Las tres especies más problemáticas de la caza mayor

Algunas especies de caza mayor son incontrolables a pesar del esfuerzo de los cazadores, los mismos que con todos los mimos somos incapaces de mantener especies de menor. Publicamos datos inéditos sobre las capturas en España y por comunidades.


Actualizado

La caza mayor es imparable. En las primeras dieciséis temporadas de caza del Siglo XXI (2000-2001 a 2015-2016), según los datos oficiales remitidos por las CCAA, hemos cazado 3.253.437 jabalíes, 1.838.649 ciervos y 414.084 corzos. A pesar del esfuerzo cinegético y económico que requiere controlar estas tres poblaciones —para ello hemos capturado cada una de las dieciséis temporadas, por término medio, un 17’19% más de jabalíes, un 15’50% más de ciervos y nada menos que un 53’75% más de corzos que en la temporada anterior—, no llegamos a alcanzar el incremento que produce el campo para cada una de estas tres reses que cada año aumentan sensiblemente sus poblaciones.

Es evidente que sus índices de crecimiento superan a las extracciones de la caza

Es evidente que sus índices de crecimiento superan a las extracciones de la caza, pues cada año cazamos más y es porque cada año hay aún más animales que preocupan a la sociedad y nos claman para que apacigüemos su frenesí poblador. En las primeras dieciséis temporadas del siglo las capturas totales del corzo se multiplicaron el 860%, las del jabalí el 275% y las de ciervo el 248%. Y ello, tras haber cazado en estas primeras dieciséis temporadas más de 5’5 millones de especímenes de estas tres especies, líderes en incrementarse entre las diez piezas de caza mayor que capturamos en España.

El esfuerzo debe ser reconocido, pues aumentamos cada año las capturas a pesar del goteo a la baja que lleva sufriendo la plantilla de cazadores en estos dieciséis años controlados, pues en el año 2000 éramos 1.200.000 licencias de caza y en 2016 unas 800,000, que serían unos 750.000 cazadores. Nuestra capacidad para controlar las poblaciones de caza mayor es evidente, tras haber retirado de nuestros campos en estas primeras dieciséis temporadas más de 5’5 millones de ungulados de estas tres especies líderes, cuyas poblaciones se están convirtiendo en una amenaza para la agricultura, la fauna, la ganadería y las personas.

Cada año aumentan los daños agrícolas y los sindicatos agrarios nos animan a cazar más reses

Cada año aumentan los daños agrícolas y los sindicatos agrarios nos animan a cazar más reses, sobre todo, cuando el tipo de agricultura es más sensible a estas especies, como ocurre con el viñedo y otros, especialmente al dañino jabalí. Hay enfermedades peligrosas en la ganadería para las que las especies silvestres, que pueden haber sido infectadas en algún caso por especie ganadera, hacen de reservorio y ello está alarmando en Europa; especialmente la Peste Porcina Africana (PPA) del jabalí y la Tuberculosis del ciervo, además de la sarna y el gusano de la nariz y garganta del corzo. Por otro lado, cada año se producen más accidentes contra animales silvestres en las carreteras españolas, liderando el número de siniestros en España el jabalí y el corzo.

Jabalí (Sus scofra)

El jabalí tiene un crecimiento anual que puede llegar en algunas comarcas concretas al 100% y en los años propicios la población de verano puede duplicar a la de invierno, aunque las bajas de rayones, bermejos y jabatos en el primer año de vida son muy altas. Contando con las bajas que citan los especialistas, el índice de crecimiento de una población de jabalíes está cada año alrededor del 20%. La caza, a pesar de hacerse ahora con un empeño que nunca tuvo, no llega a extraer ese 20% de incremento biológico y cada año aumenta la población de jabalíes a pesar de que los cazadores multiplicamos las capturas.

«El jabalí se considera en Europa como el principal reservorio de diversas enfermedades que afectan a las especies de ganadería doméstica. Entre esas enfermedades está la  Peste porcina africana (PPA), propia de los suidos y provocada por un Pestivirus y que preocupa singularmente en Europa por su avance desde Rusia adonde llegó un camión de canales de cerdo infectadas. Oficialmente se trata de una enfermedad erradicada en España desde 1995, pero endémica de muchos países africanos, con lo cual es esencial la vigilancia para prevenir la aparición de focos. En Europa existen referencias de casos positivos en jabalí en la década de 1980, y, desde esa fecha, focos aislados, pero con una preocupación creciente en la Europa del Este, tras la aparición de varios casos en los dos últimos años en Bielorrusia, Polonia, Rusia, Letonia y últimamente hasta la frontera alemana» (Pérez Garrido. J.A. 2018).

Entiendo que en estos momentos es una irresponsabilidad denunciable soltar jabalíes en el campo abierto para satisfacción de medalleros que les da lo mismo que sea silvestre o de pocilga, con tal de que tenga centímetros de navaja y quede bien en la metopa. Hay superpoblación y un peligro latente grave. No solo hay que blindar las fronteras, sino que habría que controlar y cerrar todas las granjas que suelten jabalíes en espacios abiertos. No tienen sentido ni justificación las sueltas de jabalíes para negocio, mientras el gremio cazador no podemos con la población y recibimos, además, insultos por el contrasentido.

Las tres especies más problemáticas de la caza mayor

Las capturas históricas del jabalí se han multiplicado en estos 36 años de (1980 a 2016) por 10´32, que quiere decir que ahora cazamos más del 1030%, respecto de lo que cazábamos en 1980 a pesar de haber entonces un número de licencias 1.152.700 y estimo que más de 1.100.000 cazadores.

Las tres especies más problemáticas de la caza mayor

Las cinco comunidades donde se han cazado más jabalíes en España en estas dieciséis primeras temporadas del siglo han sido: Castilla-La Mancha, Andalucía, Cataluña, Aragón y Castilla y León. Las capturas entre las cinco representan el 70’41% de las totales para las quince comunidades donde se cazan, pues en las islas no hay jabalíes.

Las tres especies más problemáticas de la caza mayor

Ciervo (Cervus elaphus)

El ciervo, o venado, es por su número abundante de capturas y su porte, el rey de la caza mayor y actualmente está extendido por toda la península. Históricamente, aunque siempre asociado a la montería española, no tenía la apetencia cinegética que tiene hoy y la nobleza —la única que podía realizar caza clamorosa— prefería al oso y al jabalí (a los que entonces se los consideraba venados), según se desprende del célebre Libro de la Montería de Alfonso XI. No obstante, hace ya trescientos años que el nombre de venado es propio para esta especie, la más fundamental de la montería a la española.

El 70-80% de las ciervas se reproducen con éxito cada año y las hembras de un año, en algunos casos, ya se reproducen. Esta dinámica se traduce en que el crecimiento anual se calcula entre el 20 y 30% en el ciervo europeo. En las 16 temporadas que controlamos de este siglo las capturas del ciervo se han multiplicado el 248% que supone un incremento de caza anual superior al 15’50%, pero que no llega al índice de natural de crecimiento de la población.

La tuberculosis del ganado domestico se ha pasado en el campo al ciervo, que hace de reservorio, especialmente porque comparten los bebederos y ahora mismo esa enfermedad representa un problema sanitario importante en Andalucía y Extremadura porque los ciervos, menos controlables sanitariamente, se lo transmiten a la ganadería doméstica.

Las tres especies más problemáticas de la caza mayor

Las capturas históricas de ciervo en las 36 últimas temporadas controladas establecen que los 21.175 ciervos cazados en 1980-81 (AEA) se han multiplicado el 831% y en la temporada 2015-16 han pasado a 175.907, lo que supone un esfuerzo cinegético importante ya que la nómina de cazadores ha perdido unos 400.000 efectivos desde 1980.

Las tres especies más problemáticas de la caza mayor

Las cinco comunidades donde se han cazado más ciervos en España en estas dieciséis primeras temporadas del siglo XXI han sido: Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Castilla y León y Aragón. Las capturas entre las cinco representan el 94’36% de las totales entre las quince comunidades donde se cazan, pues en las islas no hay tampoco ciervos. Prácticamente todos los ciervos cazados en España se capturan en estas cinco comunidades.

Las tres especies más problemáticas de la caza mayor

Corzo (Capreolus capreolus)

El corzo es la especie de caza mayor que más se ha multiplicado en lo que va de siglo. No tenemos datos históricos de 1980-81, porque el Anuario de Estadísticas Agrarias solamente controlaba los aprovechamientos de jabalí y ciervo, ya que el resto de piezas de caza mayor (8 especies), se controlaban como «Otra Caza Mayor» y en total fueron 4.000 capturas en esa primera temporada datada 1980-81. No creo que llegaran a mil los corzos cazados en esos años. Entre las enfermedades más contagiosas está la sarna en crecimiento y el producido por la mosca y gusano de la garganta.

Solamente en estas dieciséis temporadas últimas, las capturas se han multiplicado el 860%, lo que supone entre tres y cuatro veces más que los incrementos en jabalí y ciervo. El incremento que han conseguido jabalí y ciervo en estas 16 temporadas ya los había superado el corzo en cinco años (2005-06) con el 278%.

Las tres especies más problemáticas de la caza mayor

Las capturas de corzo están lideradas por las comunidades de Castilla y León y Galicia, seguidas de Castilla-La Mancha, Aragón y Navarra con un 82’12% y hacen justicia con los accidentes con animales silvestres que sufren estas dos comunidades, que también lideran este nefasto ranking con aproximadamente el 36% y el 18%, respectivamente, de los producidos en España, sin contar País Vasco y Cataluña, que tampoco cambiarían mucho esos porcentajes. En Castilla y León la mitad de esos siniestros se producen por el corzo y en Galicia por el jabalí.

Las tres especies más problemáticas de la caza mayor

En los tres rankings de capturas citados, con las cinco comunidades autónomas que más piezas cazan de cada una de estas tres especies de caza mayor en España, solamente hay dos comunidades que se han destacado en los tres: Castilla-La Mancha y Castilla y León. Seguiremos cazando para contener las poblaciones de los tres ungulados más abundantes y así evitar tantos daños como producen a sus propias poblaciones, cada vez que aparece alguna epizootia, a la agricultura, a la fauna y sobre todo a los humanos, con alrededor de los 25.000 siniestros de carretera contra especies animales, que posiblemente se estén superando ya en estas fechas.

NOTA: Todos los datos de capturas estimados y reflejados en este artículo son oficiales y han sido remitidos. O están publicados por las consejerías afectas de las comunidades autónomas.

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