Restauración de la perdiz: El estado de normalidad

La Naturaleza, madre ubérrima y generosa, da cuanto tiene; pero solo puede dar lo que tiene. ¿Cuánto?


Censo referencial base normal

Es el censo típicamente esperable al inicio de cada temporada de caza, una vez culminado el proceso de restauración poblacional. Su establecimiento es sencillo: propuesta la calidad ecológica de un coto para la perdiz, deducimos su densidad poblacional normal (TABLA 1) y la multiplicamos por su extensión perdicera útil, medida en hectáreas y partida por 100. Con perdices silvestres no cabe aspirar a poblaciones mayores.

TABLA 1 (Perdices por cada 100 hectáreas)

  • Calidad I. Entre 90 y 120.
  • Calidad II. 70 y 90.
  • Calidad III. 50 y 70.
  • Calidad IV. 40 y 50.
  • Calidad V. 30 y 40.

Ejemplo. Si un coto tiene 500 hectáreas perdiceras y una calidad IV, según la TABLA 1 puede aspirar a un censo referencial base normal de unas 45 perdices por cada 100 hectáreas; por tanto: 45 x 500/100 = 225 perdices.

Tasa normal

Es la fracción típica del censo referencial base normal a extraer anualmente. Varía con la calidad de estación (TABLA II). La tasa normal es la máxima tasa de captura posible.

TABLA II (Tasa normal)

  • Calidad I. De 0,50 a 0,56.
  • Calidad II. 0,44 a 0,50.
  • Calidad III. 0,39 a 0,44.
  • Calidad IV. 0,35 a 0,39.
  • Calidad V. 0,31 a 0,35.

En el ejemplo. En la calidad IV, la tasa normal varía entre 0,35 y 0,39, siendo 0,37 la central.

Capturas normales totales

Son el producto del censo referencial base normal por la tasa normal. Con perdices silvestres no cabe aspirar a conseguir capturas mayores (TABLA III):

TABLA III (Perdices promedio cobradas anualmente por cada 100 hectáreas)

  • Calidad I. Entre 45 y 67.
  • Calidad II. 31 y 45.
  • Calidad III. 20 y 31.
  • Calidad IV. 14 y 20.
  • Calidad V. 9 y 14.

En el ejemplo. El censo referencial base normal es de 225 perdices y la tasa normal 0,37. Las capturas normales serán 225 x 0,37 = 83 perdices.

Número de jornadas de cazador normales

El cálculo del número de jornadas de cazador ejecutables en el estado biológico de normalidad poblacional es extremadamente complejo, por lo que soslayaremos su cálculo aquí. Según la calidad ecológica, en cacerías monoespecíficas y en la cazabilidad estacional más típica, el resultado del cálculo es una primera aproximación el que se indica en la TABLA IV. Con perdices silvestres, y en las condiciones indicadas, no cabe aspirar a cazar durante más jornadas.

TABLA IV (Jornadas de cazador típicamente ejecutables por cada 100 hectáreas)

  • Calidad I. 16.
  • Calidad II. 14.
  • Calidad III. 12.
  • Calidad IV. 10.
  • Calidad V. 8.

En el ejemplo. Las jornadas ejecutables (Calidad IV) son unas 10 por cada 100 hectáreas. En total 10 x 500/100 = 50 jornadas de cazador ejecutadas.

Debemos destacar que es muy arriesgado usar estos datos como una simple receta, dada la complejidad del cálculo y la variabilidad de los resultados obtenidos del mismo en cada caso particular.

Percha media normal

La percha media normal lograda por cazador y día se obtiene dividiendo las capturas normales por el número de jornadas de cazador normales precisas para lograrlas (TABLA V). Con perdices silvestres, y en las condiciones anteriormente indicadas, no cabe esperar mejores perchas.

TABLA V (Percha media, perdices por cazador y día)

  • Calidad I. 3,5.
  • Calidad II. 2,7.
  • Calidad III. 2,1.
  • Calidad IV. 1,7.
  • Calidad V. 1,5.

En el ejemplo. Las 83 perdices cobradas de media anual, partidas por las 50 jornadas de cazador precisas para hacerlo, conducen a una percha media de 1,7 perdices cobradas por cazador y día.

Basta comparar estos resultados calculados con los realmente obtenidos en nuestros días, para comprender y dimensionar la verdadera entidad de la crisis de la perdiz en España.

Ventajas de la restauración

Sociales (Tasas). Porque la tasa a aplicar tras la restauración es la mayor posible, lograrla permite practicar el máximo número de jornadas ejecutadas de cazador y conseguir más capturas: totales anuales y medias por jornada.

Ecológicas (Censos). El estado de normalidad conduce a poblaciones óptimas, biológicamente más resistentes frente a cualquier tipo de proceso de perturbación natural (enfermedades, plagas, depredación…). Además, la vitalidad y condiciones de vida de las perdices son significativamente mejores y mucho más acordes con la etología natural de esta especie, tan esencial para el correcto funcionamiento de nuestros ecosistemas.

Económicas (Capturas). El estado de normalidad conduce al máximo de capturas anuales y por jornada, y por tanto al máximo valor gestionado en cada coto, lo que permite optimizar las posibles rentas (propiedad, titularidad y sociales) e incrementar el valor patrimonial de los terrenos.

Técnicas (Intervenciones). Restaurar las poblaciones y optimizar así el valor en vivo generado, es clave para alcanzar un buen manejo técnico en los cotos. Permite abordar los costes de gestión y fomento, y maximizar el rendimiento de las inversiones realizadas.

Consideraciones finales

Las poblaciones degradadas (numérica y genéticamente), las banalizadas y paupérrimas poblaciones perdiceras actuales, ni generan fondos bastantes para su restauración, ni pueden rentabilizar las posibles inversiones que se efectúen ¿Para qué comederos o bebederos, si no hay perdices bastantes para rentabilizarlos? ¿Guardas para guardar qué?… Las poblaciones degradadas entran en un círculo vicioso: ni producen los recursos económicos mínimos para poder abordar su restauración de forma endógena (con sus propios ingresos), ni consiguen rentabilizar los esfuerzos económicos que pudieran llegar a realizarse. No hay salida fácil ni atajo alguno sin restaurar antes las poblaciones perdiceras, y esto no es fácil ni rápido; a cambio es un reto ilusionante, pues las ventajas a lograr son muchas.

Comencemos cifrando. Cada uno puede echar números a su coto y reflexionar sobre el asunto, elucubrar sobre lo que le separa hoy del estado de normalidad biológica, formar su propia opinión, y tratar de actuar en consecuencia. ¿Qué deberíamos hacer para conseguir restaurar ese estado ideal con el que todos soñamos? Esta es la cuestión de fondo; pero ahora al menos ya sabemos hacia dónde ir…

Recordemos: «Nunca soplan vientos favorables para el que no sabe a qué puerto se dirige».

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