El pachón navarro

Durante la muestra, el pachón mantiene la cola extendida, el cuerpo se alarga en la dirección desde donde le llega la emanación de la codorniz. Las extremidades se flexionan, las orejas se recogen hacia delante, rígidas, y esa mirada seria y atenta se hace más aguda.


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  Pachón navarro
Pachón navarro

Una andadura viva, nunca lenta, pero lejos de la velocidad de los perros de muestra británicos, le convierte en una gran opción para aquellos que disfrutan de una caza cercana y compenetrada con su perro.

En el campo, sube la cabeza cuando la situación lo requiere, y la baja hasta el suelo cuando el rastro obliga a disminuir la velocidad y dedicar toda la atención a ir tras los pasos de la presa.

Buscando la codorniz no habrá terreno que le haga desistir. Valiente en la maleza, testarudo cuando hay que resolver un rastro, persistente llegando a la cabezonería, un pachón en el campo es como un trabajador serio: solo pensará en encontrar caza.

Manuel Serna es un enamorado del pachón navarro. Solo entiende la caza junto a esta raza, con la que comenzó a compartir campo y lances ante las codornices con solo diez años. Desde entonces ha cazado, sobre todo en el norte de Palencia, y ahora comparte con nosotros sus experiencias junto al pachón.

  Pachón navarro

El pachón navarro aprende muy rápido y pronto se convierte en un perro muy experimentado.

Con diez años y cazando con pachón

Manuel Serna

Recuerdo mis inicios en la caza. Tenía apenas 10 años, y acompañaba a mi vecino en sus jornadas de caza. Él tenía un pachón, Pol, con el que cazaba desde la codorniz hasta el conejo, la liebre y otras piezas de pluma, como la perdiz.

Recuerdo que él se sentaba a almorzar y a mí me dejaba la escopeta. Entonces llamaba al pachón, que por aquel entonces era muy joven y me daba una vuelta por allí, sin alejarme mucho. Disfrutaba mucho con aquel perro, y en un rato cazábamos un par de codornices o tres.

Cuando cumplí los 18 años y me pude sacar la licencia de armas, fue Pol el pachón con el que iba a cazar la perdiz pardilla y la codorniz. Entonces era ya un perro «hecho», experimentado, y cada vez que se lo pedía a su dueño, Anselmo, me lo dejaba encantado.

Poco después, mi compañero de caza, Serafín, empezó a cazar con una pachona, y yo conseguí un cruce de pachón sedeño. Después de aquellos inicios, comencé a cazar solo con pachones.

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Cola extendida, cuerpo alargado hacia la emanación, extremidades flexionadas, orejas rígidas y mirada seria. Así es la muestra del pachón.

Ideal para la caza salvaje

Encuentro esta raza ideal para la caza que me gusta. Son muy prácticos y efectivos, cazan a una distancia que creo es óptima para enfrentarse a piezas salvajes. Recuerdo cazar la codorniz todos los días de la semana y mis perros me hacían disfrutar desde que empezábamos, bien temprano, hasta que el sol se retiraba.

En aquellos tiempos, antes de la concentración parcelaria, cada finca tenía sus zarzas, su hilera de espinos, su arroyo, había mucha codorniz. Tenían sitio donde criar y sacar adelante a la prole.

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Un perro muy constante

Lo que me atrajo de esta raza es la constancia que demuestran en la caza de la codorniz. He visto cazar a otros perros que, cuando tocan el rastro y la codorniz se escurre, lo abandonan. En cambio, los pachones, cuando dan con el rastro, terminan haciendo volar a esa codorniz gracias a la constancia que les caracteriza.

Sobre todo, cuando entran en la maleza. En los arroyos el pachón demuestra unas cualidades ideales para la caza de la codorniz. Cuando hay codornices dentro y cortan un rastro, no salen hasta que la levantan.

Son muy seguros. Es muy difícil que un pachón pare en una muestra falsa. Puedes ver otros perros parando en falso, pero el pachón, cuando hace la muestra hay que hacerle caso, porque tiene algo delante.

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Aprenden rápido

Aprenden de una manera muy natural. Les pides algo y enseguida lo entienden, y eso les hace avanzar de manera muy rápida. De esta forma, encuentras perros que con apenas un año son unos cazadores estupendos. Muchos los definen como perros morraleros, porque su manera de cazar es muy segura y efectiva para quien sepa entender al pachón. No se alejan, pero tampoco cazan debajo de la escopeta. Suelen mantener el contacto con el cazador, y muy pronto entienden que es la escopeta la que derriba la caza.

Un perro para toda la jornada

Aguantan a buen ritmo toda la mañana. Es un perro que sabe dosificarse a la perfección. Cuando parecen cansados, les das unos minutos de descanso y un poco de agua y parece que reviven. Hasta hace 15 años nunca había llevado agua encima en la media veda. Había fuentes naturales echando agua por todos lados. Desde que se secaron, el día anterior a la jornada de caza llevo agua a dos o tres puntos del coto por donde sé que voy a pasar al día siguiente y así voy refrescando al perro.

Recuperan muy pronto, incluso esos pachones corpulentos que parece que no van a aguantar media hora en el campo. Su ritmo y su capacidad física les lleva a cazar durante horas en la media veda.

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Foto tomada hace 45 años en la que aparece Manuel Serna junto a uno de sus pachones.

Un diez en el cobro

Puedo decir sin exagerar que nunca se me ha quedado una codorniz abatida en el campo. Es algo de lo que pueden presumir los pachones. Son perros que no abandonan un cobro, por muy complicado que se presente. Ante piezas alicortadas que apeonan para alejarse del sitio en el que caen, el pachón hace gala de una gran capacidad de rastro. Bajan la nariz al suelo y lo seguirán los metros que sea necesario hasta dar con la pieza herida.

Recuerdo con mucho cariño que la pachona que tengo ahora hizo un cobro muy bonito en una zona de agua, totalmente inundada. Estaba con un compañero, y al abatir una codorniz, vimos que cayó cerca de una zona de agua en la que había mucha vegetación que sobresalía. Nada más llegar, la perra fue directa y se metió al agua. La vimos tocar el rastro hasta llegar a una zona con mucha hierba donde estaba aquella codorniz. Todavía hoy nos preguntamos cómo pudo detectarla de manera tan directa en una zona con tanta agua y tan escondida como estaba.

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