Cómo tirar mejor en poco tiempo

Bajo este título se encuentra este artículo dedicado a consejos y pautas sencillas, esos trucos imprescindibles para mejor en la forma de tirar a la caza. Contamos para ello con la colaboración de Gonzalo Gómez, profesor de tiro y buen cazador, que de forma gráfica y amena nos adentra en este apasionante mundo con el que mejoraremos nuestros resultados cinegéticos.


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Aunque ya son muchos los años que me seguís en mis artículos dedicados a mejorar la técnica de tiro hemos querido ofreceros este artículo con la intención de ayudaros a mejorar vuestros resultados en los tiros de caza, pero de una forma aún más sencilla y fácil de entender por todos, para que la podáis aplicar con facilidad y así obtener un mayor número de aciertos en vuestros tiros de caza. Os hablaremos de los puntos técnicos más importantes que deberéis tener en cuenta para mejorar en el tiro. Seleccionaremos aquellos que mayor incidencia tienen a la hora de evitar los típicos fallos que todos cometemos con la escopeta.

Tened en cuenta que muchos de los vicios que todos tenemos en la forma de utilizar la escopeta los tenemos desde el principio, debido a esos consejos que con buena intención nos trasmitieron nuestros mayores.

Esto es muy fácil de evitar y bastante difícil de corregir. Por ello, es importante que seamos conocedores de ellos para no transmitídselos a nuestros hijos o amigos futuros cazadores.

En este artículo os vamos hablar de estos aspectos sencillos pero que son los primeros que tenemos que tener en cuenta a la hora de coger una escopeta por primera vez, y que nos darán una buena base para poder cada día tirar mejor.

Aprovecharemos el conocimiento de las técnicas de tiro para que apoyándonos en ellas logremos cada día ser mejores tiradores.

El tiro con armas de fuego se divide en dos ramas totalmente diferentes, como son el tiro de precisión o tiro en parado y tiro al vuelo o tiro en movimiento. Ambas técnicas son muy diferentes y, por consiguiente. sería un gran error tratar de aplicar los conocimientos que podamos tener de una a la otra. Normalmente debido a nuestras primeras experiencias con armas, por lo general con una escopeta de aire comprimido, cuando cogemos una escopeta por primera vez solemos aplicar esas cosas que sabemos, al tiro en movimiento, lo cual no sólo no nos beneficiará en absoluto sino que nos perjudicará, adoptando vicios como, por ejemplo, el tan arraigado de parar la mano en el momento del disparo.

En el tiro de precisión la principal cualidad que debe dominar el tirador es la de tener un pulso firme de hierro, además de tener muy claro en su mente que la precisión debe imperar sobre la decisión en sus disparos; un tiro con rifle de forma alocada sin apuntar bien por muy valiente y decidido que lo realicemos en la mayor parte de los casos no nos dará buenos resultados.

En el tiro con escopeta o tiro al vuelo pasan cosas totalmente contrarias a las que ocurren cuando tiramos con rifle. Por ejemplo, una cualidad imprescindible del tirador de escopeta es controlar perfectamente sus movimientos, de tal forma que nunca se quede quieto a lo largo de todo su swing de tiro. Además, a diferencia de lo que os comentaba del tiro con rifle, con la escopeta siempre deberemos dar prioridad a la decisión de tiro sobre la precisión. Tened en cuenta que el plomeo de un tiro de escopeta abre un círculo importante, mucho mayor que el diámetro de cualquier bala, por lo que el margen de error es mucho mayor y nos permitirá tener una zona de seguridad amplia alrededor de nuestro objetivo, zona que sin lugar a duda perderemos si somos cobardes apretando el gatillo, ya que en una décima de segundo de retardo sobre el instante en el que deberíamos haber disparado, el objetivo puede avanzar por el aire unos cuantos metros, espacio muy superior al de la apertura del plomeo de la escopeta.

Como en cualquier deporte, cuanto antes se empiece a practicar más lelos se puede llegar en él. En el caso del tiro deportivo nos encontramos con las dificultades legales por las que un chaval no puede utilizar armas de fuego antes de los 14 años. Esto es un grave escollo para los chavales que quieren llegar a ser tiradores de competición, ya que hoy día nos encontramos con auténticos campeones del tiro de competición con tan sólo 15 ó 16 años, y normalmente surgen en aquellos países donde la legislación sobre el uso de armas es más permisiva. Estoy totalmente seguro que es mucho más prudente. a pesar de su corta edad, un chaval de 12 ó 13 años que ha sido educado en una escuela de tiro en la que le han inculcado lo importante de la seguridad con armas en la mano y la forma correcta de usarlas, que un hombre de 50 que se saca la licencia en una gestoría y el permiso de caza, y sale con un rifle en las manos a su primera montería. El único problema que tiene el uso de escopetas a corta edad es el continuo traumatismo que el retroceso del arma hace sobre el pómulo del tirador, el cual se transmite al cerebro que todavía se está formando.

Cuando una persona va a disparar por primera vez lo primero que deberemos tratar es evitarle su mayor preocupación, como es el retroceso del arma, para lo cual tendremos que emplear una escopeta más bien pesada que con su masa reduzca el retroceso, que tenga una buena cantonera, que el tirador lleve una ropa que le proteja el hombro, utilizar un cartucho de 24 gr. y sobre todo proteger perfectamente los oídos de forma que el ruido del disparo no le provoque estrés y aumente aún más su miedo por el retroceso. Es recomendable la primera vez ponerse tapones y además cascos protectores. Además, debemos inculcarle que la seguridad es fundamental cuando utilizamos armas, y que el mejor seguro es controlar siempre el estado del arma, si está o no cargada, realizar la carga en el momento adecuado, y tener perfectamente controlada la dirección de los cañones, pero no tener sólo la precaución de que el seguro esté puesto o no, que como pieza mecánica siempre puede fallar.

Que la culata esté perfectamente adaptada a nuestro pómulo es algo fundamental para que el disparo de nuestra escopeta vaya dirigido al lugar que indica su punto de mira. Es muy habitual ver cómo muchos cazadores levantan la cara de la culata al disparar, hábito que normalmente viene de cuando dimos nuestros primeros tiros, en donde en lugar de recibir el consejo de subir la culata a la cara nos dijeron sobre todo que apoyáramos la cantonera en nuestro hombro, con el único objetivo de evitar el golpeo del retroceso. Las primeras pautas o consejos se suelen quedar muy grabados en nuestro cerebro, por lo que lo más recomendable que le podemos decir a aquel que empieza es que suba la culata con firmeza a su pómulo, y que ya se encargará el armero de dar la longitud necesaria a la culata para que a la vez pero sin pensar en ello quede acoplada a nuestro hombro.

La escopeta es un arma que esta creada y diseñada para disparar a objetos en movimiento. Por ello, es importante mentalizar sobre esta idea al que empieza a pegar sus primeros tiros. Por el contrario, resulta una contradicción poner un blanco fijo en el suelo a todo aquel que va a disparar por primera vez, y máxime si antes de efectuar su primer disparo le decimos la típica frase de "apunta bien y dispara". Eso hace que el futuro cazador dé más importancia a que esté muy bien apuntado que a tirar valiente y decidido, lo cual le llevará en un futuro a ser un tirador apuntón, con el clásico vicio de pararse en el momento previo a efectuar sus disparos.

Otro consejo muy común y que deberemos evitar es el de decir al tirador novato que cierre un ojo y apunte, ya que esto no es necesario en absoluto. Como muestra de ello indicar que en nuestra vida cotidiana cuando queremos señalar algo con el dedo lo hacemos con los dos ojos abiertos con toda naturalidad. Sólo será necesario cerrar un ojo cuando nuestro ojo director es el contrario al del pómulo de apoyo de la culata.

El mejor objetivo que podemos buscar para empezar a hacer nuestros pinitos con la escopeta es un plato que venga volando hacia nosotros, a no mucha velocidad, a una distancia de 25 metros y con un ángulo de más o menos 45°. De esta forma el tirador podrá romperlo con facilidad aumentando su confianza, no preocupándose del retroceso del arma, y poco a poco descubriendo lo apasionante que resulta poder alcanzar objetos que vuelan con nuestra escopeta.

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