La iniciación en la caza, el .22 y el aire comprimido

Hace dos fines de semana se dejó caer por aquí uno de los socios, José, suscrito a varias revistas de caza y muy leído en asuntos nuestros. Venía eufórico porque en Castilla-La Mancha habían autorizado el calibre 22 para cazar, y por tanto era cuestión de tiempo que la buena nueva llegara a Andalucía. Nos comimos una tortilla de gurumelos y unas chuletillas y comenzamos la tertulia.


Para empezar le dije que no sabía que no se podía cazar con el .22, y que se hubiera autorizado en Castilla-La Mancha no significaba que Andalucía copiara la medida, pues en La Mancha gobernaba ahora el PP, y el PP y el PSOE no se dan ni la hora, y menos en periodos electorales. Dijo José que por fin se autorizaba un calibre utilizado en todo el mundo para la caza, y que le consta que en España lo prohibió el ICONA porque al parecer lo utilizaban mucho los furtivos. «España es diferente», cuenta José: «en vez de multar a quien furtivea, se prohíbe su supuesto calibre más usado y todos a fastidiarse por unos pocos, cuando el .22 es un calibre estupendo para cazar conejos a rececho y espera por ejemplo, o alimañas y córvidos, y además es muy barato e ideal para iniciarse en la caza o el manejo de rifles más potentes». «Barato e ideal para iniciarse es el aire comprimido, ‘la escopeta de balines’ con la que todos nos hemos iniciado en la caza», dije nostálgico acordándome de mis inicios y recordando que todos los socios mayores cazaron en su juventud con estas escopetillas, «y vaya si se nota. Los hijos de los socios no saben ni mucho menos como sus padres. Sí, tiran muy bien, pero no saben cazar. Y es que sus padres ya de pequeños aprendieron a esperar y a recechar con su escopetilla, tuvieron que hacerse sus chozos en los charcos e higueras más querenciosos. En definitiva, tuvieron que enfrentarse solos y desde pequeños al campo, y eso se nota». —Desde luego, Tío Calañas, pero ya no se pueden cazar pájaros como antes. Ahora un chaval deambulando por el campo con una escopetilla de plomos es un delincuente ecológico. —Así es, y los pájaros escasean, y no precisamente porque los maten las escopetillas de plomos, sino porque todo está envenenado y falta comida, pero también es cierto que hay aves que prosperan y por supuesto son cazables, como la urraca o el estornino pinto. Y yo me pregunto por qué no se autoriza poder cazar estas aves también con aire comprimido, exigiendo quizá una potencia superior y otro calibre distinto, por ejemplo al 4,5 para que el tiro sea más contundente. Sería además la mejor escuela de caza para los chavales, como fue siempre. —¡Ay Tío Calañas, qué ingenuo eres! No te das cuenta que hoy día un niño con una carabina cazando pájaros es políticamente muy incorrecto, lloverían críticas desde decenas de colectivos ecologistas y desde la propia sociedad, y ningún gobernante va a correr ese riesgo. —Ya me he dado cuenta que éste no es mi tiempo y no vivo rodeado de gente ni medios de comunicación, como vosotros, y lo que a mí me puede parecer lógico, como que un chaval se inicie en la caza con una escopeta de plomillos persiguiendo algunos pájaros abundantes y cazables, antes que patear el campo con una escopeta o un rifle, a ustedes urbanitas os parece una barbaridad. Pues muy bien, así nos va, que cada vez hay menos cazadores y más tiradores de caza. Si yo fuese anti-caza impediría sobre todo que los chavales de acerquen a cualquier arma, y desde luego que puedan cazar con ellas. En la ciudad es fácil, pero también han ganado en los pueblos. Así están consiguiendo que los propios chavales desprecien la caza porque es políticamente incorrecta, y hacerse cazador ya de mayor es posible, pero difícil. Están ganando, sin duda, pero el campo, los animales, que debería ser tanto o más importante para estos grupos, están cada vez peor.
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