¿Y ahora qué?

Ya se hizo la manifestación. Ya saben y sabemos que la podemos repetir e incluso mejorar. Ya saben que no hubo alborotos ni consignas políticas. ¿Y ahora qué?


Los comentarios en los medios son contradictorios en cuanto a los motivos, a las intenciones y al número de participantes. Los articulistas «de opinión» han dicho lo que se esperaba de ellos, como también lo ha hecho la Sra. Narbona y su corte de «ecologistas». Pero hay algo mucho más importante que todo eso, y es que ha habido una gran participación con representaciones de cazadores de todo el territorio, con asistencia de instituciones extranjeras, con la colaboración de ASAJA y la presencia activa de gran número de agricultores y ganaderos Se ha creado «el espíritu de La Castellana» y está colocado en forma de bola de nieve en la cima de un gran monte nevado. Ahora puede suceder que el sol lo funda o que lo echemos a rodar para que crezca la gran bola de nieve y para que provoque un alud capaz de cambiar la imagen de ese monte. Eso dependerá exclusivamente de nosotros y de nuestra actitud. Ahora vienen unos días de espera y de reflexión. De espera porque hay que aguardar a que se forme el Gobierno y las instituciones de la próxima legislatura. De reflexión porque hay que tomar muchas decisiones para que «el espíritu de La Castellana» no se funda inútilmente. Los cazadores tenemos un problema de representación con gran número de sociedades, asociaciones, federaciones, federaciones de federaciones, etc. sin más cabeza visible y conocida por todos que la del Presidente de la RFEC por su carácter de representación nacional. Pero las Federaciones Autonómicas no se han caracterizado precisamente por su defensa de La Caza y de los cazadores, ni su estructura actual parece ser la más adecuada para hacerlo a menos que se produzcan cambios fundamentales que le den completamente la vuelta. Si era difícil reunir a tantos cazadores en una gran manifestación tan cuestionada desde tantos frentes y se ha conseguido, más difícil, aunque imprescindible, es obtener los frutos de tantos esfuerzos individuales y colectivos, y para eso es totalmente necesario que exista un órgano de representación capaz de unir al conjunto y de luchar para conseguir la revisión en profundidad de tantas y tantas normas absurdas como nos afectan, comenzando por la anulación de la Ley Narbona, y con la meta puesta en la promulgación de una única Ley que contemple toda nuestra actividad, unificando lo reglamentado sobre armas, municiones, perros, especies cinegéticas, modalidades de caza, etc. y poniéndolo todo en manos de un sólo departamento ministerial con el que colaborar constantemente y como único interlocutor responsable de los temas de Caza y Pesca. El reto es muy difícil y la lucha puede ser larga y agotadora, pero es justa y somos muchos y entrenados en pasar fatigas para no desfallecer en el empeño. Creo que es justo agradecer sus esfuerzos a todos los que han hecho posible la realidad del 1 de marzo. Ahora debemos confiar en que no haya sido inútil y no bajar la guardia.
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