Galgos y liebres

«La liebre corre por su vida, el galgo corre porque ha nacido para ello». Para hablar de galgos y liebres hemos invitado a dos personas con una gran pasión y dilatada experiencia, tanto en caza como en competición con galgos. Porque para hablar de estos perros no podemos separar una cosa de la otra. Para ello, contamos con Amador Rodríguez, vocal de la Federación Española de Galgos, y con Patricia Sierra, delegada de galgos de la Federación Extremeña de Caza.


Actualizado

El galgo en España

Amador Rodríguez

Podemos definir la caza con galgo con una palabra tan bonita como ancestral. Miembros de la civilización egipcia ya se hacían acompañar de perros lebreles que utilizaban para cazar animales a la carrera. Por lo tanto, estamos hablando de algo ancestral a nivel mundial. Y en nuestro país esta tradición nos lleva a encontrar datos en el primer tratado de caza escrito, que data del siglo III dC, y que escribe Fabio Adriano, cónsul romano.

Adriano elabora un reglamento de caza que estaba totalmente basado en la caza con galgo. Esto significa que ya en el siglo III existía un reglamento de carreras de galgos que prácticamente ha llegado a nuestros días.

  Galgos
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El galgo en España

Si hablamos de la tradición en España, en el siglo XX es cuando encontramos el inicio de los campeonatos modernos. Antes de eso la liebre se cazaba como sustento para conseguir algo de carne. El galgo siempre ha sido un elemento de sustento para muchas familias, sobre todo para aquellas que no tenían otro tipo de recurso para conseguir carne. Pero en 1911 empiezan las competiciones que han perdurado hasta nuestros días. Con tanta fuerza que hoy podemos afirmar que un porcentaje muy alto de todos los galgos de este país está dirigido a la competición.

Galgo y caza

El galgo lleva la caza interiorizada, no es algo que tenga que aprender. A un cachorro de galgo le sueltas la primera liebre y ya sale corriendo detrás de ella. El instinto del galgo es perseguir y matar.

  Galgos

Para la carrera, ¿uno o dos galgos?

Decididamente, dos. En ese tratado del que hablábamos del siglo III ya viene reflejado que a una liebre solamente se le podían soltar dos galgos. Es lo ideal tanto para casa como para competición, que obligatoriamente tienen que competir dos galgos, uno contra el otro.

Si en caza soltáramos más galgos, la liebre tendría menos opción de escapar. Y los galgueros tenemos que darle oportunidad a la liebre. Se ha llegado a asignar un 50% de posibilidades de la liebre de escapar en una carrera ante dos galgos. Ese porcentaje suele depender mucho también del terreno, pero se ha comprobado que el porcentaje ronda ese 50%.

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Hablemos de perros

Algunos galgos que se está utilizando ahora mismo para la caza en España es un perro que tiene mucha influencia genética del galgo inglés debido a que para la competición la sangre inglesa derivaba en perros más rápidos. Pero, afortunadamente, el galgo español tiene un fortísimo arraigo, y la raza ha retomado la fuerza que podía ostentar en el siglo XX.

Un galgo puede alcanzar en carrera 65 o 70 kilómetros por hora, pero para el deporte y para la caza, la velocidad, aunque es importante, no es lo más relevante. Lo realmente importante es tenerlo todo, tener velocidad, demostrar codicia, resistencia, corazón, capacidad, pulmonar… Son muchas cosas las que tiene que atesorar un galgo para ser realmente bueno en competición y en casa.

Un galgo rápido puede llegar a la liebre, pero en una carrera normal la rabona puede efectuar 15 recortes y el perro tiene que tener la capacidad de reaccionar una y otra vez desde prácticamente cero para alcanzar a la liebre. Ser completo en estas cualidades importa casi más que la velocidad. Obviamente si el perro no es veloz jamás va a llegar a la liebre.

Preparación

Al galgo hay que entrenarlo todos los días, tanto para caza como para competición.

Y cuidar su alimentación, dependiendo de la época del año en la que nos encontremos, sobre todo si estamos en temporada o no. Por ejemplo, en tiempo de veda, cuando el perro no sale a cazar y no realiza esos esfuerzos en carrera tan exigentes, debemos bajar la proporción de grasa y de hidratos de carbono de la dieta. La dieta del galgo, como la de cualquier atleta, debe basarse en unos buenos hidratos de carbono, que encontramos en los piensos compuestos de pollo o de carne de vacuno. De hecho, en el mercado existen piensos específicos para el galgo elaborados de manera científica después de muchos estudios e investigaciones.

Después, cada uno tiene sus secretos. Hay gente que le echa pasta, otros le dan carne picada, hay algunos que antes de entrenar le dan un yogur, plátanos o huevos crudos, que también van muy bien antes de los esfuerzos, pero eso  depende de cada uno y hay mucho secretismo en este tema.

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Edad para competir

El reglamento de carreras de la Federación Española de Galgos, tras muchos estudios, ha marcado la edad mínima reglamentaria para que un galgo pueda competir en 16 meses. Con esa edad un galgo ya está perfectamente formado y puede correr en competición. Pero también hay que diferenciar mucho entre las hembras y los machos. Una hembra puede encontrarse en plenas facultades para correr a los 14 meses, en cambio, el macho puede irse casi hasta los 18 meses para conseguir esa plenitud física. De hecho, hay muy pocos galgos de competición machos que empiecen con 16 meses, con esa edad mínima, porque no ha alcanzado ese nivel óptimo que necesitan para competir.

Teniendo en cuenta esto, la mejor edad algo para competir puede estar entre 2 años y 3 años y medio o 4, tanto machos como hembras.

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El mal entendido abandono

Podemos asegurar que el índice de abandono de galgos de los cazadores federados es de cero. Y por una sencilla razón. Hemos estructurado todo para que sea imposible que un galgo de un federado pueda ser abandonado sin que la ley caiga sobre él. En el Código Penal está tipificado el abandono como delito. Para esto la ley contempla la colocación de un microchip que, a todas luces, es ineficaz en este sentido, porque el microchip se ha demostrado que se puede retirar de manera muy fácil, pero para demostrar que los federados no abandonan sus galgos se creó el banco de ADN.

Cada vez que hay una cubrición de una hembra, se notifica a la Federación Española esa monta. Cuando nacen los cachorros, también se notifica a la Federación para que se incluya del banco de datos.

A parte de todo esto, el índice de abandono del galgo como raza es muy inferior al que arrojan otras razas, y eso no lo digo, yo lo dicen las los estudios del Seprona de la Guardia Civil. Sin olvidar lo que todos sabemos, pero muchos olvidan: la principal causa del abandono de los galgos está en los robos. A los galgueros le roban sus galgos para cazar con ellos de manera ilegal. Pero ¿qué sucede? Cuando estos delincuentes los sueltan en el campo para furtivear, a la hora de recogerlos los perros no les reconocen como dueños, y no los pueden coger. Así que el galgo queda abandonado a su suerte, asustado y buscando a su verdadero propietario.

Galgos y liebres, instintos enfrentados

Patricia Sierra

Antes de hablar de la caza de la liebre con galgo tenemos que haber completado un entrenamiento previo. Sin este entrenamiento no es posible que los perros corran al cien por cien, porque el galgo es un atleta, es un perro atleta que requiere ejercicio, como cualquier persona deportista.

Los galgos tienen que salir a correr todos los días de 8 a 12 kilómetros. Resulta imprescindible que el entrenamiento sea progresivo, es decir, se empieza por completar pocos kilómetros hasta llegar a los 12 o 13, que es lo ideal para ese último mes antes de que comience la temporada de caza.

La preparación física del perro es lo primero, porque si el perro no llega en buenas condiciones físicas a la carrera tras la liebre, le estaremos sometiendo a un sobreesfuerzo. Debemos entrenar su físico, la capacidad pulmonar, la resistencia para llegar a la temporada en buenas condiciones que le permitan aguantar ese esfuerzo de un minuto y medio o dos minutos tras la liebre.

Esto también favorecerá que nuestro galgo se recupere mejor tras la carrera, ya que estará acostumbrado a esos esfuerzos.

Cosas que llevamos en la mochila para el día de caza

  Galgos

Voy a decir lo que suelo llevar el día de caza con mis galgos. Nunca me faltan los vendajes para las uñas, por si el terreno está en mal estado o hay muchas piedras en los correderos. Les vendo las uñas para que se muevan lo menos posible.

Esto también es aplicable a las patas. Si se las vendamos, evitamos posibles lesiones de roces o quemaduras contra las piedras o contra cualquier cuerpo del terreno. Las vendas de las uñas se colocan y se quitan al concluir la jornada, mientras que en los pies la venda se le pone antes de correr y se le quita justo cuando ha acabado la carrera, cuando ha terminado de correr, y si el perro vuelve a correr se prepara de nuevo el vendaje

Sobre todo hablando en días de mucho calor, hay que llevar una botella con agua y otra con electrolitos. Se mezclan los dos componentes para que el perro se recupere más rápido de esos esfuerzos físicos y así lo tengamos listo para las siguiente cacería.

También podemos acudir a productos específicos que nos ayudan en determinados aspectos de la jornada de caza. Por ejemplo, si hace frío, el suelo está helado, y hay humedad, existen productos ideales para el calentamiento de los músculos de los perros. Suelen presentarse en spray. Se rocía la piel del perro y con la mano le damos un masaje para que penetre mejor. Esto resulta muy indicado si nada más comenzar a caminar, en esos primeros minutos en los que el perro comienza a calentar, sale la primera liebre. Al perro no le ha dado a calentar lo suficiente, pero con este producto consigue un calentamiento inmediato de los músculos y evitamos posibles lesiones.

  Galgos

Tras la jornada de caza

Para favorecer la recuperación en casa después de una jornada de caza, podemos meter sus patas en agua caliente. Con ello facilitamos la acción de retirar el vendaje de las uñas y, además, limpiamos el barro y las piedras que hayan podido quedar entre los dedos. Personalmente, también echo en el agua vinagre, betadine y sal en una mezcla que también favorece que sanen las heridas y se endurezcan los pies.

También podemos hacer uso de cremas cicatrizantes y que recuperan bien el pelo de las zonas dañadas, o incluso el aceite de enebro, que es un aceite negro que huele muy mal, muy fuerte, pero que ayuda a curar las quemaduras que se suelen hacer los perros en las patas.

También hay quien durante la preparación suele meter las patas en este en esta mezcla que hemos hablado porque como hemos dicho también actúa como endurecedor.

También hay productos como el ácido fólico que es un producto amarillo porque además de cicatrizante y curar las heridas también endurece y prepara las patas para la temporada de caza. Se le suele meter un mes un mes y medio antes las patas en este compuesto con lo cual también sufren menos lecciones de almohadilla durante la temporada porque están más duras. También hay pomadas, como silvederma y similares, que se aplican a las almohadillas dañadas.

La importancia de ver la liebre en la cama

El deseo de todo galguero es ver la liebre en la cama. Además de disfrutar de un lance pleno, también se debe a que, si la liebre sale corriendo sin que la levante el galguero, solo tienes la opción de soltar los perros. Pero si la ves encamada, puedes posicionarte de manera estratégica para sacarla en la dirección ideal.

Imaginemos que tenemos un olivar a la izquierda y a la liebre se encuentra entre el olivar y el galguero. Lo lógico es que arranque en dirección al perdedero, es decir, hacia los Olivos. La carrera, si soltamos a los perros, vas a ver muy corta, y al campo vamos a disfrutar lo máximo posible de la carrera, porque es ese momento el que quiere disfrutar el larguero.

En este caso, si has podido ver a la liebre en la cama, te posicionas de manera contraria e intentas que cuando salga, lo haga hacia el lugar donde la carrera puede ser más larga.

  Galgos

Queremos que la liebre escape

Prácticamente todos los galgueros queremos que la liebre sobreviva, que escape de los galgos después de protagonizar una buena carrera. La razón principal es porque si sucede esto, otro día podrás disfrutar de esa misma liebre. Aquí se enfrentan el orgullo del galguero de saber que tus perros han podido con la liebre, con el sentimiento de considerar a la liebre como un tesoro que debe sobrevivir para continuar dando carreras.

El momento de la carrera, cuando ves a los galgos de poder a poder con la liebre, es para lo que trabajamos todos los galgueros. Disfrutar de los galgos mientras protagonizan esos pases uno frente al otro, llegando hasta la liebre, sobre todo cuando dos galgos de dos amigos están corriendo la misma liebre y te emocionas presenciando esa pugna, distinguiendo cuál de los dos lo está haciendo mejor, cuál está llegando más a la liebre, si hacen un pase de uno a otro, si la liebre pega un quiebro, cómo se recuperan uno u otro, cuál de los dos perros es el que espera a que el otro consiga dar el golpe para atacar…

De animal a animal

Ese poder a poder entre los galgos y de estos hacia la liebre es una lucha de animal a animal, es algo instintivo que el hombre no puede controlar, es puro y duro instinto, el instinto de supervivencia de la liebre y el instinto de los galgos como depredadores. Esto es lo más bonito de la caza con galgo. Y tú solo puedes disfrutar del resultado de tu trabajo, porque has preparado a ese animal para que en ese momento luche con esa liebre.

La carrera más bonita

Rememorando entre las carreras más espectaculares que he presenciado y de las que guardo muy buenos recuerdos, me quedo con una que protagonizaron dos de mis perras. Fue magnífico poder verlas en plenitud tras una gran liebre. Se trata de dos perras muy poderosas, muy similares en carácter, dos perras muy ambiciosas, codiciosas.

Desde el principio, se alternaban para atacar a la liebre. Fueron dos minutos y poco lo que lucharon con ella y al final acabaron las dos cogiéndola a la vez.

Ahí es cuando empezó una pugna entre una y otra para ver cuál de las dos me la traía. Imperio era la más jovencita, y eso conllevó que Chaquitilla, una perra más madura que actualmente tiene 10 años, fuera la que me trajo orgullosa aquella liebre y me la dejara en los pies. Esto es muy bonito, más aún cuando has sido tú quien ha entrenado a tus perros, los has preparado para este tipo de caza y tienes la suerte de presenciar este tipo de carrera.

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