El perro de sangre: La homilía de los humildes

Después de recuperarnos del impacto de saber cómo cazan los sabuesos de los monteros del norte y de, evidentemente, comprobar que no sabemos nada ni tenemos perros de caza y, quizá, ni afición, consideramos oportuno dejar de lado a los perros y repasar esos asuntillos que ‘sabemos desde que nos salieron los dientes’. Más que otra cosa, por humildad.


Vacio
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