El perro de sangre: en la ardiente oscuridad

Todos amanecimos a esta modalidad de caza a partir de lo que leíamos de doctos autores que sabían diferenciar, perfectamente, cada tipo de sangre, que sabían dónde iba herida la presa y, lo más importante, eran tan precisos que, al impactar, sus proyectiles sólo interesaban a un órgano en concreto, de modo que únicamente sangraban por un sitio y manchaban con sangre de un solo color.


Vacio
Comparte este artículo

Publicidad