Para informadores de sucesos y jefes de redacción.

Buscando en la hemeroteca la información sobre un tema que no viene al caso, he vuelto a reparar en la noticia de hace algún tiempo, y que se repitió hasta la saciedad por los medios de comunicación, con los detalles de un brutal atentado ocurrido en el norte de España.


La primera vez que lo escuché, fue con un titular parecido a: “Asesinado con una escopeta de caza”. En el comentario posterior precisaron que los disparos se efectuaron con una pistola, y en otro poco más tarde, con una escopeta de caza con cañones recortados. En las siguientes veces que han ido dando información, ampliando datos, se ha repetido lo de la escopeta de caza y que dispararon cartuchos con postas, aunque también se dijo con una escopeta de postas. Los periódicos escribieron la noticia de modo similar. Algo parecido ha sucedido con la información sobre la reciente muerte del alcalde de Fago. Como en esta ocasión, cada vez que en cualquier hecho delictivo aparece una escopeta los informadores casi siempre precisan que es una escopeta de caza. Leí el anuncio de unas charlas para periodistas de la prensa especializada en caza y armas, lo que no está de más, pero quienes más lo necesitan son los que, más que informar de sucesos, añaden opiniones y detalles sobre aspectos que desconocen y se imaginan, o que recogen de personas tan ignorantes como ellos sobre esos detalles aunque algunos vistan uniforme. El tema me produce tal repulsa, que me voy a permitir tratarlo un poco por si lo leyese algún responsable de cualquier medio de comunicación y se aprendiese la lección. Soy perfectamente conocedor de que a los periodistas les enseñan algunas materias que son aplicables a su profesión, en cuanto a lo que podemos definir como cultura general y las específicas sobre los diferentes medios y técnicas de comunicación, pero es impensable e imposible que les enseñen todas las materias correspondientes a otras profesiones, oficios y aficiones, aunque solo sea en sus aspectos más elementales. O sea, que si saben algo de mecánica no es porque lo hayan estudiado en su Facultad, lo mismo que de fútbol, o de tenis, o de cante flamenco, o de política internacional, o de estrategia militar, o de materiales de construcción, o de altas finanzas, o de medicina, o de ingeniería, o de diseño industrial, o de análisis de balances, o de... armas y de cazadores. Pero eso de lo que yo soy conocedor al parecer ellos lo ignoran. Deben estar convencidos de que su título o trabajo les permite opinar con autoridad sobre cualquier tema, (alguno incluso piensa que está obligado a hacerlo), y así pasa lo que pasa. Lo que debiera ser información se amplía con opiniones erróneas, con o sin aviesas intenciones, y el conjunto puede resultar nauseabundo. Sus trabajos, salvando las muy enormes distancias, son similares a los de los programadores informáticos: Unos cuentan y hasta opinan de cosas que ignoran en profundidad, la mayor parte de las veces basándose en lo que escuchan, y los otros hacen programas para trabajos que les son absolutamente desconocidos. Pero, cuando los profesionales informáticos tienen que hacer un programa de ordenador para calcular estructuras de ingeniería civil con hormigón y acero, por poner un ejemplo, se asesoran por un profesional experto en ese tipo de cálculo, que los dirige y les va suministrando las fórmulas oportunas en cada momento, y que supervisa las pruebas para comprobar la corrección de los resultados. Luego, cuando se está realizando la obra, es posible que aparezca un periodista afirmando que sobra hierro, o que falta dimensión en los pilares, pues posiblemente lo escuchó a alguno de los muchos desocupados que miran mientras otros trabajan. No quiero que se entienda que generalizo sobre la profesión y los profesionales. Los hay verdaderos expertos en los temas que generalmente tratan de modo especializado, y los hay que se documentan adecuadamente cuando deben comentar sobre algo que no dominan. También los hay que se limitan a informar siguiendo el principio de: quién, qué, dónde, cómo y cuando. En ese colectivo, como en otros, hay muy buenos profesionales, serios, honestos, responsables y conocedores de que pueden influir y mucho sobre la opinión de sus lectores, en lo bueno y en lo malo. Por todo ello, voy a darles una ligera idea, de las de “andar por casa”, para que se expresen sobre armas con mayor propiedad y sin decir barbaridades ni faltar a la verdad. - Escopeta es un arma larga de fuego, con uno o dos cañones sin estriar, (cañón liso), realizada para disparar cartuchos conteniendo perdigones, -bolitas de diferentes tamaños fabricadas de plomo generalmente,- y algún modelo de bala, aunque también existen cañones rayados en su totalidad o en su proximidad a la boca de fuego, que se utilizan para disparar cartuchos con cierto tipo de balas y también cartuchos de perdigones que se desean dispersar más de como lo hacen en los cañones lisos, y que tienen utilidad especializada en cierto tipo de caza como la de la becada. - Las escopetas de un cañón pueden ser de carga manual, (se abre la escopeta, se mete un cartucho en la recámara y, cuando se dispara, se vuelve a abrir, se saca el cartucho vacío, se introduce otro y se cierra la escopeta, que queda lista para volver a disparar). También las hay semiautomáticas, en las que, después de disparar el cartucho que hay en la recámara, automáticamente, por un sistema de inercia o con la ayuda de los gases producidos en el disparo, se expulsa la vaina vacía y se introduce otro cartucho en la recámara, quedando lista para volver a disparar. Su capacidad de carga, si es para uso en la caza, está limitada a tres cartuchos, uno en la recámara y dos en el cargador tubular que lleva debajo del cañón. Igualmente las hay de “trombón” o de corredera, en las que la expulsión de la vaina vacía y la introducción del nuevo cartucho desde el cargador tubular se realiza por el accionamiento manual de una pieza deslizante debajo del cañón y un juego de palancas. No tienen aceptación entre los cazadores españoles, pese a no tener limitación en el número de cartuchos que pueden llevar en el cargador. Suelen utilizarlas los cazadores norteamericanos, y las fuerzas y cuerpos de seguridad, tanto con munición de perdigones, postas o balas, como para lanzar pelotas de goma, botes de gas, etc. Hay alguna escopeta de un cañón cuya carga se realiza mediante un cerrojo similar al de los rifles, pero tampoco han tenido aceptación entre los cazadores españoles. Las escopetas de dos cañones son todas de recarga manual, o sea que, una vez disparada, se abre mediante una palanca, expulsa automáticamente o se le extraen las vainas vacías, se colocan nuevos cartuchos, se cierra y queda lista para volver a disparar. Las de dos cañones pueden ser de las llamadas superpuestas o yuxtapuestas. En las superpuestas los cañones van unidos uno sobre otro en el plano vertical, y en las yuxtapuestas, (paralelas o planas), los cañones van unidos uno junto al otro en el plano horizontal. La longitud normal de los cañones está comprendida entre los 60 y 76 cm. aunque se utilizan algunos más largos para cierto tipo de caza, como la de acuáticas, pero son una minoría. También se utiliza la medida de 76 cm. para alguna modalidad de tiro al plato, pero la mayoría miden entre 66 y 71 cm. El calibre de una escopeta es una cifra que indica el número de bolas de plomo que, con el diámetro del ánima, se pueden fabricar partiendo de una libra inglesa de dicho metal, y se denomina como “bore”. Por lo tanto, una escopeta del 12 o del 12 bore, es la que el diámetro del ánima del cañón equivale al de una de las doce bolas iguales que se pueden fabricar partiendo de una libra inglesa de plomo. Aproximadamente 18.5 mm. Una escopeta del 16 ó del 20, (16 bore o 20 bore), tiene por lo tanto menor diámetro de ánima que otra del 12, y una del 4, 8 ó 10 lo tiene mayor. Alguna vez, y refiriéndose a una escopeta del 12, han dicho o publicado que era de calibre 12 mm, (es posible que por la denominación de los calibre de munición metálica, rifles, pistolas, etc.), cuando el calibre de escopeta llamado 12 mm es realmente el 36 bore, aunque también se las denomina como de calibre 410 por influencia americana. Los cañones pueden ser cilíndricos, o con una reducción llamada choke en la boca de fuego. Esta reducción, que va desde 0.1mm hasta 1.1 mm., se realiza en el último tramo del cañón, bien en el momento de fabricarlo, en cuyo caso es de choke fijo, o introduciendo un trozo de tubo roscado en el último tramo del cañón con el estrangulamiento que desea el tirador y que puede sustituir a su elección en cualquier momento. Su finalidad es la de conseguir que los perdigones vuelen más agrupados o más dispersos. Si vuelan más agrupados, el tiro es más eficaz a mayor distancia debido a la concentración de los perdigones, pero no quiere decir que estos lleguen más lejos sino más próximos entre ellos. En las escopetas de dos cañones, regularmente cada uno lleva un choke diferente según la aplicación que se les quiera dar. La utilidad de las escopetas, salvo las de utilización por las fuerzas y cuerpos de seguridad, es para caza o para determinadas actividades deportivas. Lo que quiere decir que hay escopetas específicas para caza y otras para las distintas modalidades de tiro que se realizan con escopeta. Y, aunque su aplicación sea muy distinta, su diferenciación es difícil para alguien que no sea experto, ya que lo que principalmente las distingue es la conformación de la culata, su curvatura, su peso y los chokes que utiliza. Esto no quiere decir que con una escopeta policial no se pueda tirar al plato en un foso olímpico pero se obtendrían muy pobres resultados, lo mismo que si pretendemos cazar conejos con una escopeta de foso olímpico, que los destrozaría en disparos a corta y media distancia. Por lo tanto, “escopeta” es la denominación genérica pero, aunque lo parezca, no tiene que ser necesariamente “escopeta de caza”, puede ser “sporting”, “de foso olímpico”, “de skeet”, etc. Lo que quiere decir que cuando los periodistas por sistema dicen “escopeta de caza” no siempre están siendo fieles a la verdad, ya que, como queda dicho, salvo con el arma en la mano y siendo algo experto, no se puede determinar si es o no de caza. Este aspecto, o perversión semántica, debido a los ataques que venimos sufriendo los cazadores y la actividad cinegética por parte de colectivos desinformados y de algunos medios de comunicación maliciosos y tremendistas, es importante que sea tenido en cuenta para no echar más leña al fuego aunque sea involuntariamente por falta de información. Por otra parte, las escopetas de cañones recortados, o sea cortos y obtenidos cortando los originales que, si la información no me falla, se comenzaron a utilizar por algunos pastores italianos para defenderse de los ataques de los lobos, (lupos), y que se llamaban “luparas”, luego fueron utilizadas por la mafia siciliana y otros delincuentes ya que, en disparos a corta distancia, abren mucho el tiro y son altamente eficaces. Lógicamente, además de que son armas prohibidas, no son eficaces ni para la caza general ni para actividades deportivas. Solo son propias de delincuentes, por lo dicho y porque son fáciles de fabricar partiendo de cualquier escopeta a la que se le acorta la culata y los cañones, con lo que se consigue que sean muy fáciles de ocultar. Son lo más parecido a un pistolón de dos cañones. Hay otros errores que habitualmente se cometen cuando se nombra algún arma. Por ejemplo, cuando en un atentado, asesinato, homicidio, etc. aparecen casquillos de balas del 9 mm Parabellum, también llamado 9P, 9 Pb y 9 Para., siempre hay quien dice o publica que es el calibre normalmente empleado por ETA en sus delitos. ¿Es que no saben que ese es el calibre que utiliza nuestra Policía y la de muchos países, la Guardia Civil, los Ejércitos de la OTAN y otros, escoltas, y algunos tiradores del Tiro Olímpico? ¿Por qué suelen dar a entender que 9 Parabellum = ETA? El calibre 9 mm Parabellum, es el más utilizado para armas cortas en todo el mundo y consiguientemente el más fácil de conseguir, por lo tanto, lo mismo lo utilizan los militares que la Policía, que tiradores y que delincuentes de cualquier especie. Y para evitar otros errores, voy a nombrar otros calibres de uso frecuente: Ya ha quedado claro que el 9 P no es 9 Fósforo y que el 9Pb no es 9 Plomo. También hay que considerar que existen otros calibres de 9 mm. El 9 mm largo, es la denominación de una munición obsoleta que se utilizaba en pistolas y subfusiles y que, en España, fueron sustituidos por otros del 9 Parabellum. El 38 Sp es .38 Special, munición de revolver del mismo diámetro de proyectil que el 9 mm Parabellum. Hay revólveres que pueden disparar ambas municiones indistintamente con un simple cambio de cilindro o tambor. El .357 Mg, no es .357 magnesio, sino mágnum, y su diámetro también es el mismo que el del .38 y el 9 Parabellum. Es munición para revolver, aunque hay pistolas y rifles que también lo disparan. Es más potente que sus hermanos. El 44 Mg es .44 Magnum, también de revolver, pero hay pistolas y rifles que lo disparan. También existen otros calibres con proyectiles de 44 centésimas de pulgada. El 45 Auto es un viejo conocido de los americanos, y es un potente calibre de pistola. Lo de Auto tiene que ver con arma automática y no con automóvil. Es para pistolas. Como verán, el tema de las armas es muy complejo, y resulta difícil hasta para los usuarios y aficionados a ellas, por lo que sería muy de agradecer que, cuando desgraciadamente tengan que informar sobre un hecho delictivo realizado con armas de fuego, se limiten a indicar: disparos con arma de fuego, con escopeta, con pistola, etc. sin añadir precisiones que desconocen tal como hasta ahora lo hacen. Y si no... ¿Por qué cuando interviene una pistola del 9 Pb no dicen que sucedió con una pistola del calibre que utiliza la Guardia Civil? Eso sería más correcto que generalizar acerca de que las escopetas son de caza. ¿La diferencia está en que con los cazadores se atreven y con la Guardia Civil no? Y si mencionan el calibre, salvo que puedan leerlo en el arma o en el casquillo o en la vaina, háganlo solamente cuando la información se la facilite los técnicos en balística de la Policía, y no cualquier uniformado a la vista de la herida o del proyectil. Igualmente sucede cuando un hecho delictivo sangriento es cometido por un delincuente que es cazador como a la vez podría ser notario además de socio de cualquier club de fútbol, y del que se menciona únicamente o de modo destacado que es cazador. Como ejemplo periodístico vergonzoso se puede recordar el caso de un agente de seguridad privada que asesinó en Madrid utilizando su revolver reglamentario, y que en la prensa apareció como cazador e incluso se reprodujo fotográficamente su carné de miembro de la Sociedad de Cazadores de su pueblo. En esa noticia, repetida por diferentes medios, parecía que lo importante era: asesino=cazador, o cazador=asesino, y eso lo podríamos calificar como terrorismo informativo por crear un estado de opinión absolutamente falso. Entre los cazadores, que no es una profesión en España, existen personas de muy diferente condición, empleo, residencia, edad, cultura y posición social, y es tan posible que haya algún delincuente como lo es entre los pescadores, los jugadores de golf, los tenistas, y los asiduos al teatro o a la ópera. No hay ninguna relación entre ser delincuente y las aficiones que se tengan, aunque es más fácil que la haya respecto a la profesión que se ejerza, como se viene apreciando últimamente. Por favor, señores periodistas e informadores, sean serios con las noticias que publican y no se sumen al carro de los ignorantes que, por desconocimiento y con falsedades, atacan a los cazadores, que somos los practicantes de la actividad más antigua y más regulada y controlada por el Estado y por los diferentes Gobiernos.
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