Trileros cinegéticos en Galicia

«Dícese de aquellos que intentan estafar a los cazadores…»


Actualizado

Son tiempos difíciles para todos y la caza y los cazadores no podemos ser ajenos a esta situación de pandemia que nos tocó vivir.

Al igual que otras actividades, la caza debe adaptarse a la nueva situación para poder seguir desarrollándose en estos nuevos tiempos.

Trileros cinegéticos en Galicia

La actividad cinegética, y los cazadores en particular, somos la mejor herramienta de gestión para las especies, algo imprescindible si queremos mantener un rural gallego vivo, junto a agricultores y ganaderos.

Tiempos convulsos donde la caza debe ser declarada como una actividad esencial, para que los cazadores, con el mayor de los rigores sanitarios, podamos desarrollar nuestra labor de control y equilibrio poblacional.

Mientras media España ya ha conseguido adaptar la actividad cinegética a los tiempos de coronavirus, en Galicia seguimos esperando y demandando ¡a gritos! que las autoridades competentes en la materia se dignen a establecer normas claras y concisas para que miles y miles de cazadores gallegos puedan desarrollar con las máximas garantías, tanto legales como sanitarias esta «pasión» llamada CAZA.

La vertiente «deportiva/competitiva» de la caza es una función delegada por la administración gallega en manos de una entidad privada «de cuyo nombre prefiero no acordarme», para no herir su sensibilidad y que única y exclusivamente tiene competencias en la organización y desarrollo de «las pruebas competitivas de caza».

La caza como herramienta de gestión, que es la que practica el 90% de los cazadores gallegos tiene entre sus funciones: reducir los daños, el control de las poblaciones, limitar los riesgos de transmisiones de enfermedades, minimizar la probabilidad de accidentes de tráfico, etc. Por todo ello desde el punto de vista ecológico la caza es esencial en la naturaleza.

Tanto las modalidades colectivas de caza: batidas, monterías, zapeos… como las individuales: axexo, salto, en mano, etc., nada tienen que ver con la vertiente «competitiva/ deportiva» de la caza. Algunos iluminados intentan venderles a los cazadores que cada vez que salen a cazar están participando en una competición deportiva.

En estos tiempos difíciles y con poco que llevarse al bolsillo, hacen su reaparición en Galicia los «Trileros Cinegéticos» que siempre han estado ahí, pero que aprovechan las condiciones favorables para reactivar su actividad, que no es otra que intentar engañar a los cazadores gallegos para llenar sus arcas a costa de ellos, con medias verdades, por no llamarles mentiras, que utilizan sin ningún pudor.

Cuando, al escribir estas líneas, ya en media España los cazadores tienen instrucciones claras y concisas de cómo, quienes, cuándo y dónde se puede practicar la actividad cinegética, aquí en Galicia, el juego del trile sigue.

El único documento que te acredita como cazador es estar en posesión de la Licencia de Caza en vigor expedida por la Administración, aquí, en Andalucía, en Extremadura, en Madrid, en Cataluña y en todo el territorio nacional. Así lo han expresado y recogido ya la mayoría de autonomías a la hora de establecer los requisitos para poder desplazarse y salir a cazar.

Galicia es diferente y los «Trileros Cinegéticos» apuran las tiradas para engañar a los cazadores y venderles una tarjeta «Anticoronavirus» con la cual, a cambio de pagar su «impuesto revolucionario», obtienes presuntamente la bula de saltarte las restricciones sanitarias y de movilidad, para acudir a unas competiciones cinegéticas que no existen.

Al igual que en la vida misma, cuentan con «ganchos» entre el colectivo y algún que otro «estomago agradecido» que, a cambio de salir en alguna foto, ejercen su función, que no es otra que facilitar el engaño entre el colectivo cinegético o al menos eso intentan.

Vocean que otros quieren vivir trabajando en la caza, y ellos son los principales «vividores de la caza» eso sí, sin trabajar; gritan a los cuatro vientos que otros « venden seguros», pero ellos son los mayores vendedores de seguros», eso sí, con ingentes comisiones; berrean contra lo que ellos llaman chiringuitos, pero el suyo es uno de los mayores «Chiringuitos conocidos a lo largo de la historia», y se desgañitan proclamando que son los únicos que defienden y sirven a los cazadores, pero lo que realmente hacen es servirse de ellos para su beneficio propio. ¡Ver para creer!

Les puede la avaricia, su afán de protagonismo, su egoísmo e intentan disfrazar la unión del colectivo bajo su máscara de ansias de monopolio.

Ellos, que se parten el pecho en criticar a los demás, sin mirarse al espejo; ellos, que manipulan y tergiversan la realidad; ellos, que mienten más que hablan con un único afán: el de recaudar ingentes cantidades de dinero para su causa procedente del bolsillo de los cazadores… Ellos, siempre ellos… Todos los demás suponen un obstáculo en su camino hacia su Gloria eterna. Ese es el gran problema, ningún otro.

En fin… mucho cuidado, cazador@s gallegos: los Trileros Cinegéticos atacan de nuevo.

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