemos patrocinado los cazadores españoles. La solicitud de información en nuestro stand era continua. Algún periodista nos ha pedido el opúsculo de la becada para publicarlo por capítulos en una revista polaca. Japoneses, que disponen de idénticas tendencias cinegéticas que los españoles, chinos interesados y técnicos de toda Europa han preguntado a FEDENCA por nuestros trabajos. Un espacio de exposición de todos nuestros proyectos, presentados en forma de opúsculos o textos, ha sido lugar de reunión de expertos españoles y extranjeros para ojear o comprar la información editada por FEDENCA. Las administraciones de medio ambiente, andaluza y catalana, allí presentes, han tenido nuestro espacio como lugar de encuentro para lo que han considerado. Nuestras buenas relaciones anteriores con esas comunidades se han incrementado y nos han permitido conocer a nuevos cargos administrativos muy comprometidos con la naturaleza y la caza. También hemos podido pulsar como se gestionan las especies de caza en Inglaterra, el país donde se hicieron por Stephen Tapper, del Game Conservancy Trust, los primeros ensayos documentados de control de predadores de perdices, que son referente en los textos de la especialidad. Ese club, donde los socios (todos con fincas y apellido notable) ponen dinero para investigar en gestión cinegética, ha expuesto resúmenes que dan datos de un incremento muy sensible de las poblaciones de perdices y otras especies, actuando sobre el hábitat, setos y márgenes amplios en los terrenos agrícolas y sobre todo controlando predadores sin empacho. Esta misma actitud haría cortarse las venas a algunos de los que lo escucharon, si se hiciera en España. Aquí se somete a dura vigilancia a la administración por permitir controlar zorros, que es el mamífero con mayor distribución mundial y no quiero pensar lo que pasaría si pidiéramos controlar martas y otros mustélidos, como hacen en Inglaterra, o mangostas que es un predador invasor y algunas rapaces en franca progresión. Nos llamarían en público lo que nos llaman en privado, incluso algunos que pertenecen a entidades con las que la RFEC colabora generosamente. Tuvo mucha presencia el IREC (Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos) que lleva en el nombre su objetivo constituyente y el sentido de su creación. Presentó en el congreso varios proyectos, alguno como el de semillas patrocinado por los cazadores. El nuevo director de esta institución, Jorge Cassinello, ha tenido a bien reunirse con la RFEC para hablar de colaboración y me consta que tiene previsto crear un foro de enlace con el sector cinegético. Dentro del IREC hay alguna familia muy poco afín a la caza. Esto es diferente a no ser cazador (nadie es perfecto), pero otra cosa es pedir la eliminación del apellido cinegético a la institución. Lo de cinegético en Castilla la Mancha es consustancial con la esencia de sus hombres y de su tierra. No creo que se atreva nadie a quitarlo. También me refiero a alguno de esta institución que parece que sólo nos acepta por el dinero, tal y como se ha dicho siempre de quien está usted pensando. Conservacionistas somos también los cazadores, por eso pagamos por conservar la naturaleza y, en algunos casos, no hace falta que lo tengamos que aclarar. Los que están en un centro de recursos cinegéticos deben estar dispuestos a colaborar o al menos poner buen semblante ante todo lo cinegético. Y todo lo cinegético, por si les vale, no son sólo las perdices, sino todo lo que las condiciona: animal, vegetal o mineral. He querido decir la naturaleza y la caza, que es también la esencia de lo que defiende FEDENCA en su conjunto.
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