El perdiguero de Burgos

España siempre fue tierra de caza. Y de perros de caza. Ya en el año 1858 quedó escrito en el libro “Tesoro de la Cacería”, donde aparecen perdigueros, pachones y sabuesos. El de Burgos, llamado perdiguero por generalizar, pero que llega a este espacio para demostrar sus cualidades como perro codornicero.


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  Perdiguero de Burgos
Perdiguero de Burgos

Estamos ante un perro sobresaliente en la caza de pluma, adaptado desde sus más remotos orígenes a los entornos dominados por rastrojos, aliagas, matorral y riberas. Además, su condición de perro trotador vivaz le permite trabajar durante muchas horas sin desfallecer. El buen perdiguero, dotado de una morfología correcta y bien preparado físicamente, sabe dosificarse y llegará con fuerzas al final de la jornada.

Su búsqueda minuciosa y segura, caracterizada por ser espaciosa y adaptada a la amplitud del terreno en el que se encuentre, se convierte en la mejor garantía de que no se deja atrás ningún rastro de esas codornices que intentan apartarse del alcance de su nariz.

Hemos pedido a Agustín Pigazos, de la Asociación Española del Perro Perdiguero de Burgos, que nos hable de la raza a la que lleva años dedicándose.

  Perdiguero de Burgos

A codornices con perdiguero de Burgos

Agustín Pigazos

El perdiguero de Burgos es un especialista en la caza de la codorniz, un perro forjado a lo largo de los siglos en nuestros duros climas y terrenos. Esto le permite sobresalir en esos días en los que el sol aprieta.

El perdiguero de Burgos está perfectamente adaptado al trabajo en los páramos y secarrales castellanos. Se trata de un perro que trabaja con método y eficacia tras la africana.

Se caracteriza por ser un perro completo para las codornices, siempre que el cazador sepa cazarlas como se hacía antes, es decir, provocando el lance casi asegurado y no jugándosela continuamente con disparos al límite por el empuje poco medido de un perro demasiado nervioso. Un reto para quien apueste por volver a una caza más equilibrada y sosegada.

Encontraremos máxima efectividad en cualquier cazadero ante las codornices

En esta raza encontraremos máxima efectividad en cualquier cazadero ante las codornices, que cazará de sol a sol allí donde lo llevemos. Con esta raza te recomiendo aprender a registrar el terreno adaptándose al ritmo del perdiguero. No quieras comerte el rastrojo. Si el perdiguero insiste, prepárate, ahí está la africana. Su estándar de trabajo lo explica de manera muy exacta.

«Debido a sus angulaciones, carácter, estructura y tipo de fisiología, el Perdiguero es un trotador y como tal hemos de tratarle. Caza con el trote típico de los perros de muestra continentales afines a él, sosteniendo el mismo ritmo durante una jornada cinegética. El trote, que ha de ser amplio, cubriendo el suficiente terreno para que su búsqueda no sea restringida y sin embargo sea minuciosa y metódica, puede variar a galope corto y galope por algunas circunstancias en la búsqueda y el cobro.

La búsqueda ha de ser sistemática y minuciosa. El porte de cabeza será serio y elegante, elevando la nariz sobre la línea del dorso, con ligeras oscilaciones a viento o a tierra, según ventee de largo efectúe los cobros o siga rastros, peones, etc. Los lazos durante la búsqueda serán amplios, pero siempre encontraremos a nuestro perro a la mano y se le permitirá dar lazos repetidos si las circunstancias del terreno y la minuciosidad de la búsqueda lo requieren. El porte de la cola durante la búsqueda es un elegante movimiento de derecha a izquierda. Al encontrar emanaciones, el movimiento de la cola se tornará en una especie de lazos en forma de ocho que nos indica la proximidad o el paso de las piezas de caza».

El movimiento es algo que se valora mucho dentro de la raza

El perdiguero crece con la motivación dosificada durante todo el año y aprende rápidamente todo lo que le enseñamos tanto lo bueno como lo malo. El movimiento es algo que se valora mucho dentro de la raza. Esta marcha ha de ser poderosa y no decaerá jamás. El Perdiguero cazará varios días seguidos con frío o calor, en monte o en llanura. Llama poderosamente la atención la dureza de sus patas, su rusticidad y su aguante para los cazaderos españoles en los que se ha formado y adaptado esta raza.

Es conocida por los cazadores su enorme resistencia al calor, que le hacen ser uno de los mejores perros de muestra para terrenos cálidos, refrescándose en arroyos, más que bebiendo, y aguantando días enteros en los calurosos rastrojos.

  Perdiguero de Burgos

El cobro

Un buen perdiguero se convierte en un seguro de vida a la hora de cobrar la codorniz. Le da lo mismo arroyos, maizales o grandes sembrados. Siempre la cobrará. Retomamos su estándar de trabajo para profundizar en este tema:

«El Perdiguero es un excelente cobrador, portará pelo y pluma, incluso el zorro. La ventaja de esta raza en el cobro estriba en que es capaz de comportarse como un sabueso cuando de piezas heridas se trata, perdiendo muy pocas, auxiliado de su potente nariz en el rastro. Su boca ha de ser muy suave, portando vivas las codornices, perdices alicortadas, la entrega será fácil y cariñosa. Cobrará así mismo en agua por profunda que sea. No temerá a la zarza ni al espino».

  Perdiguero de Burgos

La muestra

Está definida como firme y seria, bien con los cuatro miembros posados o bien con alguna de las extremidades anterior o posterior elevada. El perdiguero dirige la cabeza y el hocico en dirección a la pieza más o menos elevada; serán preferibles naturalmente las cabezas altas durante la muestra que nos indicarán la mayor distancia de las piezas detectadas.

Las orejas en alerta se colocan ligeramente hacia delante, la cola se mantendrá rígida y alta, sin movimiento cuando la muestra es firme. Si la pieza se mueve, como en el caso de la codorniz, se admite ligero movimiento de la cola, para entrar de nuevo en reposo y caer en una nueva muestra. Súbitamente en presencia de la caza, la muestra será de golpe.

Esta muestra es segura y es típico de algunos ejemplares la efectúen de cara al cazador, muestra que se conoce con el nombre de «muestra y vuelta». Esto consiste en que el perro, al bloquear la pieza con la muestra, rodea la mata o el lugar en el que esta se encuentra oculta para propiciar su levante en dirección al cazador.

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